La legislatura de Almeida al frente del Ayuntamiento de Madrid se saldará con un claro incremento del espacio peatonal en las calles y un detrimento del disponible para el coche, según datos del propio consistorio a los que ha tenido acceso este periódico. A la vez que el equipo de Gobierno suprimía miles de plazas de estacionamiento, las aceras se ensanchaban en todas las zonas de la capital, aunque con diferencias notables entre ellas.
Las cifras son claras y están detalladas por calles en todos los distritos interiores de la M-30, gracias a las estadísticas del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) disponibles en el Portal de Datos municipal: Madrid ha perdido 9.868 plazas SER desde 2018 en estas zonas, algo más del 6% de las que había al principio de la legislatura (152.591 estacionamientos).
La caída en el número de aparcamientos es muy tímida durante los seis primeros años de la estadística y se vuelve especialmente intensa en 2021 y 2022, cuando coinciden con el desarrollo del Plan de Aceras en el Ayuntamiento de Madrid. Los datos de este último son analizados en la parte final de este artículo, pero ya adelantamos que gracias a él los peatones han ganado decenas de miles de metros cuadrados en toda la ciudad.
En los dos últimos años, Almeida ha eliminado el 95% de estacionamientos callejeros de esta legislatura. El punto de inflexión fue la pandemia. De las 152.575 plazas en zona SER disponibles en 2020 se pasó a 143.214 a final de 2022, según los datos analizados por Somos Madrid y que mostramos en los siguientes gráficos:
El giro peatonal en el ahora alcalde es especialmente llamativo después de pasar sus años de oposición criticando la pérdida de aparcamientos en distritos como Chamberí, donde un año antes de llegar a Cibeles lamentó unas obras de peatonalización en Olavide que iban a “perjudicar a los ciudadanos” al eliminar espacio de estacionamiento sin dar alternativas. Entonces el PP lamentó que no se hubieran sometido a votación ciudadana estas obras. Ya en la alcaldía aprobó continuar con la misma peatonalización, en la que desaparecieron otros 34 estacionamientos.
Las peatonalizaciones, por distritos y barrios
Para entender mejor cómo y dónde se han producido estas pérdidas de aparcamiento, hay que ir al detalle de los nueve distritos situados dentro de la M-30 y comprobar el reparto de sus plazas callejeras, además de la variación experimentada a lo largo de estos últimos años.
Los distritos en los que más se ha notado cuantitativamente este descenso son Chamartín, con 1.630 plazas perdidas desde 2018 (es también el que más tiene) y Chamberí y Salamanca, con casi 1.500 estacionamientos en la calle desaparecidos en cada uno, como muestra el siguiente gráfico:
Pero tal vez la fotografía más exacta la obtendremos con el detalle de los barrios, donde se pueden apreciar diferencias aún más notables que en la estadística de distritos.
Solo en uno de los analizados (Atocha) el saldo de aparcamientos es mayor. En el resto descienden los estacionamientos regulados por el SER. En algunos lugares de forma notable como en el barrio de Hispanoamérica, en Chamartín (748 plazas desaparecidas) o en Guindalera, Salamanca (523 menos). También destacan las pérdidas de plazas callejeras en Casa de Campo (466), Universidad (333) y Embajadores (322), estos dos últimos en distrito Centro.
Siguiendo el axioma de que el espacio público disponible en Madrid no se crea ni se destruye, solo se transforma, la segunda parte de este análisis busca los lugares y busca explicar por qué han desaparecido tantos aparcamientos y qué ha hecho el Ayuntamiento con el espacio que ocupaban.
Decenas de estacionamientos desaparecieron a consecuencia de las peatonalizaciones anunciadas hace casi un año por el alcalde, en las que se retiraron todos los vehículos aparcados para crear grandes zonas sin tráfico en los 21 distritos de la capital, como una de las medidas estrella de los Acuerdos de la Villa. Según los datos consultados por Somos Madrid, debido a esta medida se eliminaron 36 plazas en la calle Emilio Campión (Chamartín), 14 en la calle Tenerife (Tetuán), otras 14 en la calle Recoletos...
