La falta de regulación específica ha reducido a una advertencia las acciones de Sanidad sobre una pediatra que recetó homeopatía para curar a un niño con placas bacterianas en un centro de salud madrileño. La Comunidad de Madrid no cuenta con ninguna norma ante la posible prescripción de estos productos sin evidencia científica en las consultas médicas, pese a que admite por escrito que están “fuera de la cartera del Sistema Nacional de Salud”.
No es una excepción. La ausencia de regulación es el común denominador en todas las regiones excepto en la Comunitat Valenciana, que envió en 2017 –cuando la exministra Carmen Montón era consellera– una instrucción para recordar a los sanitarios que las pseudoterapias no tienen espacio en la sanidad pública. Tampoco existe ninguna orden a nivel nacional en este sentido aunque el Ministerio de Sanidad se sitúa en “la defensa de la evidencia científica en todo lo que respecta a los tratamientos y terapias”.
La queja del padre que recibió la homeopatía como solución a la dolencia de su hijo de 11 años se ha saldado con un aviso a la pediatra y una disculpa a la familia. Ante la reclamación, la Consejería abrió el proceso habitual para ver qué había pasado en la consulta objeto de la queja. Después de hablar con el centro y la facultativa, el departamento asegura que avisó a la pediatra de que dar homeopatía como una solución a un proceso bacteriano no era adecuado.
“Le hemos recordado que la cartera de servicios comunes de prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud excluye los medicamentos homeopáticos en el momento actual”, dice el escrito que recibió Carlos Briones, el padre, en respuesta. El documento admite que “hay áreas de mejora en relación con la atención prestada” y traslada las disculpas de la profesional que atendió al niño.
Fuentes de Sanidad consultadas por eldiario.es aseguran que se trata de un “caso puntual” aunque no descartan que haya “alguna reclamación más”. “Este tema ni es destacado en las reclamaciones y sobre este caso se ha actuado”, dicen las mismas fuentes, que aseguran que en los últimos años se ha trabajado para “reforzar los mecanismos de control” en los centros de salud.
A raíz de esta queja, otra paciente ha compartido por la red social Twitter la respuesta de la Consejería a su reclamación, que se efectuó en 2016. En el documento se observa un cambio de postura evidente del departamento respecto a la prescripción de homeopatía: hace dos años, la Consejería defendía el derecho a la “libre prescripción” y la correcta actuación de la doctora que recetó un producto homeopático en consulta. Sanidad, preguntada por este caso, asegura que no conoce la “procedencia” ni el “contexto” de esta queja porque, al no verse la firma, “no está identificada”.
“No se incumple ninguna norma porque no hay”
“No existe ninguna regulación que diga: en el ámbito del SERMAS está prohibido el uso de terapias no alopáticas”, apunta Ana Jiménez, responsable de atención primaria de AMYTS. La asociación de facultativos sostiene que, si no hay regulación, no hay ningún incumplimiento de la legislación por parte de la pediatra que recetó homeopatía a un niño.
Jiménez defiende que, para evitar más episodios de este tipo, es “necesario” que “la administración conozca lo que se hace en las consultas para ver si hay un porcentaje importante de prácticas sin respaldo científico”. Para eso, abogan por hacer un “estudio” sobre ello y “adoptar medidas si procede”. “Pero para eso hay que estudiar primero la situación, y luego regular”, insiste la responsable de Atención Primaria de AMYTS.
El vacío que se produce en Madrid no es aislado. Las medidas públicas contra terapias sin evidencia científica tienen un desarrollo muy prematuro y de momento son solamente intenciones declaradas: controlar la venta en farmacias, blindar las consultas de estas prácticas, actuar contra “publicidad engañosa”... Muchas patas de una misma polémica.
Pero sí se han dado algunos pasos: el Colegio de Médicos de Madrid excluyó en mayo de 2017 todas las secciones, comisiones y registros que no estuvieran en la lista oficial de especialidades médicas reconocidas por el Ministerio de Educación. En esa criba quedaron fuera la homeopatía, la acupuntura y la medicina naturistas, que ya no son objeto de cursos o conferencias.
El Ministerio de Sanidad promete medidas
La exministra de Sanidad, Carmen Montón, ya había pedido al Ministerio en sus tiempos como consellera del ramo en la Comunitat Valenciana que actuara contra la homeopatía. Su sucesora en Sanidad tras dimitir Montón por el escándalo de su máster, María Luisa Carcedo, se ha comprometido a tomar medidas después de recibir una carta firmada por miles de médicos y científicos. Entre ellas, un plan para controlar y regular los productos que se están vendiendo en las farmacias u otro para controlar la publicidad engañosa.
A nivel nacional no hay ninguna regulación de espíritu restrictivo. El Gobierno del PP aprobó por exigencia europea una orden ministerial para sacar a la homeopatía, según su argumento, del “limbo legal” en el que estaba. Esta regulación, que traslada al ordenamiento jurídico español la directiva europea de 2001 que reconoce la homeopatía como medicamento, permite la venta de productos homeopáticos en farmacias como si lo fueran pese a que estas pseudoterapias no cuentan con evidencias que avalen su uso.
La mayoría de las comunidades autónomas pidieron entonces a Sanidad que defienda en Europa una reforma para que no se puedan denominar medicamentos, porque “no curan”. Y el Ministerio se comprometió a poner en marcha campañas informativas para que los ciudadanos tengan clara la diferencia de estos productos, aunque se vendan en el mismo ámbito que las medicinas. “ Queremos decirles bien claro a los pacientes que no hay evidencia terapéutica”, aseguró la exministra Montserrat antes de que Rajoy saliera de la Moncloa por la moción de censura.
El nuevo Gobierno ya ha empezado a empujar la revisión de este régimen vigente. “En la última reunión de ministros de Sanidad, el 10 y 11 de septiembre, el Ministerio trasladó la necesidad de revisarlo para que dejen de ser considerados como medicamentos y se regulen fuera de la normativa sobre medicamentos para uso humano”, indican fuentes de Sanidad a eldiario.es. “La postura española es defender la evidencia científica en todo lo que respecta a los tratamientos y terapias”, zanjan las mismas fuentes.
Estos productos deben ahora, según la orden, pasar un control de calidad y pagar las tasas establecidas por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Los que no cumplan con los criterios sanitarios de seguridad serán retirados del mercado y aquellos que no tengan ninguna acción terapéutica tendrán que especificarlo en su etiquetado.