La portada de mañana
Acceder
Un Mazón acorralado tratará de 'vender' reconstrucción para tapar su gestión
Ribera se remite al código de conducta: dimitiría si se lo pidiera Von der Leyen
Opinión - Ni liderazgo ni autoridad. Por Esther Palomera

Jueves por la mañana en Chamberí: protesta contra la destrucción de la pista deportiva de Cea Bermúdez

Luis de la Cruz

10 de julio de 2022 17:00 h

0

Jueves 7 de julio en la calle Cea Bermúdez. 9.45 de la mañana. Es un día un poco más fresco de lo habitual en Madrid por estas fechas. Poco a poco, van llegando vecinos a la puerta metálica situada a la altura del número 3 de la calle. Al otro lado de la misma, un tanto escondido al paso del peatón, está el nuevo Centro Deportivo Municipal del Parque Móvil. No se trata de una convocatoria pública, pero se ha pasado por WhatsApp a miembros del AMPA del Colegio Público San Cristóbal, de otras AMPAS y colectivos vecinales de Chamberí como la Casa de la Cultura o Parque sí Chamberí…Son un grupito de unas quince personas con una pinta muy formal.

Hagamos un repaso rápido del caso. Durante la anterior legislatura, el Ayuntamiento de Madrid se hizo cargo del antiguo polideportivo de la Mancomunidad del Parque Móvil del Estado. Lo derribó y comenzó a construir uno nuevo, con piscina y una pista para deportes de equipo. Cuando el actual equipo consistorial llegó, el proyecto estaba ya en marcha y su finalización transcurrió con total normalidad. Lo que no pareció tan normal a las familias del Colegio Público San Cristóbal fue enterarse de que la Junta de Distrito había sacado una licitación que incluía la condición de que las empresas licitantes trocearan la pista deportiva para convertirla en salas de máquinas y clases, “¡la pista que ya debía estar construida!”, aunque aún nadie había podido verla. Los alumnos del colegio siempre habían usado estas instalaciones y, además, el barrio necesitaba mucho más la pista que una nueva sala de máquinas. Emprendieron entonces la labor militante de organizar concentraciones, establecer contactos con los grupos políticos del distrito, dialogar la propia Junta y con decenas de clubes deportivos, AMPAS y asociaciones de Chamberí, que apoyaron la manifestación del pasado seis de junio.

Con dos votaciones perdidas, en los plenos de distrito y en el de Cibeles, con la oposición incluso de Ciudadanos –su socio de gobierno–, el Concejal Presidente de Chamberí se vio obligado a paralizar el proceso de licitación. Pequeña victoria. Sin embargo, llegando el verano, el vacío estival y las vacaciones escolares, el proceso se reactivó. Esta semana tocaba jornada de puertas abiertas para las empresas que se postulan a la nueva licitación:  Sima Deporte y Ocio SL, Servicio Cutura Deporte y Recreación S.L., UTE CLECE-CET10, Ferrovial Servicios SAU, Forus Deporte y Ocio S.L., Isla Verde Obras y Servicios S.L., Eulen S.A., UTE Mistral 2010 S.L. Cultural Actex S.L. y Compromiso Constitución Sociedad Campusport SL-Llop Gestio Esportiva S.L.

A ellos se venía a visitar, precisamente. A ellos, para hacer patente la disconformidad del vecindario con la destrucción de la pista deportiva, y a la propia pista ignota, so pretexto de que la nota convocaba “a todos los posibles interesados”.

Los vecinos manifestantes fueron los más madrugadores. Lo primero que hicieron fue forrar la verja que separa Cea Bermúdez del polideportivo de razones para la permanencia de la pista. Poco a poco, empezaron a llegar también trabajadores de las empresas licitantes, de la empresa constructora y técnicos municipales. Un hombre se mostraba curioso, –“¿qué quieren decir estos carteles? ¿qué es lo que pasa?” Entre la normalidad y el disimulo, los vecinos le explicaban la situación, a pesar de que su chaleco de Ferrovial le delataba como una de las personas que un rato después enseñaría las instalaciones a los convocados.

Momento de entrar.

–¿Nombre de la empresa?, pasen dos por cada una...Perdonen, ustedes no pueden , esto es para empresas que han presentado una licitación.

–Aquí pone que es para interesados, somos de asociaciones y AMPAS del distrito. (Finalmente, los vecinos autocongregados no podrán pasar al interior del polideportivo, pero consiguen acceder al otro lado de la valla, junto a la instalación).

–Tú crees que tu empresa licitaría si se mantuviera la pista?

–“Yo soy solo un currela”, explica el chico joven interpelado, que se ha quedado fuera de la visita porque ya han entrado dos compañeros de más rango. Escucha con atención las explicaciones de los manifestantes.

–El polideportivo está construido sobre un proyecto ad hoc que hubiera costado mucho menos si desde el principio hubiera ido sin pista porque se ha excavado mucho el terreno. Reconvertirlo es un despilfarro de dinero público además de una faena porque los equipos del barrio tienen que irse a jugar a otros distritos.

Los vecinos han decidido empezar a empapelar también el propio centro deportivo con sus proclamas y, con el papel adhesivo en la mano, reparan en que los ventanales a nivel de calle dejan a la vista la pista de sus desvelos.

–¡Acercaos!, se ve la pista perfectamente.

Es imponente, enorme, excavada con una altura de dos plantas, grandes forjados de hormigón y tragaluces que dejan entrar la luz copiosamente.

–Normal que pusieran tanto cuidado en que nadie viera la pista. Teniéndola enfrente se hace evidente el despropósito. Si yo fuera el arquitecto y me tabicaran este diseño me querellaba, dice uno de los presentes.

Mientras, silbatos y gritos de consignas divertidas en la antesala de la instalación:

–¿Cómo era lo que cantaban los niños en la última concentración? Tú debes acordarte, que estabas con la batucada.

–Creo que era, “somos deportistas, necesitamos la pista”

–Bueno, lo de “somos deportistas” no cuela con nuestra edad, lo cambiamos por “niños deportistas, necesitan la pista”.

En la puerta del centro deportivo, mientras, un operario de Ferrovial hace de improvisado portero de discoteca, muy a su pesar. La cancela de la valla que da a la calle está cerrada y, como nadie viene a abrirlos, una manifestante empieza a llamar a la policía municipal. Finalmente, salen a abrir. Mejor que se vayan. Pero aprovechan para hablar con todo implicado que pasa por allí:

–Hola, ¿no te parece una pena que vayan a destruir esa pista tan magnífica?

–[Sonrisa] Nos va da a dar pena, después de haber participado en su construcción...

Una hora después, los licitantes aún siguen dentro de las instalaciones y el grupo se dispersa.

–Luego subo las fotos a twitter, mucho ánimo con la lucha y avisadnos para lo que sea, ¡pero solo queremos buenas noticias!.

El día sigue, el proceso para reconvertir la pista deportiva también, parece, pero el tejido asociativo de Chamberí no ceja en su intento. ¡La pista se queda!, repiten cada vez que tienen ocasión.