Los detalles de la reforma de Alcalá entre Gran Vía y Cibeles: más acera, un nuevo paso de cebra y mejor conexión ciclista

Diego Casado

29 de abril de 2021 13:35 h

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Casi tres años llevan instaladas las vallas con las que el gobierno de Carmena amplió las aceras de la calle Alcalá, a la espera de la reforma definitiva de la calle. Las obras se han hecho esperar, pero empezarán previsiblemente este verano, después de que el Ayuntamiento de Madrid haya presentado el proyecto de remodelación del tramo que va de Cibeles a Gran Vía, en la calle más larga de Madrid.

El diseñoconsolida la ampliación de aceras iniciada por Ahora Madrid y mejora algunas lagunas de esta zona, como una conexión ciclista más natural y mejor señalizada a través del carril bici existente, además de añadir un paso de cebra a los peatones que quieran cruzar a la altura de la intersección con Barquillo.

Una de las actuaciones que más llamará la atención será la plantación de más árboles. Ocurrirá sobre todo en la zona norte, donde se ampliarán aceras para permitir mayor espacio peatonal y una segunda alineación de arbolado. También habrá más verde en la acera sur, donde el Ayuntamiento quiere “recuperar el espíritu de bulevar que tuvo la calle Alcalá hasta mediados del siglo XX”, para lo que eliminará un carril de tráfico rodado y creará varias isletas en su lugar.

Con esta actuación se restará algo de asfalto a la zona y los ciclistas que circulen por el carril bici quedarán menos expuestos al tráfico de bajada, que suele alcanzar grandes velocidades. La seguridad aumentará así en una zona donde falleció un ciclista en 2017, después de ser arrollado por un camión.

La conexión ciclista mejora también con la reforma, al menos en la parte de Alcalá que lleva a Sol. El Ayuntamiento ha optado por mantener el doble sentido del carril bici existente y facilitar su acceso desde la rotonda de Cibeles con una mejor señalización. La salida a la altura del cruce con Cedaceros también es más fluida.

Sin embargo, los ciclistas que circulen por la calle Alcalá para dirigirse a la Gran Vía no contarán con ningún carril segregado, al igual que tampoco se incluyó en la reforma que ejecutó Carmena sobre esta última calle. La fuerte pendiente hace poco atractivo este tramo para los ciclistas, salvo que cuenten con asistencia eléctrica en su pedalada.

El proyecto de reforma de Alcalá incluye la adecuación al nuevo diseño del entorno del pebetero situado en Cibeles, que fue inaugurado el pasado año en homenaje a las víctimas de la pandemia. Para ello, se va a construir una nueva base con sillares de granito que garanticen la seguridad del monumento y lo integren en esta área.

Además, se reubican algunos elementos de las aceras, como la estación de Bicimad más cercana a Sevilla o la terraza del Círculo de Bellas Artes, que en los planos aparece dibujada en la zona más cercana al carril bici. La maqueta de la Gran Vía también cambiará de ubicación, para pasar a estar situada en la entrada de la calle.

El proyecto abarca diferentes intervenciones, entre las que destaca la renovación total del pavimento, adaptándolo a los criterios utilizados en el entorno de Canalejas. Para ello, se utilizarán grandes piezas de granito multiformato con bandas drenantes en las que se ubicará el arbolado. Para cumplir con la normativa vigente en materia de accesibilidad, en los cruces y pasos de peatones se dispondrá un pavimento podotáctil.

En lo que respecta al mobiliario urbano, se renovará y ordenarán todos los elementos (bancos, papeleras, alumbrado y puntos de recogida de residuos) en bandas que mejoren tanto la accesibilidad como la movilidad peatonal. De este modo, también se adaptará la vía para que cumpla con la normativa de accesibilidad universal en todos sus tramos. El alumbrado, que se renovará en todo el recorrido de calle a reformar, será similar al del entorno de Canalejas, tanto en su diseño como en su alta eficiencia energética.

“Una oportunidad perdida”

El proyecto de reforma ha sido criticado por algunos colectivos como la asociación A pie, que considera que se trata de “una oportunidad perdida para que caminar y estar en la calle sea cómodo, seguro y atractivo para los peatones”, explican en un comunicado. En su opinión, creen que el proyecto debería haber añadido cinco pasos de cebra más para favorecer el paso de caminantes, y que la calzada podría haberse reducido más para que la ampliación de aceras hubiera sido aún mayor. También echa de menos “más arbolado, fuentes para beber y espacios atractivos para la estancia y el juego”.

La reforma saldrá a concurso por 5,9 millones de euros, un precio inferior a los 8,4 que había calculado inicialmente el Ayuntamiento de Madrid. Una vez adjudicada la licitación, previsiblemente este verano, las obras durarán un año. Con esta actuación, el Ayuntamiento unirá varios entornos que fueron remodelados recientemente para ampliar la superficie peatonal existente, como el tramo de Alcalá más cercano a Sol, la Gran Vía o el Paseo de Recoletos. Las obras para peatonalizar la Puerta del Sol serán las siguientes.