Vecinos de Arganzuela denuncian que el enclave original del Metro en Madrid Río protegía el Real Canal hallado bajo tierra

Un nuevo hallazgo patrimonial en el subsuelo de Madrid ha derivado en otra disputa entre el entramado vecinal del distrito de Arganzuela y el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Residentes de la zona critican que la ubicación originalmente propuesta para la estación de la línea 11 de Metro de Madrid Río, en el paseo de las Yeserías en vez de en la propia arboleda histórica del Parque de Arganzuela, habría permitido una mejor preservación de los restos encontrados durante las obras del suburbano.
Dichos restos conforman el tramo “más largo y más utilizado” del antiguo Real Canal del Manzanares aparecido hasta la fecha, según la arqueóloga de la intervención, Esther Andreu. Se trata de unos tablones de madera dispuestos de forma longitudinal, marcando así una especie de camino o cauce. Petenecen a un ambicioso proyecto de ingeniería hidráulica diseñado hace casi tres siglos, que pretendía llegar a Aranjuez para conectar con el Tajo y establecer una gran conexión fluvial para el transporte de mercancías entre Madrid y Lisboa.
En medio del feliz descubrimiento, los vecinos de Arganzuela no bajan la guardia. Desde la Asociación Pasillo Verde Imperial y la agrupación No a la Tala arremeten contra “la hipocresía de la Comunidad de Madrid, ya que conocían desde hace dos años (antes del inicio de las obras) la existencia de estos restos arqueológicos”. Exponen que “en marzo de 2023 se solicitó que la arboleda histórica de Arganzuela fuera declarada Bien de Interés Cultural, petición que solo obtuvo un silencio administrativo”. En dicha solicitud, el movimiento ciudadano Yo Defiendo Este Árbol / No a la Tala ya ponía de relieve la coincidencia del trazado del Real Canal del Manzanares con el trazado de la arboleda donde iban a llevarse a cabo las obras de la estación.
Los planes del Ejecutivo autonómico son preservar gran parte de los vestigios en un espacio museístico del interior de la estación, al estilo de los Caños del Peral en Ópera. Pero las organizaciones vecinales lamentan que “las obras hacen imposible preservar la totalidad de los restos in situ”. Exigen, respecto a esa futura muestra, que haya “participación vecinal para que se pueda recoger toda la historia del parque de Arganzuela”.
Desde estas entidades recuerdan asimismo que “si no se hubiera modificado la ubicación de la estación de metro de Madrid Río, se habría preservado el patrimonio histórico y verde del parque de Arganzuela”. Los trabajos han supuesto, además de esta afectación al patrimonio enterrado, la eliminación de en torno a medio millar de árboles entre Madrid Río y Comillas. Este aspecto despertó encendidas protestas en el barrio y diversos frentes judiciales. Una batalla que consiguió salvar alrededor de otros 500 ejemplares de la tala. Por ello, Pasillo Verde Imperial también reclama “un verdadero proceso participativo que cuente con los vecinos para el diseño del futuro parque, ya que será imposible restaurarlo a su estado original como anuncian desde la Comunidad de Madrid”.
Ya se habían encontrado con anterioridad otros vestigios de esta primigenia pero importante estructura hidráulica. Entre los más reseñables está el de su cabecera, descubierta en 2006. Sin embargo, posteriormente fue trasladada y olvidada en el Taller de Cantería de Casa de Campo. En la web de la Plataforma de Amigos Real Canal de Manzanares recogen lo sucedido con este tramo: “Cuando el Real Canal fue clausurado, alrededor de 1860, las pestilentes aguas estancadas se convirtieron en un problema sanitario, por lo que tras algunos años se decidió cegar. Suponemos que las decoraciones de mármol debieron ser rescatadas y trasladadas a algún lugar seguro de los almacenes de palacio, aunque a día de hoy permanecen en paradero desconocido”. Evitar este final para los nuevos hallazgos es justo lo que persiguen los vecinos de Arganzuela.
1