La instalación de una pista de tenis en la Plaza Mayor para promocionar el Mutua Madrid Open ha abierto nuevas rencillas entre los vecinos y el Ayuntamiento de la capital. Antes de que el tenista Feliciano López intercambiara golpes con la alcaldesa en funciones, los residentes de los pisos que rodean la plaza mostraban su descontento por esta nueva privatización del espacio público madrileño. “Es un lugar icónico, estoy deseando que llegue el momento de poder jugar allí, rodeado de tanta historia”, aseguraba por la mañana el deportista y director del torneo.
La instalación consiste en una enorme pista de tierra batida homologada en medio de la plaza que replica la de la Caja Mágica, el recinto en el que se disputará próximamente el Mutua Madrid Open. Estará disponible hasta el próximo 26 de abril y los aficionados podrán acceder a su alquiler por un precio simbólico de un euro. Si tienen la suerte de reservar alguna hora, ya que los tramos horarios vuelan según salen a la venta. Las reservas, que se desbloquean con seis días de antelación, están agotadas. “Ha sido un éxito rotundo”, presumía Inmaculada Sanz, vicealcaldesa y alcaldesa en funciones de Madrid, durante la inauguración de la pista.
La Asociación Vecinal de Residentes de la Plaza Mayor cuestiona la elección del recinto y la desinformación que sufren por parte del Consistorio: “Sentimos que nuestro esfuerzo y compromiso ciudadano no se ha traducido hasta la fecha en consultas ni tampoco en información sobre el evento que se preparaba”. Ante el desconocimiento, los vecinos se han movilizado para pedir explicaciones al Ayuntamiento, que en ningún momento les comunicó los criterios por los cuales se ha autorizado este evento.
Es la segunda vez que se instala una pista en una plaza pública del centro de Madrid. El año pasado tuvo lugar en Colón y, ahora, se replica en esta plaza, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y monumento histórico-artístico nacional, además de un punto neurálgico para el turismo en la capital.
La polémica pista de tenis llega en pleno proceso de redacción de un nuevo plan director, actualmente en instancias de adjudicación, para la conservación de la plaza. Este es el asunto que más preocupa a los vecinos, que llevan esperando medidas eficaces para su protección desde 2020. Insisten en que no es un problema actual o que tenga que ver con la instalación de esta pista en concreto: “Es nuestro día a día”.
La Plaza Mayor es uno de los emblemas de la ciudad, a diario transitan por allí miles de turistas y, aunque es difícil atajar la problemática que supone para los residentes de la zona la turistificación de un espacio tan relevante, existen formas de hacerlo más llevadero. Ricardo Bustos, portavoz vecinal, señala que la única solución es un plan director: “En Condeduque lo tienen y ha funcionado”.
La redacción de este documento funciona como guía para la adecuada conservación, restauración y desarrollo sostenible del bien de interés cultural, en este caso, la Plaza Mayor. Pero la ausencia del plan director no es su única queja. A la desprotección del entorno se suma la desinformación que sufren: “Nadie nos ha preguntado ni ha contado con nuestra opinión para instalar la pista”. Sin embargo, Sanz asegura que desde están trabajando con los vecinos para minimizar las molestias.
“Por primera vez en décadas se destina durante 20 días el bien de interés cultural a la promoción privada, afectando con esta campaña publicitaria los valores del bien”, explican desde la asociación vecinal. En este aspecto, inciden en que “es de público conocimiento que las intervenciones en la Plaza Mayor, al ser un BIC, requieren dictamen de la Comisión Local de Patrimonio Histórico de Madrid y de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid”, una autorización de la que desconocen los criterios hasta la fecha.
Los vecinos consideran que no existe beneficio alguno para la plaza y sus residentes y que “sin criterios ni gestión cultural del bien”, la instalación de la pista podría contradecir la Ley del Patrimonio Histórico Español al no garantizar la conservación del patrimonio histórico.
