La película ‘El mundo sigue’, de Fernando Fenán Gómez, basada en la obra literaria del mismo título escrita por Juan Antonio Zunzunegui y que refleja a la perfección las miserias de la España Franquista: guardias, curas e hipocresía social, adulterio, prostitución de lujo, aborto, robo, violencia doméstica o la censura, es también un buen testimonio gráfico de cómo eran Chueca y Malasaña en los años 60.
Tan importante en este caso como el guión son los escenarios, que la cámara introduce con planos generales de ambiente para mostrar sus verdaderas intenciones, con abundantes encuadres oblicuos, picados, contrapicados y zooms que nos acercan a los rostros de los sufridos personajes.
El mundo sigue, de Fernando Fernán Gómez (1965) por MatuschekMatuschek
Tal y como se puede apreciar en la anterior secuencia, la película nos muestra una Plaza de Chueca difícil de reconocer en la actualidad: con tierra, grandes árboles y niños jugando en ella a la pelota y a la comba.
El ático de la Plaza de Chueca en la que viven los padres de las dos protagonistas y su beato hermano es también reconocible, así como el sótano en el que Eloísa y Faustino viven con sus cuatro hijos.
Censura y reestreno
Con un reparto formado por Lina Canalejas -como Miss Maravillas año 1950 y reina de la belleza de Madrid-, Fernando Fernán Gómez, Gemma Cuervo, Milagros Leal, Agustín González, Francisco Pierrá, José Morales, Fernando Guillén, José Calvo, Jacinto San Emeterio, José María Caffarel y Pilar Bardem, se trata de una película galdosiana, casi documental y muy dramática, que toca temas tabú en aquella época, lo que hizo que tuviera que estrenarse casi de forma clandestina el 10 de julio de 1965, con dos años de retraso, en un cine de Bilbaio.
Con motivo del quincuagésimo aniversario del estreno, tuvo lugar en los Cines Verdi el reestreno de una versión restaurada y en formato DCP. Ahora la Filmoteca Nacional, a través del ciclo “Cineastas madrileños”, nos ofrece la oportunidad de poder verla de nuevo el próximo 13 de abril a las 17:30 horas.