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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Adiós las estufas de gas que calientan las terrazas y contaminan el aire de Madrid: tienen que desaparecer en un mes

A las estufas que con sus llamas calientan a los clientes de la hostelería en Madrid les quedan poco más de un mes de funcionamiento. Si nada cambia en las próximas semanas, el Ayuntamiento de Madrid prohibirá su uso a partir del próximo 1 de enero, según consta en la Ordenanza de Terrazas municipal aprobada en 2022 y que concedió a bares y restaurantes casi dos años para que adaptaran sus negocios a un modelo de veladores sin emisiones contaminantes.

El texto de la ordenanza es claro: “Las terrazas que a la entrada en vigor de esta ordenanza tuvieran autorizadas estufas de gas o emisoras de gases de efecto invernadero como elementos industriales móviles, no podrán mantenerlas más allá del 31 de diciembre de 2023, procediendo, en su caso, a sustituirlas por alguna de los elementos móviles autorizados en el anexo II o a retirarlas”.

Pese a la cercanía de la fecha, numerosos negocios de hostelería en Madrid han encendido sus llamas con la llegada del frío de noviembre a la ciudad y no parecen contar con alternativas para sus clientes a corto plazo. Las estufas de combustión son mayoría en las terrazas de la capital, especialmente en el distrito Centro, donde los cerramientos para las mesas y sillas al aire libre no están permitidos.

La retirada de las estufas contaminantes fue asumida por el equipo de Almeida como una imposición del Grupo Mixto, los concejales escindidos de Más Madrid durante la anterior legislatura. Para conseguir la aprobación definitiva del texto, esta cláusula se añadió a última hora por la entonces vicealcaldesa Begoña Villacís. Después, el consistorio buscó alternativas que ofrecer a los hosteleros para la sustitución de sus fuentes de calor por otras que no emitieran gases contaminantes para su funcionamiento.

Para ello, el área de Medio Ambiente publicó el pasado mes de marzo unas ayudas para la sustitución de instalaciones o aparatos de calefacción por combustión empleados en terrazas o quioscos de hostelería y restauración. Dedicó a ellas 100.000 euros de dinero público, que se agotaron por completo y han servido para abonar el 50% de la sustitución de estufas contaminantes por otras sin emisiones directas.

Las subvenciones se pudieron solicitar hasta el 20 de octubre y las gestionó la asociación Agremia. En su mayoría han servido para eliminar las estufas de calefacción radiante por combustión e instalar en su lugar aparatos de generación de calor eléctrico.

La desaparición de todas las estufas contaminantes a principios de enero no será el único cambio que traiga el 2024 a las terrazas de Madrid. El 1 de febrero, cuando se cumplan dos años de la aprobación de la normativa, también tendrán que ser retiradas todos los veladores instalados sobre plazas de aparcamiento que aún sobreviven en la ciudad, provenientes de las medidas excepcionales de apoyo a la hostelería decretadas durante la pandemia de Covid-19.

Los hosteleros piden una moratoria

Pese a las ayudas y a que la fecha del fin de las estufas contaminantes está fijada desde hace casi dos años, los hosteleros han reclamado esta semana una moratoria y poder extender su uso un año más, hasta “invierno de 2024”, según recogía esta semana el periódico 20 minutos.

El alcalde Almeida respondió sin comprometerse a la moratoria, aunque dejando abierta la posibilidad de algún cambio: “Si hay una situación en la que se produce un desabastecimiento de las estufas eléctricas o no se pueden sustituir por razones justificadas, podríamos estudiar qué medidas se pueden adoptar desde el Ayuntamiento”, apuntó.

Cambiar la ordenanza municipal que regula la retirada de las estufas es imposible a día de hoy por los plazos que exigiría. El intento de hacerlo por la vía rápida en 2022 para indultar un año a las furgonetas contaminantes en el antiguo Madrid Central le ha valido al Ayuntamiento de Madrid una condena del TSJM.

Pese a las peticiones del sector, el consistorio vive un buen momento con la hostelería después de las medidas de apoyo adoptadas durante la pandemia. Hace unas semanas el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, participaba en un acto organizado con motivo del Día de la Hostelería, en el que calificaba al sector como “esencial” para la capital desde el punto de vista económico, por suponer el 5% de su PIB. “Desde Madrid se os valora”, dijo antes de afirmar que “es una obligación de todos los poderes públicos y todas las administraciones poneros las cosas fáciles”.