José Manuel Calvo (Madrid, 1984), uno de los cuatro concejales de Más Madrid que han decidido partir el grupo municipal en mitad de la legislatura, asegura que ellos están dispuestos a quedarse al frente de sus competencias hasta que no se les notifique su salida desde la secretaria del Pleno del Ayuntamiento de Madrid. Atiende a elDiario.es una hora antes de que la portavoz, Rita Maestre, sitúe a este sector minoritario fuera del grupo municipal. Nadie la llamó para comunicarle la ruptura, ni antes ni después de producirse.
Tras meses de tensiones y un divorcio que se venía fraguando desde hace mucho, Calvo asume que la división se verá “de forma crítica por parte de la izquierda porque no le gusta a nadie”, y entre los disgustados sitúa incluso a Manuela Carmena. Casi dos años después, Calvo admite que fue un error escindirse de Podemos en 2019 con la candidatura de Más Madrid y se considera corresponsable de la actual fragmentación de la izquierda en la capital.
De cara al futuro, el exconcejal de Urbanismo dice que no van a crear “ni un partido, ni una plataforma ni nada que se le parezca” porque su objetivo es actuar de “pegamento” para unir a organizaciones, personas y partidos. Admite que las conversaciones “informales” ya han empezado con Unidas Podemos y PSOE. “Hay que respetar los tiempos de todos, la lógica de cada una de las organizaciones pero damos un paso adelante diciendo: aquí estamos”, resume.
Tras la rueda de prensa de Maestre en la que confirmaba que reorganizará Más Madrid sin contar con los cuatro ediles que han roto porque “se han ido ellos”, elDiario.es vuelve a contactar con Calvo, que anticipa otra guerra: “Hasta que no haya una notificación oficial de la secretaría del Pleno que diga lo contrario, vamos a seguir ejerciendo nuestras responsabilidades”.
¿Ha habido un detonante para consumar ahora, a mitad de legislatura, la ruptura?
Desde que decidimos quedarnos fuera del proceso de constitución del partido Más Madrid intentando generar un espacio de autonomía en el grupo municipal para poder tener una línea estratégica política autónoma. Eso se traduce en julio en un acuerdo que pasa por que Marta Higueras deja la portavocía pacíficamente y nosotros nos garantizamos esos mínimos de autonomía. Ese acuerdo se incumple de manera sistemática a lo largo de todo el último cuatrimestre del año, después de Navidades intentamos un espacio de mediación para revisar el acuerdo, si es que hay que revisarlo, porque como había elementos que se interpretaban en abstracto queríamos saber exactamente cuáles son las reglas del juego. Insistimos en mantener esas reuniones y las suspenden de manera sistemática. Llega un momento en el que entendemos que no hay interlocución con la otra parte del grupo municipal y que tenemos que tomar decisiones. O te metes en un rincón, o te vas, como han hecho otras concejalas como Estrella Sánchez o Marta Gómez, o intentas esta vía.
Pone al sector mayoritario la responsabilidad de la ruptura.
Nos sentimos ninguneados dentro del grupo municipal. Pero a mí gustaría que esto no se llevara a una situación personal porque es una discrepancia política. Hemos intentado que pudiera convivir dentro del mismo grupo municipal diverso, plural... Finalmente la otra parte, nuestros compañeros, no aceptaban de ninguna de las maneras nuestra existencia y nuestra estrategia. No la aceptan porque si consiguiéramos impulsar una candidatura amplia, fuerte y progresista, interpelar a sectores de la sociedad civil que atrajera a ese votante que ahora está en casa desanimado, esa plataforma pone en cuestión la propia existencia del proyecto que hoy tiene Más Madrid, que es presentarse a las elecciones con Rita Maestre a la cabeza y conseguir cuatro o seis concejales.
Aunque han anunciado la separación, no se han dado de baja en el grupo. Rita Maestre los ha situado de facto fuera porque se han ido ustedes. ¿Cómo pretenden seguir funcionando? ¿Tienen intención de seguir representando al grupo en las comisiones de Seguridad y Urbanismo?
Hasta que no haya una notificación oficial de la secretaría del Pleno que diga lo contrario, sí. Vamos a ejercer nuestras responsabilidades: presentar iniciativas que correspondan a una comisión, proponer las iniciativas que creamos oportunas para el Pleno y seguir funcionando como hasta ahora. Si se pronuncian los servicios jurídicos en ese tiempo , actuaremos en consecuencia, pero hasta la fecha, cumpliremos con nuestra responsabilidad.
