La Fundación Doctor Moraza, que depende de la Universidad de Salamanca, ha puesto a subasta el edificio situado en el número 3 de la calle Pez, un inmueble en estado de ruina del que es propietaria la citada institución en un 91,5% y que cuenta con 2.375 metros cuadrados de superficie, la mayoría de uso residencial, informa El Confidencial.
En el edificio viven actualmente tres inquilinas, según consta en el informe judicial que acompaña la subasta. Se trata de tres arrendatarias (o sucesoras de estas) que ocupan viviendas situadas en el segundo piso, en el quinto y en el antiguo local del restaurante El Bocho.
La subasta fue publicada en el BOE el pasado sábado 23 de septiembre y se producirá, previsiblemente, en 20 días a partir de esa fecha. A ella pueden concurrir los propietarios del inmueble y también terceros interesados. Actualmente la propiedad se divide entre la Fundación Doctor Moraza (91,5%), la empresa Carnes del Bierzo-León (4,70%) y en otros cinco pequeños propietarios. La cantidad inicial para las pujas es de poco más de 6 millones de euros.
Una operación opaca
Una operación opaca
“Todo apunta a que dicho movimiento judicial se produce bien, para quedarse con la propiedad total del inmueble, bien para que se haga con ella un tercero”, indica la información publicara por El Confidencial. El edificio lleva en ruinas varios años y ha provocado varios sustos al vecindario por el desprendimiento de partes de su fachada.
En ese lugar vivió una de las familias más misteriosas y famosas de Malasaña, Los Modlin, unos estadounidenses protagonistas de un libro que se elaboró a base de sus recuerdos tirados a la basura.
El edificio situado en Pez 3 es uno de los candidatos a entrar en el juego de la especulación inmobiliaria, que también afecta a Pez 21 y a Pez 1, todos abandonados en busca de un futuro que podría tener que ver con el ladrillo turístico.
El caso de Pez 21 es muy claro: sus propietarios, después de comprar el edificio subastado tras la Operación Malaya, expulsó al Patio Maravillas de su interior -este movimiento social lo okupó durante cinco años- y luego pidió al Ayuntamiento un plan especial para convertir todas sus viviendas en apartamentos turísticos. Sin embargo, el consistorio rechazó la petición por un cambio legislativo reciente que impide transformar las casas residenciales en suelo para usos turísticos.