El pasado mes de junio se proyectó por primera vez el documental 7291, un trabajo sobre las muertes en las residencias de Madrid durante la pandemia. Fue en una sesión a puerta cerrada a la que acudieron, entre otros, familiares de los fallecidos o el que fuera consejero regional de Políticas Sociales, Alberto Reyero. Todos habían sido invitados por Juanjo Castro, un director de cine comprometido con esta causa, que meses antes se había propuesto rodar una cinta explicando lo que sucedió en los hospitales de la comunidad durante los primeros días de la crisis del Covid.
El documental analiza las circunstancias que llevaron a la Comunidad de Madrid a impedir que los ancianos enfermos del virus acudieran a los hospitales desde las residencias públicas. Esta decisión está explicada con detenimiento, partiendo de los testimonios de todos sus protagonistas: aparece el citado Reyero, directores de residencias, responsables políticos y las comparecencias públicas del entonces consejero de Sanidad, Ruiz Escudero, o de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. Pero los testimonios más desgarradores son los que ofrecen a cámara los familiares de los fallecidos, también recogidos en la Comisión Ciudadana por la Verdad en las Residencias de Madrid, que el metraje recoge en parte.
Tres meses después de este primer pase, su director prepara ahora la llegada a las salas de cine. Su intención inicial era estrenarlo en otoño para que pudiera competir en los Goya, aunque Castro sabe de que la carrera por los premios resultará muy difícil para una cinta tan humilde como la suya, sin apenas presupuesto. “Sería un sueño ser mencionado en los Goya o en los Premios Forqué, pero yo lo veo muy complicado. No tengo los medios ni soy muy conocido”, reconoce Juanjo Castro en conversación con este periódico.
El estreno será el 13 de noviembre en los Verdi, unos cines de Chamberí que siempre han apoyado los trabajos previos de este director. “En 24 horas se agotaron las entradas” cuenta Castro, abrumado por la acogida. Ante la expectación generada, los propios cines han sacado más pases para la cinta. Y es posible que la película llegue a más días y a más cines. “Uno hace las cosas para que se vean, pero esto es una pasada”, añade el director comprobando la demanda del público.
El documental 7291 llegará además al Pequeño Cine Estudio, otra sala de Chamberí, situada en la calle Magallanes. Allí estará, de momento, desde el jueves 14 de noviembre hasta el día 21. Las entradas también están a la venta y se despachan a buen ritmo, confirma el director. Lo que verán los que hayan reservado su pase será un metraje de dos horas de duración, aunque Castro ha montado también una versión más larga, con cuatro capítulos de más de 50 minutos cada uno, pensada para las televisiones o las plataformas que puedan interesarse en su trabajo.
“Una de las cosas buenas del documental es que está hecho con respeto y con criterio, aportando datos”, explica sobre la forma de montar una película para la que contó con muy pocos medios, y a la que dedicó horas innumerables de visionado, deteniéndose en las sesiones de las comisiones de investigación, seleccionando testimonios, buscando datos relevantes. “La gente que vea el documental comprobará que intenta no tomar partido, he tratado de que se entienda la historia”, asegura. Pero también admite que el espectador puede experimentar una revelación cuando se apaguen las luces “como me ocurrió a mí la hacer la película, probablemente pensarán que lo que pasó fue muy fuerte”. “Otra de las cosas de las que me siento orgulloso es haber conseguido explicar algo muy complejo. Se trata de un tema que no es de negros y blancos. Hay muchos grises y muchos matices”, asegura.
El tremendo impacto del asunto abordado en la película ha tenido un efecto directo, sin embargo, sobre su distribución comercial. Castro entabló conversaciones con distribuidoras para su exhibición en cines, pero pronto se dio cuenta de que ninguna podría mover la cinta por los circuitos habituales, ya que el documental aborda uno de los temas tabú para la actual presidenta de la Comunidad de Madrid. “Yo era consciente, no me ha llevado a engaño, estoy tocando la figura de una posible líder del partido más importante de la oposición”, deja caer el director con resignación. “También te digo que si me llego a parar en estas cosas, no lo hubiera hecho. Yo tiro hasta donde llegue con mis medios”, añade mientras cuenta cómo ha sido él mismo quien ha tenido que hablar con cada cine para conseguir pases de la cinta.
Juanjo Castro es realizador de televisión y director de cine, de películas comprometidas y centradas en Madrid (muchas de ellas disponibles en Filmin). También ha colaborado en De interés general, el documental que narra la lucha vecinal que logró construir el enorme Parque Santander en el corazón de Chamberí, sobre la demolición del campo de golf ilegal de Esperanza Aguirre. Con la película 7291 conseguirá algo que aún no había logrado: que el tema interese también en Barcelona, donde también será estrenado el documental. Será en los cines Verdi de la ciudad condal, el 27 de noviembre. Incluirá un coloquio al que también ha invitado a colectivos en lucha por la sanidad pública. “Todo lo estoy consiguiendo gracias al apoyo de las asociaciones, yo no podría solo”, admite.