Cuestionan, más allá de las divergencias a la hora de conformar una candidatura, el tipo de oposición que se está haciendo por ser laxa. ¿Hay diferencias ideológicas entre los cuatro concejales críticos y el resto?
Siempre hemos defendido que las diferencias ideológicas no han sido el elemento central de la discusión. Hay diferencias políticas y estratégicas. El modelo de oposición por el que se ha optado es un modelo en el que Almeida está muy a gusto, no tiene una presión por parte del grupo que ganó las elecciones. Incluso se permite el lujo de vacilar a los concejales de la oposición en Twitter mandando el meme de Milhouse lanzándose a sí mismo en el frisbi porque nadie lo interpela en el Pleno.
Nosotros seguimos defendiendo que una propuesta ganadora para Madrid debe interpelar a sectores de la sociedad civil mucho más amplios que lo que concentra a la izquierda activista y entendemos que nuestros compañeros, ante la renuncia a recuperar la Alcaldía, se están arrinconando a la zona de confort de la izquierda tradicional. Por causas casi única y exclusivamente activistas que van constriñendo la capacidad para llegar a la sociedad. Eso no sé si es una diferencia ideológica, pero sí una diferencia relevante.
¿Lo que ha pasado es una de las consecuencias políticas del pacto de las empanadillas?
Es una deriva. Nosotros, o al menos la parte que me toca, en su momento estuvimos de acuerdo con con el pacto [entre Carmena y Errejón] y con el formato. La diferencia con nuestros compañeros es que hemos reconocido que aquello fue un error y hay quien se empeña en no asumir ese error y en profundizar en él. El proyecto de Más Madrid fracasa en el momento en el que no consigue la alcaldía y Manuela Carmena se marcha. Cuando [Iñigo Errejón] se presenta a las elecciones generales y se da ese batacazo, era el momento de haber replanteado todo y en lugar de hacerlo se va a un cierre partidista donde vamos a crear una estructura de partido en la que ya nadie cuestione que este artefacto político vaya a continuar. Ha faltado esa crítica a los resultados de una serie de decisiones que nos han llevado hasta aquí.
Habla de los partidos como si fuera una estructura que rechaza de alguna manera cuando formó parte de uno: Podemos.
Nunca he militado en partidos políticos, no vengo de la izquierda activista sino de la universidad. A mí me ilusiona Podemos porque en un momento, vinculado con el 15M, hay una ebullición progresista en la sociedad madrileña y nos lleva a impulsar el proyecto cuando ni siquiera se planteaba el formato. Luego es verdad que se fue convirtiendo en un partido cada vez más estructurado a nivel por lo menos de órganos. En el momento en que se plantea la candidatura de de Más Madrid entendemos que Podemos nos quería instrumentalizar para colocar a gente en esas listas al margen del criterio de la persona que va a dirigir ese equipo de Gobierno. Fuimos críticos con esa posición y desde entonces puedo decir que mi posición respecto de los partidos es crítica. Indudablemente, porque creo que al final priorizan los intereses de la interna frente a los intereses generales. Pero los partidos son elementos fundamentales de la acción política, como tal hay que asumir esa realidad y hay que operar con ellos. Lo que decimos es que no es la única forma de hacer política. Se puede hacer desde posiciones independientes y desde plataformas abiertas. Planteamos para 2023 buscar este tipo de fórmulas.
No creo que Manuela Carmena avale ninguna ruptura porque es contraria a ellas
¿Con qué ojos ve ahora la escisión de Más Madrid de Podemos, de la que participó?
Lo que pasó en enero del 2019 fue un error. A toro pasado y haciéndome corresponsable de aquellas decisiones sin pretender escurrir el bulto, si me preguntas qué deberíamos haber hecho te diría: debimos cerrar un acuerdo con Podemos y haber presentado una candidatura conjunta con Manuela Carmena a la cabeza, sin lugar a dudas. Estoy casi convencido que con esa fórmula habríamos revalidado la alcaldía. Además, no hubiera dejado espacio a la candidatura de Carlos Sánchez Mato, que movilizó poco voto pero desmovilizó el suficiente, sobre todo en el sur, en las zonas que nos tenían que haber apoyado más para poder haber sumado esos 80.000 votos que faltaron para revalidar la alcaldía.
¿Esa ruptura fue la responsable de la fragmentación de la izquierda que existe hoy, en 2021?
Sí, en Madrid esa escisión ha generado la situación que tenemos y en el Estado también ha habido fragmentación. La diferencia es que no ha impedido un gobierno progresista, pero tampoco ha favorecido. En un momento tan delicado donde la extrema derecha está creciendo, y donde tenemos una amenaza de involución reaccionaria en nuestro país hay que evitar jugar con fuego e que intentar todo lo posible sumar fuerzas.
