Se cumple un mes de la era postCarmena en el Ayuntamiento de Madrid. Treinta días en los que el nuevo Ejecutivo municipal formado por PP y Ciudadanos se ha empeñado en borrar la huella de la exalcaldesa, que logró alzarse con la Alcaldía de la capital en 2015 desbancando así a la derecha tras dos décadas de gobiernos del PP. En su primer mes, el Gobierno municipal capitaneado por José Luis Martínez-Almeida ha revertido varias de sus medidas en materia de movilidad, ha cerrado la oficina de Derechos humanos y ha terminado con actividades impulsadas desde los movimientos vecinales.
Aunque una parte del legado de Manuela Carmena se ha mantenido: los desarrollos urbanísticos impulsados por la ya exregidora, la Operación Chamartín y Cuatro Caminos, están más cerca de consumarse después de que hayan sido bendecidos por el nuevo equipo de Gobierno. No sin intentar capitalizarlos. El Gobierno de Almeida se felicitaba por “desbloquear” ambos proyectos, pese a que aprobará los impulsados por el equipo de Carmena, que no pudo darles el último aprobado porque faltaban los informes medioambientales de la Comunidad de Madrid, gobernada por el PP.
Las primeras semanas del nuevo Ejecutivo no han estado exentas de tropiezos y polémicas. El desmantelamiento de Madrid Central se le atragantó desde el comienzo al Gobierno municipal, que insistió en que no se había desmontado, a pesar de que la ausencia de sanciones volvió a llenar el centro de vehículos y volvieron a estar abiertas para los coches las Áreas de Prioridad Residencial que diseñó el PP hace 15 años.
La moratoria de multas que dejó sin efecto la medida el 1 de julio se tradujo en un aumento del tráfico desde el primer momento y duró exactamente una semana porque la justicia la paró al decretar las medidas cautelares solicitadas por Ecologistas en Acción y Greenpeace. El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 24 dejó sin efecto la moratoria del nuevo Gobierno que el PP había pactado también con Vox. Antes del toque en los tribunales, las protestas en la calle –Almeida vivió su primera gran manifestación–, los atascos, los problemas con el transporte público y una advertencia desde Bruselas, ya habían oscurecido lo que era para las tres derechas la consumación de una promesa electoral de la que querían hacer bandera sin éxito.
Pese a que desde el Gobierno de PP y Ciudadanos intentaron negar el aumento del tráfico con datos no comparables, los del Centro de Control de Tráfico mostraron que la tendencia de reducción de coches respecto al año pasado –que sí son homogéneas y comparan variables semejantes– se había roto con un aumento del 8,1% del uso del coche. El Ayuntamiento ofreció una cifra diferente, que comparaba el primer día de la reversión de Madrid Central –que coincidió con el comienzo de las vacaciones– con el lunes anterior. Según el Consistorio, el tráfico había disminuido un 0,7% dentro de la M30. Pero ese lunes era el primero de julio y el inicio de las vacaciones para muchos, cuando el tráfico decae.
Pero Madrid Central no ha sido la única medida en materia de movilidad y que ha sido símbolo del mandato de Carmena y que Almeida ha revertido en sus primeros días al frente de la Alcaldía. El apagón de los semáforos de la A-5 llegó incluso antes de la moratoria, la primera semana, acabando así con lo que había sido un logro vecinal tras dos décadas de reivindicación. Almeida, con el apoyo de Ciudadanos y Vox, ha prometido el soterramiento de la vía por 180 millones de euros, una medida que planteó otro alcalde del PP, Alberto Ruiz Gallardón, pero por más del doble del presupuesto.
También la reversión de la Calle Galileo ha supuesto una estocada a las medidas en materia de movilidad del Gobierno de Carmena. Aunque el equipo de la exregidora revirtió parcialmente su medida dos meses después de ponerla en marcha abriendo completamente la calle al tráfico, mantuvo el espacio para el peatón que ganaron con la eliminación de plazas de aparcamiento en un tramo de setenta metros en la calle situada en el distrito de Chamberí. Almeida y Villacís personalmente supervisaron la actuación de reversión con la retirada de las macetas. Hoy los coches aparcados vuelven a abarrotar el tramo.
Freno a los movimientos vecinales
El Ayuntamiento de Madrid formado por PP y Ciudadanos ha empezado a desmantelar las iniciativas culturales impulsadas por los espacios vecinales que se habían consolidado durante la etapa de Manuela Carmena al frente del Consistorio.
En los primeros días del cambio de Gobierno, varias actividades llevadas a cabo por vecinos de distintos barrios de Madrid fueron suspendidas in extremis por el nuevo Ejecutivo en el Ayuntamiento. Actividades de colectivos que llevan años trabajando en proyectos autogestionados, también antes de la llegada de Ahora Madrid a la Alcaldía, y que en los últimos años habían recibido un impulso del anterior Gobierno municipal.
A esto se añadió también la suspensión de las actividades de los Foros Locales, impulsados por Ahora Madrid durante el anterior mandato, y que suponían un espacio en el que se le otorgaba poder a los vecinos en los diferentes distritos. Este proceso de participación vecinal se configuró para que los ciudadanos definieran propuestas que los concejales estaban “obligados” a remitir a la administración local. Pese a que Ciudadanos lo apoyó, ahora desde el Gobierno ha impulsado su suspensión ya que el área de participación ciudadana y coordinación territorial depende de la concejala de Ciudadanos, Silvia Saavedra.
El Ayuntamiento encabezado por Almeida también ha cerrado la Oficina de Derechos Humanos y Memoria que puso en marcha el ejecutivo de Manuela Carmena. La desarrolló el concejal de Ahora Madrid Mauricio Valiente y ha sido clausurada a la velocidad del rayo por este Gobierno. Uno de los proyectos que se había impulsado desde la oficina era el Memorial de la Almudena en homenaje a las personas fusiladas entre 1939 y 1944 en el cementerio, una iniciativa que este mismo lunes se ha paralizado desde el Gobierno municipal.
El balance de Almeida
El alcalde de Madrid ha hecho este lunes un balance “positivo” de su primer mes de gobierno. A su juicio, su Ejecutivo se ha empleado en hacer “algo que los madrileños no tuvieron la posibilidad de ver la legislatura pasada” que es “cumplir el programa electoral”. “Nosotros tenemos un contrato con los madrileños y nosotros tenemos que cumplir ese contrato”, decía el alcalde.
Almeida ha destacado que también han “cumplido” la “promesa” de “garantizar la seguridad vial en la A-5” y que “repensar” el modelo de Madrid Central “era imprescindible”. “Nadie” que haya votado a PP, a Ciudadanos o a Vox “podía dudar de que era un compromiso dentro de su programa electoral”, ha manifestado Almeida acerca del fracaso en la reversión de Madrid Central.
Atendiendo a ese programa electoral, las medidas que se pueden poner en marcha en las próximas semanas pasan por la reforma de la ordenanza fiscal para materializar la rebaja de impuestos prometida. A la vez que dejará de recaudar cientos de millones de euros, el ejecutivo de Almeida ha anunciado ayudas al alquiler para jóvenes menores de 35 años –que ya han sido criticadas por los expertos– o subvenciones para renovar la flota de vehículos o las calderas de carbón que llegarán, según sus planes, a principios de 2020.