El viernes pasado, una mujer que se encontraba pasando el rato con sus hijos en el parque José Luis Sampedro de Chamberí acabó en el hospital a causa de una aparatosa caída. Lo que parecía una tarde de juegos como cualquier otra terminó con varios puntos de sutura y un susto de muerte. El culpable: un bordillo metálico que se ha convertido en el punto negro del parque.
“Salí corriendo detrás de mi hija, quería alcanzarla porque se estaba alejando. Como la entrada por la parte del Centro Cultural Galileo está cerrada me levanté rápidamente en la otra dirección y me tropecé con el bordillo”, explica la vecina accidentada. Antes de caer, intentó recuperar el equilibrio pero le fue imposible: “Me golpeé en la cara con el suelo porque tenía las manos ocupadas con el abrigo y la mochila de mi hija”.
El golpe le provocó varias heridas en la cara, en la nariz y dentro del labio. “Me han tenido que poner varios puntos y esta semana tengo que guardar reposo. Afortunadamente no ha sido nada grave pero hay que tener mucho cuidado, esos bordillos son muy peligrosos”, cuenta.
Esta mujer, vecina del distrito, es la última víctima de una larga lista de personas que han sufrido caídas en este parque. Algunas, incluso, han terminado en fracturas y heridas más graves, tal y como indica Ruth López, vocal vecina de Más Madrid en Chamberí: “Un niño se rompió la rodilla hace un par de años”.
La situación se ha vuelto insostenible. Todos los días hay caídas y tropezones que pueden acabar en desgracia. “Nunca estás tranquila en ese parque. Va gente mayor y muchos niños, es un absoluto peligro”, señala la representante vecinal. De hecho, aunque se encuentran a la vista, la mujer accidentada asegura que “en el momento que vas andando rápido o corriendo te puedes tropezar sin darte cuenta”.
A pesar de que el parque se reformó hace poco, la zona ajardinada se encuentra rodeada por un bordillo metálico y puntiagudo en las esquinas que “no tiene ninguna función más allá de ser un foco de accidentes”. Por lo general, según explica la vocal vecina, este tipo de elementos “suelen estar escondidos”, por lo que su exposición no se debe a la falta de tierra en los jardines, si no a un error en su instalación. “No es que se vea un poco, es que está fuera completamente”, insiste la mujer accidentada.
El peligro está presente para todos, aunque los niños son los que han salido más perjudicados: “Siempre están jugando al fútbol en la entrada con un campo improvisado. La portería es la estatua de José Luis Sampedro, es un esquinazo que está muy afilado y estamos en tensión constante cuando se tiran de cabeza para parar un gol”.
Una mala proyección y falta de mantenimiento
Al igual que no es la primera vez que se produce una caída de esta envergadura, tampoco es la primera vez que los vecinos denuncian el estado del parque. En 2021, el asunto de los bordillos se debatió en la Junta Municipal de Chamberí y la votación para eliminarlos fue favorable.
El anterior concejal-presidente del distrito, Javier Ramírez, se comprometió a acabar con este peligroso elemento, pero no se llegó a hacer nada. “Lo único que hicieron cuando se aprobó fue poner una goma pegada alrededor que se despegó al segundo día. Los niños cogieron todas esas gomas gigantes y se hicieron sus propios columpios”, comenta la representante vecinal.
El pasado mes de diciembre, Ruth López volvió a poner sobre la mesa esta problemática ante los últimos acontecimientos. El nuevo concejal-presidente, Jaime González Taboada, fue a ver el parque y, según indica la vocal vecina, “reconoció que es un despropósito”.
Para evitar que la propuesta caiga de nuevo “en saco roto”, Más Madrid volverá a plantear el asunto en la Junta de Chamberí. La solución es fácil: “Solo con quitarlos sería suficiente”.
Además, la vocal vecina asegura que este no es el único problema del parque: “El mantenimiento en general deja mucho que desear. Las maderas están rotas, los clavos de los bancos se salen y la zona de perros se encharca porque no hay buena filtración”. Desde Más Madrid consideran que “no es una cuestión de remodelar el parque porque está nuevo, es cuestión de mantenerlo en mejor estado y quitar los bordillos”. Si no actúan de inmediato, los vecinos valoran tomar mayores medidas: “Estamos pensando en hacer una manifestación”.