Dos grandes edificios grises presiden desde hace cinco décadas la plaza de Santa María Soledad Torres Acosta, uno de los espacios traseros de Gran Vía, junto a la plaza de Callao. Fueron levantados cuando todavía vivía Franco, como contrapartida a la construcción del aparcamiento de Luna y Tudescos, el tercero más grande del centro de Madrid. Son propiedad del Ayuntamiento, aunque están gestionados por la empresa que construyó y administra el parking, Aparcamientos de Madrid SA.
Ambos edificios, que ocupan los números 1 y 2 de la plaza, deberían haber pasado a formar parte del patrimonio municipal en febrero de 2012. Esa era la fecha en la que acababa la concesión, aprobada por el Ayuntamiento en 1968 y firmada a 40 años en 1972, a finales de la dictadura franquista. Pero unas obras en el aparcamiento de obligado cumplimiento en el año 1997 -cuando Álvarez del Manzano era alcalde de Madrid- consiguieron alargar este periodo 10 años y 9 meses más. Extender la cesión no solo afectó al parking reformado, sino que alcanzó también los dos inmuebles citados y a su importante potencial de negocio durante una década, una vez que ya habían quedado amortizados.
La empresa Aparcamientos de Madrid, presidida por Antonio Lleo, paga un canon anual al Ayuntamiento por explotar las instalaciones municipales, algo habitual en los modelos de concesión público-privada. En su caso abonó el año pasado 105.186,46 euros en dos pagos por las 486 plazas de rotación que gestiona bajo el subsuelo de la plaza. El canon por los dos edificios, que suman 10.419 metros cuadrados de oficinas y locales comerciales, es irrisorio: 4.597,56 euros anuales o, lo que es lo mismo, 383 euros al mes.
Las cifras expuestas constan en el inventario oficial de inmuebles del Ayuntamiento, según ha podido confirmar Somos Malasaña. Aunque la documentación completa del acuerdo de gestión se pierde en los registros municipales por su antigüedad. Más Madrid, partido que también ha indagado sobre los detalles de la cesión, denuncia los enormes beneficios generados a costa del patrimonio público: “Es inconcebible que dos edificios en pleno centro de Madrid lleven más de 50 años concesionados a una empresa por 4.500 € al año”, lamenta el concejal Jorge García Castaño. “Es una ganancia exponencial de una propiedad pública que no tiene justificación alguna”, asevera.
Los beneficios que genera la empresa cesionaria con la gestión de los edificios son desconocidos, pero se adivinan enormes: una rápida consulta a las oficinas en alquiler en estos inmuebles permite comprobar que despachos de 25 metros cuadrados se rentan por 500 euros mensuales, un importe superior a lo que abona la concesionaria al Ayuntamiento por los dos edificios al completo. Las salas de 115 metros cuadrados se ofrecen a 2.100 al mes, por ejemplo. Son varias las compañías que ofrecen estos arrendamientos en los edificios, donde también operan coworkings.
Con cálculos conservadores en función de los precios ofertados, Más Madrid estima que en los diez últimos años los dos edificios públicos pueden haber generado unos ingresos anuales de 2,5 millones de euros y unos beneficios privados totales de entre 15 y 20 millones de euros, una vez descontados los gastos de personal y el canon.
El futuro de los dos edificios, una incógnita
Nadie en el Ayuntamiento habla sobre el importe del exiguo canon que paga la concesionaria desvelado por Más Madrid, ni sabe qué va a pasar con estos dos edificios cuando acabe su concesión. El área de Movilidad ya ha anunciado que licitará la explotación del aparcamiento cuando finalice la concesión (al igual que hará en otros nueve lugares), pero preguntada por este periódico sobre qué sucederá con las oficinas asociadas al aparcamiento, remite al área de Obras y Equipamientos. Desde este departamento, encargado de la gestión del patrimonio municipal, niegan tener información alguna.
Dirigentes y técnicos de ambas áreas municipales se reunieron el pasado 19 noviembre en la sede de la concejalía de Obras para estudiar la concesión del aparcamiento y los edificios de Luna-Tudescos, según consta en los registros municipales consultados por este periódico. Las conclusiones de este encuentro no se han hecho públicas. Unos meses antes, el consistorio gastó 167.000 euros en arreglar la Unidad Integral de Distrito Centro Norte, la sede de la Policía Municipal que desde el año 2010 ocupa 1.200 metros cuadrados del edificio situado en el número 2 de la plaza. Los trabajos consistieron en sustituir las deterioradas carpinterías exteriores de su fachada.
El Ayuntamiento de Madrid tiene que decidir pronto qué hará con los dos edificios, porque la concesión acaba en ocho meses: el 22 de noviembre sus más de 10.000 metros cuadrados pasarán a formar parte del patrimonio municipal, en una zona -el distrito Centro- con importantes carencias de dotaciones municipales.
“Deberían analizar qué equipamientos son más necesarios en ese lugar, caben varias cosas”, explica Jorge García Castaño, el edil de Más Madrid que se encargó de la gestión de Centro durante la pasada legislatura. “Por ejemplo, podría ser un espacio dedicado a generar nuevos nichos de empleo verde, especialmente para comunidades migrantes de Centro, que suponen un tercio de la población”, propone.
El edil de la oposición también cree que las instalaciones de la Policía Municipal deberían continuar, pero sin pagar ningún coste. “Incluso cabría también la oficina de Atención de la Ciudadanía del distrito, que actualmente está en un edificio privado de la calle Atocha por la que la Junta Municipal paga un alquiler bastante significativo”, asegura.