Han presentado un nuevo movimiento al que solo hay adheridos cuatro concejales. ¿Con este número cuentan con la suficiente fuerza para empujar a otros partidos y a la sociedad civil?
Ponemos encima de la mesa, más que el número, la experiencia como personas que hemos tenido cargos de mucho peso en el Gobierno de Manuela Carmena, como las personas que hemos integrado el único gobierno progresista en nuestra ciudad en los últimos 30 años y también nuestro expertise profesional. A partir de ahí, veremos cómo cuaja la idea y si verdaderamente es bien recibida por parte de aquellos a los que interpelamos. Si no, asumiremos que no ha sido posible y nos volveremos a nuestras profesiones porque lo que no estamos aquí es para calentar un escaño y para ser concejales vitalicios. Nos parece absolutamente frustrante.
¿Tienen constancia de que otros miembros del grupo municipal, como vocales vecinos, quieran seguirles y apartarse?
Hay un descontento importante en cómo está funcionando Más Madrid partido político. Vocales vecinos que no están contentos y creo que van a recibir esta iniciativa de manera positiva. Sumaremos y llegaremos hasta donde seamos capaces también de mover nosotros. Hemos tomado una decisión traumática, que además siempre se va a ver de forma crítica desde la izquierda porque la división no le gusta a nadie. La propia Manuela Carmena aprovecho para aclarar que me ha mandado un Whatsapp para decirme que le ha parecido bien que dijera que ella estaba en otra pantalla –ante las preguntas sobre una posible vuelta– pero que la división no le gusta nada. Siempre genera inquietud e intranquilidad, enfado de parte de la izquierda, pero entendemos que esta ruptura es necesaria para sobre esto construir y construir una gran suma de fuerzas progresistas.
¿Le ha dicho Carmena que avala la ruptura entonces? Ustedes siempre se han identificado como los ediles más próximos a ella.
Yo no soy quien para hablar por Manuela, pero no creo que Manuela avale ninguna ruptura porque es contraria a ellas. Es evidente y palmario, sin querer en ningún caso hablar por ella, lo que piensa de la limitación que tienen los partidos para desarrollar la actividad política y la representación ciudadana.
Más Madrid cree, en un análisis distinto al suyo, que la única manera de ganar es con tres fuerzas progresistas fuertes.
Ya había tres fuerzas progresistas fuertes entre comillas en 2019 en la Asamblea de Madrid y ganó Ayuso. Si reducimos esa teoría al absurdo diríamos: ¿y por qué tres y no cinco y así barremos todavía más voto progresista? La única manera de ilusionar en este momento al votante progresista es ofrecerle una candidatura fuerte. Y esa no va a ser ni la de Más Madrid, ni la del PSOE, ni la de Podemos por separado.
¿En esa unidad incluyen a Más Madrid?
Sin duda. Nuestro conflicto con Más Madrid no se basa en cuestiones ideológicas, sino que la idea de presentar una papeleta independiente es errónea porque tiene un nicho de votos más que reducido. Nuestra hipótesis es que con esa configuración frente a un Almeida que va a tocar a todo el centro derecha y un Vox que va a estar fuerte en la derecha dura, no hay nada que hacer en ese escenario. Planteamos dar un golpe al tablero y generar la expectativa de ganar. Como sabemos que las organizaciones tienen sus lógicas, damos un paso adelante para decir que queremos ser ese pegamento que empiece a hacer el trabajo de sumar.
¿No es un poco contradictorio decir que rompen para reforzar la izquierda?
Rompemos para agitar a la izquierda y sacarla de sus actuales posiciones de confort. Es un hecho traumático y cualquier ruptura puede salir bien o puede salir mal. No queremos tener la verdad absoluta.
Almeida ya ha hecho algún guiño jocoso sobre sus desavenencias en el grupo. ¿No les dan así más argumentos?
Almeida tiene en este momento todos los argumentos para estar muy tranquilo con la oposición que tiene en el Ayuntamiento de Madrid. Queremos que esté un poco menos tranquilo con una oposición dura que fiscalice la cantidad de barbaridades que comete. Tiene la ciudad con la peor calidad del aire de todas las capitales europeas y dice que van a reducir los objetivos de reducción de emisiones establecidos por la Unión Europea. Un señor al que único que se le ocurre es hacer túneles y meter coches en el centro. Si además de hacer esa oposición necesaria en Madrid, de la que los muchos madrileños se sienten huérfanos en este momento, somos capaces de aunar fuerzas con otras organizaciones, personas y partidos que están en esta misma lógica de una ciudad de progreso, Almeida tendrá motivos para estar inquieto.
