Las caídas de árboles y ramas de las últimas semanas están poniendo en evidencia las deficiencias de la nueva gestión del servicio de parques y jardines del Ayuntamiento de Madrid, que hasta el año 2021 recaerá en las empresas privadas ganadoras de los concursos de contratos integrales en los que también se integran otros servicios como el de la recogida de basuras.
Si la mañana del 3 de julio nos despertábamos con la noticia de la caída de la rama de un pino de gran porte en el Paseo de Recoletos por las fuertes rachas de viento –que afortunadamente no causaba daños personales pero doblaba una señal de tráfico y obligaba a cortar la circulación rodada en dirección a Cibeles en hora punta– ayer una enorme rama de entre seis y ocho metros caía en la Calle Marqués de la Ensenada alrededor de las 14:10 horas, a pocos metros de las sedes del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial.
Los vecinos y trabajadores de la zona oyeron un fuerte estruendo y vieron cómo la gigantesta y pesada rama se desplomaba desde unos cinco metros de altura y caía sobre la escalinata de la acera, sin herir a nadie ni causar ningún desperfecto. Una dotación de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid se desplazó entonces hasta el lugar de los hechos para retirar los restos y sanear el árbol, mientras los policías que custodian el Alto Tribunal acordonaban la zona afectada.
Caídas de ramas, un suceso cada vez más habitual
Ahora serán los técnicos municipales quienes determinen las causas concretas de esta caída, que según denuncian los sindicatos de los trabajadores del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento es fruto de la mala calidad del mantenimiento de espacios verdes públicos que realizan las empresas privadas a las que el consistorio transfirió el servicio.
El ejemplo más dramático lo encontraríamos en la trágica muerte de un padre de familia de 38 años que perdió la vida tras caerle encima una rama de cuatrocientos kilos en el Parque del Retiro mientras jugaba con sus hijos de corta edad el pasado 21 de junio. Aunque un informe realizado por la Dirección de Conservación del parque ha confirmado que el árbol estaba “sano” y “cuidado” y que su caída fue fruto de una “descompensación de humedades y un golpe de calor”, un fenómeno inusual pero conocido por los expertos, no parece casual que de pronto todos los puntos de la ciudad registen incidencias similares por caídas y desprendimientos.
Sin embargo, el portavoz municipal, Enrique Núñez, ha afirmado que «no se puede, de un accidente puntual por unas circunstancias puntuales, extender un mantra sobre la inseguridad del arbolado de la ciudad de Madrid» y que no es necesario establecer un plan «de choque» de podas y talas.
Una opinión que contrasta con la de los profesionales encargados de realizar las tareas de mantenimiento, que no dudan en afirmar que la mayor parte de los trabajos que realizan son 'jardinería de escaparate', meramente estéticos, en los que se arregla únicamente lo que pueden ver los transeúntes.
Los agentes mediambientales especialmente preocupados por el mal estado de parte de la arboleda madrileña, que a pesar de las podas preceptivas este año presentan mayor riesgo por el peso del agua y el exceso de floración, sobre todo después de una tormenta o de fuertes vientos a los que siguen altas temperaturas.