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El Ayuntamiento de Madrid alquila a Uber 308 plazas de un parking municipal por la mitad que a los residentes

Diego Casado

19 de julio de 2022 22:30 h

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Los carteles de Parking privado se suceden por las columnas del aparcamiento público de San Epifanio, entre coches con las letras de Uber sobre las carrocerías. Sus dos plantas subterráneas, situadas junto al río Manzanares, albergan la mayor flota de VTC en el sur de Madrid, propiedad de la empresa Moove Cars, cuyo logo también aparece en la cartelería impresa.

El desembarco de los coches de Uber en este parking del Ayuntamiento de Madrid, gestionado de forma directa por la Empresa Muncipal de Transportes (EMT), se produjo hace unas semanas. Los VTC llegaron allí después de las quejas vecinales registradas en el aparcamiento de la Avenida de Portugal, donde la compañía de vehículos de alquiler con condutor repartía llaves a sus trabajadores y hacía uso del lugar como si de unas instalaciones privadas se tratase.

Ahora el modus operandi se ha trasladado a San Epifanio, donde Moove Cars construye una oficina sobre seis plazas de parking en su primera planta y ha repartido sus carteles por todas las instalaciones. La EMT explica que la empresa ha alquilado 308 plazas de aparcamiento de las 501 disponibles en las dos plantas de San Epifanio. Por ellas abona más de 150.000 euros al año a la empresa pública, lo que equivale a 40,58 euros por estacionamiento. El contrato tiene una duración de dos años, prorrogables, explican a Somos Madrid desde la compañía pública.

Las condiciones distan mucho de lo que se ofrece a los vecinos en el mismo lugar: los precios para los residentes que quieran alquilar una plaza van desde los 100 euros al mes si se renta por un año hasta los 80 euros si se suscribe un contrato de cinco anualidades. De momento, pocos particulares se han interesado por dejar allí su coche: “Actualmente no hay lista de espera y hay sobrada disponibilidad de plazas para la demanda que surja”, indican desde la EMT.

El acuerdo con Moove Cars ha resultado -según la EMT- “una oportunidad de reabrir una infraestructura cerrada de una forma económicamente sostenible”, explica un portavoz de la empresa. “Este aparcamiento estaba muy ligado a los eventos del Vicente Calderón y, cuando el estadio se clausuró, se tuvo que cerrar esta infraestructura por falta de demanda”, recuerdan.

San Epifanio fue inaugurado por Ana Botella y Enrique Cerezo en el año 2014, cuando el Atlético de Madrid todavía no se había trasladado al Metropolitano y necesitaba de un lugar en el que sus aficionados pudieran llegar en coche y aparcar junto al estadio. El derribo de las instalaciones deportivas conllevó la clausura del aparcamiento y, con su reapertura, supone un espacio ideal para los coches de Uber, con acceso directo a la M-30 y llegada en poco tiempo a cualquier punto del sur de Madrid.

Los vecinos: “Pedimos usar el aparcamiento gratis durante las obras”

Pocos vecinos acuden actualmente a dejar sus coches en el aparcamiento de San Epifanio, que ahora está rodeado de obras: a un lado tiene las de la cobertura de la M-30 en los terrenos del antiguo Calderón, con su famoso muro. Encima las promociones inmobiliarias que dejarán miles de viviendas en la zona. El lugar está lleno de ruidos, polvo y trasiego de máquinas. Con los precios actuales, a los habitantes de esta zona de Arganzuela no les compensa aparcar allí sus vehículos.

“En su día pedimos a la Junta de Arganzuela pedir el aparcamiento gratis durante las obras”, explican desde la asociación de vecinos Pasillo Verde Imperial. Los trabajos de construcción de las viviendas dejó al barrio sin muchas plazas de aparcamiento y en su grupo reclamaron una compensación para poder utilizar las 500 plazas de San Epifanio de modo libre. La respuesta fue los citados bonos con precios de 80 a 100 euros, poco atractivos para un aparcamiento sin transporte público cercano y en un barrio donde es posible encontrar plazas de garaje a partir de 80 euros en zonas mejor situadas.

En lugar de tener aparcamiento gratis, los vecinos se han encontrado con unas instalaciones llenas de VTC de Uber, con unas cintas de obra delimitando sus espacios de forma arcaica y una oficina en construcción para la compañía que ocupa seis plazas de aparcamiento. “Han colocado carteles indicando que se trata de un parking privado como si fuera suyo”, se quejan además de indicar que los coches ocupan bastantes más de las 308 plazas indicadas por la EMT. Un recorrido por el aparcamiento permite ver que solo 36 estacionamientos situados en la planta inferior no están ocupados por coches con el logo de Uber.

Además, el trasiego de los coches de alquiler empieza a ser importante y los vecinos están preocupados por lo que pasará allí a partir de septiembre, porque una de las entradas y salidas al parking está situada junto al colegio público Tomás Bretón, con el consiguiente aumento del tráfico junto a un centro escolar.

La empresa que ha alquilado las 308 plazas, Moove Cars, es la compañía que posee más licencias de VTC en España, según Cinco Días, con más de 3.400 autorizaciones activas y al menos otro aparcamiento para sus vehículos en la zona de Chamartín. Uber adquirió el 30% de su accionariado hace ahora un año.