El tradicional acto sindical que UGT y CCOO celebran cada año por el 8M en la plaza Juan Goytisolo, junto al Museo Reina Sofía, corre peligro este año por las limitaciones acústicas impuestas por el Ayuntamiento de Madrid a los sindicatos, según denunciaron estos en un comunicado emitido este jueves.
“El Consistorio pretende censurar y recortar libertades con maniobras administrativas para evitar que se celebre esta histórica celebración”, advierten los sindicatos en un texto en el que explican el giro municipal con respecto a las concentraciones de años anteriores, que tuvieron lugar en el mismo espacio y a la misma hora.
“Hemos solicitado en tiempo y forma el permiso para celebrar la concentración del Día de la Mujer en la misma ubicación que años anteriores, que siempre había contado con autorización municipal. Sin embargo, este año impone condiciones con la única intención de boicotear el acto”, lamentaban sobre su concentración, prevista para las 12.00 horas de este viernes 8 de marzo bajo el lema “el derecho a la igualdad real y efectiva de las mujeres”.
Fuentes municipales explican a Europa Press que había negado la autorización acústica por estar el acto previsto a menos de 150 metros de la Escuela de la Música de la zona. “Una situación que también sucedería si hubiera estado cerca de un hospital o un colegio”, y porque la concentración “coincide en horario lectivo”.
Al encontrarse con la negativa municipal de impedir el uso de megafonía, UGT y CCOO pidieron una ubicación alternativa, pero el Ayuntamiento lo rechazó “por estar fuera de plazo”. Como el veto al primer espacio se produjo sin margen de reacción, los sindicatos consideran que “se trata de una maniobra para coartar el derecho de la ciudadanía a expresar con libertad sus reivindicaciones”.
“Este nuevo ataque se produce después de que hace tres años el Ayuntamiento obligase a trasladar la ubicación de esta concentración, que hasta entonces se celebraba en la Plaza de Cibeles, alegando que era un espacio protegido. Tanto CC.OO. como UGT hemos demostrado nuestra responsabilidad a la hora de organizar actos multitudinarios, sin que se produzcan incidentes”, defienden.
Por estos motivos, han asegurado que “nadie va a callar la voz de las mujeres ni del conjunto de la ciudadanía madrileña” y recalcan que la concentración, con una asistencia estimada de un millar de personas, “se va a celebrar tal y como se ha desarrollado en años anteriores”.
La multa del megáfono
La polémica por la limitación acústica en este acto sindical llega un día después de que José Luis Martínez-Almeida amenazara con multar a todos los manifestantes que usen altavoces en sus protestas sin autorización previa.
“Esto no es criminalizar las protestas ni perseguir a los que protestan”, defendía el alcalde para explicar la multa impuesta a un vecino de Madrid que recibió una sanción de 601 euros por lanzar consignas desde su altavoz en Aluche, durante una protesta para pedir un centro de la memoria en la antigua cárcel de Carabanchel.