¿Han tenido ya conversaciones con Unidas Podemos? ¿Y con el PSOE?
A nivel informal hemos hablado con Podemos, con el Partido Socialista y con otras organizaciones de la sociedad civil. Hay que respetar los tiempos de todos, la lógica de cada una de las organizaciones pero damos un paso adelante diciendo: aquí estamos. Nuestra propuesta es sumar, contribuir a sumar con generosidad, sin pretender ni montar una candidatura nuestra ni presentar un alcalde a las elecciones ni nada por el estilo.
Si hubiera un consenso muy amplio en torno a Monedero como candidato, o quien fuera, me parecería adecuado
Se autoexcluyen de ser candidatos.
Eso sería absurdo y yo diría que casi un poco ridículo. No queremos hacer un Carlos Sánchez Mato segunda parte. Generamos un espacio para llevar a cabo una estrategia. No hemos presentado ni un partido ni una plataforma ni una candidatura ni nada que se le parezca.
¿Le gustaría que Juan Carlos Monedero fuera el cabeza de lista de esa candidatura conjunta?
Es muy pronto para hablar de liderazgos y de cabezas de lista. La izquierda en Madrid lo que primero que tiene que hacer es hablar y tomar café, además de pedirnos disculpas por los errores cometidos por todos. Cuando se hayan empezado a restañar las heridas que se generaron en 2019 será el momento de hablar de proyectos conjuntos y de establecer las reglas de cómo se articulan. Manuela Carmena fue la guinda del pastel, hay que recordarlo.
Si se logra llegar a ese punto, ¿estaría de acuerdo con que fuera él?
Si hubiera un consenso muy amplio en torno a Monedero, o quien fuera, me parecería adecuado.
¿Comunicaron a Rita Maestre como portavoz del grupo al que pertenecen que iban a romper?
Nos parecía hipócrita y cínico hacer una comunicación como la que en su día hizo Errejón a Pablo Iglesias diez minutos antes. Rita Maestre conoce perfectamente la situación en la que estamos. Cualquier buen observador debería haber anticipado que la decisión estaba tomada porque siempre dijimos que si no podemos ejercer nuestra autonomía en un marco de convivencia la ejerceríamos por fuera.
¿Por qué se centran tanto en Maestre cuando está apoyada por una mayoría del grupo municipal?
Quien lidera tiene que asumir la responsabilidad de los éxitos para celebrarlos o de los fracasos cuando se producen. Si se da una situación como esta, quien lidera tiene más responsabilidad que el resto.
Explique, por favor, la jugada de quedarse con el grupo y que sea el resto el que se vaya.
Queremos aclarar, porque nos parece que ha sido una chapuza, los vaivenes administrativos jurídicos que se han ido haciendo con el partido instrumental. Se transforma en Más País, pero después se le cambia el nombre de nuevo a Más Madrid manteniendo el ámbito nacional. Nosotros nos sentimos herederos de un proyecto que era una plataforma ciudadana abierta que se presentaba bajo la fórmula de partido instrumental. Eso se ha pervertido con una serie de decisiones, algunas de ellas no muy transparentes, y queremos que la Secretaría General del Pleno se pronuncie respecto de cómo queda eso.
Cuentan, entiendo, con que lo más probable es que pasen al grupo de no adscritos.
Aquí de lo que se trata es de poder disponer de capacidad y autonomía para llevar a cabo este proyecto y esa es nuestra prioridad.
Algunos compañeros de Más Madrid vinculan su ruptura a que no quieren asumir la carta financiera.
Eso es confundir la parte por el todo. Todos mis compañeros de Madrid suscribieron una carta financiera que consistía fundamentalmente en que nosotros dedicábamos una parte de nuestro sueldo a proyectos con fines sociales. Yo lo hago: colaboro con distintas entidades y organizaciones que trabajan por la mejora de la sociedad. Después, en un proceso de constitución de un partido a posteriori se aprobó una carta financiera de una formación de la que no participamos. Es como si mañana me dicen que tengo que asumir la carga financiera de Izquierda Unida o el Partido Popular. Si ese es el argumento que tienen para justificar la ruptura no se han enterado de nada de lo que está pasando en Madrid.
Con las vueltas que da la vida, ¿podríamos asistir a una vuelta de Carmena en 2023?
No lo creo, ella está en otra pantalla. Me gustaría que en 2023 asistiésemos a una reconciliación honesta de la izquierda y que Manuela se sintiera orgullosa de la candidatura que conformemos para apoyarla e incluso respaldarla de manera absolutamente clara y abierta.