El Ayuntamiento de Madrid cree ahora que la plaza de Tirso de Molina necesita ser reformada pero, según ha declarado la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, esa necesidad sólo sería posible ejecutarla en el caso de que el gobierno local lograra sacar adelante el proyecto de presupuestos para 2023, una posibilidad que se complica por momentos ante la falta de apoyos a los mismos de los grupos de la izquierda, incluyendo los concejales del Grupo Mixto -claves para aprobar los del año pasado-, y las divergencias surgidas con Vox.
En el mismo caso se encuentra la plaza de Jacinto Benavente y también la intención de crear un proyecto residencial -para familias vulnerables y estudiantes universitarios- y un centro para mayores en el palacio de la Duquesa de Sueca.
Si lo que sucede finalmente, ante una falta de mayoría suficiente, es que se prorroguen las cuentas municipales de 2022, según la delegada de Obras no habría dinero para estos proyectos, alguno de los cuales el alcalde de Madrid, Martínez-Almeida, vendió ya como seguro el pasado 15 de octubre durante su visita al edificio municipal del número 2 de la calle Duque de Alba.
Sobre Tirso de Molina y Jacinto Benavente, García Romero afirma: “Hay que hacerlas más abiertas, accesibles... ambas reformas van en el mismo proyecto (...) Lo primero es la accesibilidad, el mobiliario ya muy envejecido y la iluminación led”. Sin embargo, admite que esas obras estarían “en el aire” ante la probable prórroga del presupuesto municipal.
Sostiene que “con presupuesto prorrogado, aunque se tenga en plurianual, la gestión va a ser mucho más complicada”, aunque “es cierto que si están las obras realizándose, se van a seguir haciendo, pero a la hora de pagar certificaciones o poder tramitarlo, va a costar mucho más”.
La reforma de Tirso no era una prioridad para el Ayuntamiento
Tras las declaraciones de García Romero del pasado sábado, recogidas por Europa Press, fuentes del grupo municipal Más Madrid han querido recordar este lunes a la delegada de Obras que el anterior gobierno de Manuela Carmena había dejado a su sucesor una partida de 300.000 euros (proveniente de fondos IFS, inversiones financieras sostenibles) para, precisamente, reformar la plaza de Tirso de Molina en cumplimiento de una propuesta ciudadana resultante de los Presupuestos Participativos y que el ejecutivo de Almeida desestimó en 2019 como opción al desviar a otros distritos y otros proyectos la citada cantidad.
Para Más Madrid, el hecho de que no consideraran prioritaria en su día esa inversión en Lavapiés, para la que ahora lamenta García Romero falta de dinero, lo que reafirma es la queja vecinal y política sobre el “abandono institucional en el que los actuales mandatarios han tenido al barrio de Embajadores”.