Aunque el nombre de Luis Lladó y Fábregas no es tan conocido como el de otros fotógrafos coetáneos, como Alfonso o Santos Yubero, su obra es de vital importancia para entender las arquitecturas del primer tercio del siglo XX. El CSIC ha puesto ahora a disposición de todo el mundo las fotografías digitalizadas de la colección custodiada por la Biblioteca Tomás Navarro Tomás. Nada menos que 5.879 negativos fotográficos en soporte de vidrio -la mayor parte de ellos en 18x24 centímetros- que fueron sacadas entre los años 1900 y 1939.
De ellas, más de 2000 fotos pertenecen al primer tercio del siglo XX Madrileño. La cámara de Lledó y Fábregas nos deja, pues, el rastro del crecimiento definitivo de Madrid como gran capital de corte internacional.
De hecho, una parte de la colección pertenece a obras, como las del Tercer Depósito del Canal de Isabel II o la Ciudad Universitaria, entre otras. Sus arquitecturas –exteriores e interiores– nos muestran todos los elementos con los que algunos han definido la modernidad: la llegada de los grandes cines (como el Barceló), teatros (el Pavón), edificios de viviendas del ensanche de la ciudad, modernos establecimientos comerciales (como tiendas de automóviles), hoteles, etc.
En 1920 fue nombrado fotógrafo de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid –ya llevaba un par de años ejerciéndolo de facto–, lo que le convirtió en uno de los más importantes fotógrafos de arquitectura de España, trabajando con grandes nombres de la disciplina como Antonio Palacios o Luis Gutiérrez Soto, entre muchos otros. Y lo hizo con un gran sentido artístico y de la composición, de herencias vanguardistas.
Simultáneamente, se dedicó a la fotografía de patrimonio para el Patronato Nacional de Turismo y abrió estudio en Chamberí (primero en la calle de Santa Engracia y luego en Bretón de los Herreros).
Durante la Guerra Civil trabajó para el Archivo Fotográfico de la Delegación de Propaganda y Prensa de Madrid, organismo del que formaron parte otros grandes nombres de la fotografía como Alfonso o Albero. Al terminar la guerra, tuvo que salir al exilio y murió en México en 1946.
Entre las joyas que guarda este nuevo archivo difundido por el CSIC están varias fotografías centenarias de los antiguos almacenes Madrid-París de la Gran Vía, poco después de su inauguración. En el edificio que ahora ocupa el Primark:
También varios negocios icónicos de Madrid, con letreros modernistas:
Y del Círculo de Bellas Artes, rescatando su antiguo comedor y una piscina ya desaparecida en su planta inferior.