“El sueño es que El Patio pueda llegar a ser una institución del común”

Autogestionado, común, en beta. Éstas son las tres ideas que sobrevuelan la charla que hemos tenido con Lucía, participante de El Patio Maravillas. Esta semana, el espacio de la calle Pez está de celebración: cumple seis años, una edad a caballo entre el brío de la juventud y lo inusitadamente longevo para un espacio okupado.

A estas alturas, no cabe descubrir la ingente programación social y cultural que el centro aporta al barrio, pero pensamos que el funcionamiento interno del mismo es un poco menos conocido para algunos vecinos.

Autogestionado

La gobernanza de El Patio descansa sobre el principio de la autogestión y la herramienta asamblearia. Está en el ADN y en el nombre del centro: Espacio Polivalente Autogestionado Patio Maravillas. Luego, por supuesto, está la gestión cotidiana, “que hemos conseguido afinar día a día”, nos cuenta Lucía.

Se hacen un par de asambleas al mes, de las cuales algunas versan sobre cuestiones de gestión y otras sobre temas políticos de la más diversa índole, “como el 15M, el mercado social o la asamblea del barrio”. La participación de los colectivos en estas asambleas es voluntaria, “aunque se les anima a hacerlo, de hecho tenemos todo un protocolo para los nuevos colectivos que incide en la conveniencia de participar”.

Este protocolo requiere que, cuando un grupo quiere hacer uso del espacio para desarrollar una actividad, haga la petición a través de correo electrónico. Cuando las actividades tienen aspiración de ser permanentes se pide además enviar una propuesta por escrito y que esta se presente en asamblea al resto de patieros. También es conveniente - nos cuenta Lucía - que un miembro de El Patio amadrine la actividad, para facilitar la comunicación.

Lo que mucha gente no sabe es que existe además un grupo rotativo más involucrado en el quehacer diario del espacio, cuatro personas que se ocupan de las cuestiones concretas que van surgiendo, y de dinamizar espacio y asambleas.

Común

Lo común es aquello que se construye, gestiona y disfruta entre todos. “Estaría lo privado, lo público, gestionado por un gobierno, y luego lo común”. Los conceptos de autogestión y de común se entrelazancomún en las dinámicas diarias de El Patio. ¿Una sería -quizás- el camino al otro? En palabras de Lucía, “el común y la autogestión también significan construir con otros, en comunidad y en colectivo. El sueño es que El Patio pueda llegar a ser una institución del común”.

Disfrutar y participar como colectivo del Patio Maravillas requiere de una devolución mínima “al común del espacio”. El turno mensual de cafetería y la participación en los días de limpieza y acondicionamiento (llamados días rojos) son, junto con la elemental limpieza de las salas que se utilizan, el mínimo pago en común, aunque “la mayoría de los grupos se involucra más”.

En Beta

Durante estos seis años las caras que han pasado y se han ocupado de El Patio han cambiado en parte, más que por pérdida de ilusión –nos cuenta nuestra interlocutora– porque la gente ha ido encontrando “otros proyectos políticos o vitales”. En cualquier caso, en El Patio tienen claro que el proyecto lo han ido construyendo todos los que han pasado por un espacio que han sido varios (las dos sedes -Acuerdo 8 y Pez 21-, el inmueble de Corredera, el Solar de Antonio Grilo…)

El Patio es un espacio en evolución continua y también para esto tienen receta. Cada año, la comunidad de El Patio se reúne en un plenario en el que se evalúan y reconsideran las prácticas de socialización del espacio, lo que da por resultado que “no haya habido una sino muchas formas de funcionamiento a lo largo de estos años”.

Lucía insiste en que son muchas las cosas que quedan por experimentar en El Patio Maravillas “con humildad, siempre en beta”.

* Actividades programadas esta semana por el aniversario de El Patio Maravillas

* Imágenes del Fotofork de El Patio Maravillas, bajo licencias GNU FDL y Creative Commons Reconocimiento Compartir IgualGNU FDLCreative Commons Reconocimiento Compartir Igual