En el área de Movilidad explicaban hace un año en otro artículo publicado sobre el mismo tema que algunos de los espacios para aparcar se han perdido por proyectos de mejora de la accesibilidad o el aumento en el número de reservas para Personas de Movilidad Reducida, con más de 600 plazas nuevas. Lo mismo ha ocurrido con los aparcabicis y estacionamientos de patinetes, que el consistorio está sacando de las aceras para llevarlos al asfalto, donde antes paraban los coches.
Es importante resaltar que la estadística deja fuera del cálculo de estacionamientos disponibles los ocupados temporalmente por las llamadas terrazas Covid en calzada, aquellas concedidas por el Ayuntamiento de Madrid para paliar la crisis de la hostelería durante la pandemia y que han sustituido a los coches en muchas calles de la capital. Tampoco se contabilizan todas las plazas de aparcamiento desaparecidas en el exterior de la M-30.
Menos aparcamientos en la calle, más aceras
Pero el mayor impacto en la desaparición de aparcamientos callejeros hay que buscarlo en el Plan de Aceras y Accesibilidad 2021-2022, una apuesta del área de Obras por mejorar el tránsito peatonal en la capital en pequeñas calles de barrio. Según los datos ofrecidos por el Ayuntamiento de Madrid hace unos días, con esta planificación se han arreglado las aceras de 1.025 calles, con una inversión de 135,4 millones de euros.
La gran mayoría de estas actuaciones tienen que ver con pequeñas mejoras peatonales en el espacio público, casi imperceptibles incluso para los vecinos. Trabajos como la ampliación de aceras en las esquinas para eliminar los coches aparcados y mejorar la visibilidad en los cruces, para aumentar la seguridad. O la adecuación de numerosos pasos de cebra (hasta 4.700, según el área de Obras) para hacerlos accesibles y sin coches aparcados alrededor.
Este trabajo soterrado se puede observar en ejemplos concretos y desconocidos para la mayoría de madrileños. Pequeñas mejoras en calles secundarias y terciarias de la ciudad, que mejoran el tránsito peatonal y la visibilidad en los cruces pero que no acaparan titulares en ningún periódico. Como esta actuación en la calle Mariano Fernández (Tetuán).
O esta, también bastante sutil, en la calle Costa Brava (Fuencarral):
El Ayuntamiento explicó hace unos días que el espacio peatonal había aumentado en más de 88.000 metros cuadrados, sin contar con grandes obras de transformación del espacio público como las que se han llevado a cabo en la calle de Alcalá, de Eduardo Barreiros, plaza de España, calle de Ortega y Gasset o el barrio de Justicia.
En la nota de presentación no se indicaba que el aumento del espacio peatonal ha sido a costa de la eliminación de plazas de aparcamiento, algo evidente a la vista de los datos publicados en este artículo. Los distritos más beneficiados por este aumento peatonal son Moncloa-Aravaca (más de 14.000 metros cuadrados de nuevas aceras), Puente de Vallecas y Carabanchel, estos dos últimos exteriores a la M-30 y que, por lo tanto, no aparecen en las estadísticas de plazas de aparcamientos perdidas en zonas SER.
La pérdida de aparcamientos en Madrid también ha venido ocasionada por obras para la construcción de nuevas infraestructuras, como es el caso del carril bici de la Castellana, que se está terminando sobre el lugar que antes ocupaban 134 vehículos estacionados. En este caso son los ciclistas y no los peatones los que se benefician de esta redistribución del espacio público. En otros lugares es el transporte público el que está llevándose parte de la calzada antes dedicada al coche, como en la avenida de las Fuerzas Armadas, donde se construye la primera línea de Bus Rapid en Madrid.
Con la ciudad acabando muchas de sus obras en el último tramo de legislatura antes de las elecciones, es probable que la cifra de plazas de aparcamiento se reduzca también de forma significativa a lo largo de 2023. Hasta ahora, reconocer en público la pérdida del espacio para el coche ha sido un tabú para este equipo de Gobierno, pese a que las cifras indican que no ha dudado a la hora de elegir entre vehículos motorizados o peatones. Habrá que ver si esta tendencia se mantiene, cambia o se acelera en el próximo mandato.