La línea 1 de Metro de Madrid, la más antigua de la red y una de las de mayor extensión, será cortada durante el año que viene en el tramo sur, el que va de Sol a Valdecarros. La Comunidad de Madrid evita de momento anunciar las fechas del corte y solo ha indicado este viernes que tendrá lugar cuando suponga la “mínima afección” a los usuarios, según la consejera delegada del suburbano, Silvia Roldán, en la comisión de Transportes de la Asamblea de Madrid.
El proyecto de renovación de la línea, según figura en el Pliego de Condiciones Particulares para la Contratación consultado por Europa Press, prevé dos fases en las que a su vez habrá tres etapas en cada una. La primera será en 2023 y pretende “poner al día” la superestructura de vía en la línea´azul. La segunda fase, previsiblemente, será en 2024 otro corte entre Sol y Chamartín.
El corte en 2023 afectará a 18 estaciones, aunque Sol permanecerá operativa durante las obras. El corte tendrá lugar durante un máximo de 129 días (algo más de cuatro meses) en fecha aún por determinar. Antes habrá trabajos previos al cierre del servicio, que se acometerán a lo largo de tres meses de 2.30 a 5 horas. Y una vez que finalice el corte habrá otras labores posteriores de tres meses en horario nocturno en el que estará operativa.
Roldán ha indicado que para poder planificar las obras ---incluidos en los 150 millones para reposición de activos de la compañía-- una de las cuestiones “más importantes” es contar con la parte técnica completa y la planificación presupuestaria. “Para nosotros en el contexto actual es tremendamente complejo desarrollar los procedimientos en este contexto económico. En este caso el objetivo es que tenga la mínima afección posible”, ha remarcado Roldán, quien ha avisado, aún así, que los plazos también pueden ser afectados por el proceso de contratación pública y si el proyecto se recurre a los tribunales.
Estos trabajos implicarán el fin del balasto en la red, ya que la línea celeste es la única que queda con este material, que al tener “tanto uso y frecuencia” sumado al gálibo estrecho implica que este componente “termine perdiendo la elasticidad esencial”. Por ello, los trabajos implicarán la reposición de la vía en el “lugar óptimo” para garantizar el confort y seguridad con el cambio de superestructura. Esta renovación integral cuenta con un Presupuesto Base de Licitación de más de 17,3 millones de euros y un valor estimado de 23,1 millones, según recoge el Proyecto.
Durante los meses que esté interrumpido el servicio se complementará con autobuses sustitutivos de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT), confirmó el Ayuntamiento recientemente
El delegado de Medioambiente y Movilidad del Consistorio de la capital, Borja Carabante, explicó el pasado noviembre durante una comisión de su ramo que se pondría en marcha este servicio y apeló al Ejecutivo central para que implementase también un refuerzo en Cercanías para compensar este corte.