Una privatización continua del espacio público madrileño
La pista, además de estar destinada a jugar al tenis, sirve de valla publicitaria. Se pueden contabilizar más de una veintena de marcas, todas patrocinadoras oficiales del torneo deportivo. A la ocupación del espacio público para eventos privados con la aprobación del Ayuntamiento se suma el uso del patrimonio histórico madrileño como “escaparate de promoción”. “Van a cambiar el BIC por el BIM (Bien de Interés Mercantil)”, comentaban los vecinos en redes sociales sobre la instalación.
Los residentes de la Plaza Mayor recuerdan que en estos casos hay que tener presente el Convenio de Faro, que no solo salvaguarda el patrimonio, también todo lo que le rodea: “Las personas que vivimos en un BIC merecemos que se protejan nuestras casas”.
No es la primera vez que se perpetra un espacio protegido para destinarlo a un evento privado. En julio de 2023 se llevó a cabo la instalación de un circuito de Fórmula 1 en el Paisaje de la Luz. Los vecinos protestaron ante la Unesco, el organismo que declaró esta zona Patrimonio de la Humanidad, porque consideraban que ejercía “una terrible presión sobre los recursos naturales y la infraestructura de la ciudad”. El evento se llevó de igual forma a cabo.
“Estamos desprotegidos en nuestra propia casa”, asevera el portavoz vecinal. Tanto él como el resto de residentes de la plaza piden que se tengan en cuenta sus derechos: “Las personas que vivimos en espacios considerados patrimonio debemos intervenir en la toma de decisiones”.
Festivales, fútbol y césped: otros usos de la plaza
La de la pista de tenis no es la única intervención que ha puesto en entredicho el uso de la plaza, es el caso del campo de fútbol que se instaló en 2019 para promocionar la celebración de la Champions League. “Fue un despropósito, nos empezamos a coordinar a raíz de este tipo de eventos”, explica el portavoz vecinal. Cuando la asociación todavía no existía, la movilización en estos casos era mucho más complicada.
Al igual que ocurrió con el campo de fútbol, también han sufrido las consecuencias de los festivales de música que ha llevado el Ayuntamiento a la emblemática plaza en fechas señaladas como San Isidro o el Orgullo. “Es muy bonito desde fuera, pero... ¿se han parado a pensar cómo es vivir dentro?”, señalan desde la asociación.
El ruido, la música superando los límites permitidos y la masificación de personas es algo diario. “No tenemos que sufrir este tipo de molestias constantes por vivir en la Plaza Mayor de Madrid”, denuncian.
La polémica pista también ha traído de vuelta las imágenes de la plaza cubierta de césped en 2017 y para muchos ha sido inevitable comparar ambas instalaciones. “Unos privatizan lo público y otros hacen comunidad en lo público”, comentaba un usuario de X (antes Twitter) junto a dos fotos: una de la pista de tenis recientemente instalada y otra del recinto cubierto de verde.
La segunda imagen se dio durante el mandato de Manuela Carmena, que en septiembre de 2017 instaló un enorme césped artificial para conmemorar el cuarto centenario de la plaza. Fue un éxito, todos los días estaba llena, aunque cualquier evento masivo produce molestias a los que viven allí. Y, en ocasiones, ni siquiera es necesario que se trate de una celebración en la propia plaza como ocurre con los hooligans.
Cada vez que se disputa un partido relevante en la capital, la plaza recibe a miles de hinchas. “Se emborrachan y la lían”, cuentan. Las conductas incívicas de aficionados del fútbol, mayoritariamente de origen británico, han convertido este icónico enclave en su lugar de celebración. “Son dos días de gritos y hartazgo total, en los que incluso tenemos que irnos de nuestras casas, de nuestros barrios, lo cual ya toca derechos fundamentales. Esto no puede continuar así”, explicaba Ricardo a somos Madrid en marzo de 2023.
En esta ocasión, la ocupación del espacio público se suma con la llegada de los temidos hinchas del Manchester City. La afición ha aterrizado en la capital este lunes para asistir al partido que disputa su equipo contra el Real Madrid con motivo de la Champions League.
Desde la Delegación de Gobierno indican que se prevé la asistencia de 4.100 aficionados ingleses con entrada, en un estadio en el que se darán cita 76.000 espectadores. Los vecinos, que tendrán que hacer frente a una doble problemática, ya se encuentran alerta.