El Ayuntamiento de Madrid recurrirá este martes la sentencia que anuló la licencia para las cocinas industriales de la calle Alejandro Ferrant, en el distrito de Arganzuela. Lo hará “porque así lo aconsejan los servicios jurídicos”, informan a Somos Madrid fuentes del área de Desarrollo Urbano, responsable de conceder los visados de fucionamiento a este tipo de negocios.
El fallo judicial conocido la pasada semana llegaba después de que las familias del colegio público Miguel de Unamuno denunciaran al Ayuntamiento por considerar ilegal que se abrieran cocinas fantasma junto al colegio de sus hijos. Ahora el Ayuntamiento decide recurrir “en base a dos cuestiones fundamentales: el informe medioambiental que indica el juez no era necesario según todos los informes municipales y el informe jurídico que indica que falta sí está incorporado en el expediente”, aseguran las mismas fuentes.
La decisión se toma en el último día hábil para que el Ayuntamiento de Madrid recurriera la sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Madrid. Las familias del centro escolar habían pedido al alcalde de Madrid que no lo hiciera con una campaña en redes sociales bajo el lema #AlmeidaNoRecurras, apelando también en los medios de comunicación a que salvaguardara la salud de sus hijos.
El consistorio sin embargo defiende que presena el recurso “por seguridad jurídica” y la licencia seguirá en vigor hasta que los tribunales vuelvan a valorar los argumentos de las partes.
La sentencia supuso un auténtico mazazo para este tipo de establecimientos, ya que el juez era rotundo al afirmar que “es indiscutible que se trata de una actividad industrial, situada en una zona residencial, con emisiones de las cocinas y ruido por el aumento de movilidad, que tiene repercusión en el medio ambiente”.
El fallo judicial sentenciaba que es “indudable” que hay “perjuicios a los vecinos” derivados de la limpieza y tratamientos de residuos; “perjuicios derivados de la contaminación acústica, dado que el proyecto no ha valorado el ruido provocado por los vehículos y o motocicletas destinadas al reparto de comida a domicilio a establecimientos de restauración, comercios y particulares”, y ocasionados por la afección a la movilidad urbana.
Posible anulación de la licencia por parte del Ayuntamiento
Pese al recurso, el área de Desarrollo Urbano asegura que revisará toda la licencia al tener dudas respecto a “los antecedentes del local”, a la vez que apuntan a que pudo haber un cambio de uso en los años sesenta.
“Se estudiará toda la documentación y si se comprueba que ese cambio de uso existió se anularía la licencia”, aseguran desde Cibeles.
Pese a este último anuncio municipal, las familias del colegio Unamuno se sienten “decepcionadas” con el recurso y advierten que “esta decisión condena a las niñas y niños del colegio Miguel de Unamuno y al vecindario a seguir sufriendo la pesadilla de olores, ruido y tráfico que provoca este negocio industrial, reconocido por un juez como indudablemente perjudicial”, explican en un comunicado.