La deuda del Ayuntamiento de Madrid ha vuelto a crecer. El consistorio reconoció este jueves que a 31 de diciembre de 2023 alcanza los 1.960 millones de euros, 48 millones más de la registrada en la misma fecha del año anterior. Entonces, la deuda viva estaba en 1.912 millones, según los datos consultados por este periódico.
La cifra negativa supone un 38,8% de los ingresos corrientes del consistorio, un punto más también que lo registrado en 2022, cuando se bajó esta cifra al 37,88%. El equipo de Almeida asegura que este incremento de deuda llega después de un contexto que define como “complicado” debido a la prórroga presupuestaria y las elecciones.
Los datos han sido ofrecidos este jueves por la delegada de Economía, Innovación y Hacienda, Engracia Hidalgo, quien ha evitado comparar el dato de deuda con la de 2022 y se ha ido hasta el 2018 para asegurar que su equipo lo ha reducido “en un 29%” desde entonces. Luego ha asegurado que la situación financiera del Ayuntamiento de Madrid está “saneada”.
El endeudamiento de la capital es uno de los principales problemas financieros de Madrid desde que, durante la etapa de Gallardón como alcalde, elevara este apartado por encima de los 6.000 millones de euros para el soterramiento de la M-30 y otras grandes obras. Durante la etapa de Manuela Carmena como alcaldesa el nivel de deuda bajó con ritmos anuales de hasta 450 millones (años 2017).
“Están endeudando y comprometiendo los ingresos de los madrileños del futuro mientras no son capaces de gastar todo el presupuesto de este año”, lamenta la concejala socialista Enma López después de conocer las cifras. “Les han sobrado 154 millones de euros con la cantidad de necesidades que tiene Madrid”, añade mientras acusa al equipo de Almeida de hacer “trilerismo político”. “Nos parece muy decepcionante. Seguiremos analizándolo para ver en qué cosas más nos han intentado engañar”, concluye.
Superávit e impuestos
Según los datos municipales, el aumento de la deuda en Madrid con Almeida contrasta con el superávit de 154 millones obtenido por el consistorio durante el pasado ejercicio, con el que da la vuelta al déficit de 236 millones obtenido en 2022. También suma un remanente de tesorería de 517 millones, en un contexto en el que han sido suspendidas las reglas fiscales.
En cuanto al gasto, se ha ejecutado el 92,3% de los 5.774 millones presupuestados para el año pasado. Además, se reconocieron obligaciones por 5.326 millones de euros que, 141 millones menos que en 2022 “debido a los ajustes negativos de la prórroga presupuestaria”.
Los ingresos del Ayuntamiento han aumentado hasta los 5.663,4 millones de euros, 401 millones más que en diciembre 2022 y el dato más alto desde el año 2015, lo que para el consistorio “demuestra la recuperación de la actividad económica en la ciudad”. El equipo de Almeida se queja de que la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el impuesto de plusvalía hizo que el Ayuntamiento pasó de recaudar 612 millones en el año 2017 a 384 en 2023. En términos relativos, se reconocieron derechos por el 100,5 % de la previsión de ingresos de operaciones no financieras frente al 94,5 % de 2022.
En cuanto a los impuestos directos, el consistorio aumenta ingresos por el IBI (sube 38 millones hasta alcanzar los 1.511), por el IAE (6 millones hasta los 138) y el ICIO (21 millones hasta los 127). El impuesto por plusvalía se mantiene, con 384 millones, y baja el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), por el que se recaudaron 141 millones, “debido al incremento de vehículos bonificados por baja contaminación”. También aumentaron las tasas y otros ingresos en 108 millones de euros hasta alcanzar los 787 millones. Los ingresos patrimoniales se incrementaron en 22 millones de euros, hasta los 122 millones, buena parte de ellos por los derechos de superficie abonados dentro del Programa Vivienda Alquiler.