El pasillo que hace 15 años empezó a construir Renfe para conectar por vía subterránea la Puerta del Sol con Gran Vía verá la luz en abril de 2019. Así lo ha anunciado la actual gestora de infraestructuras ferroviarias, Adif, coincidiendo con el inicio de la obra este martes 24 de julio.
Los trabajos servirán para abrir una conexión que permitirá a los viajeros del Cercanías que se bajen en Sol salir por la parte norte del andén, que permanece cerrado desde su inauguración, y conectará sin necesidad de acceder a la superficie con el intercambiador de Gran Vía que la Comunidad de Madrid construye desde hace meses.
Este pasillo, situado bajo los edificios pares de la calle Montera, llega hasta la parada de Sol Cercanías, que en principio se iba a llamar Sol-Gran Vía e iba a contar con sendas entradas por las dos estaciones de Metro con el mismo nombre, aprovechando que el andén planificado discurría bajo la calle Montera. Pero al ejecutar la obra se abandonó la idea de abrir la salida norte (la de Gran Vía), y ese extremo del andén quedó, literalmente, enterrado.
Pero el pasado otoño la Comunidad de Madrid quitó el polvo que había cogido el proyecto, después de permanecer casi tres lustros guardado en un cajón, y se puso de acuerdo con el Ministerio de Fomento para abordar esta infraestructura, que estará acabada justo antes de las elecciones municipales y regionales de mayo de 2019.
La empresa Tragsa se ocupa de ejecutar la obra, que cuenta con un plazo de ejecución de nueve meses. Los trabajos consisten en mejorar los acabados del pasillo cerrado ya existente (ver plano sobre estas líneas), además de dotar al espacio de iluminación, señalización, información al viajero, redes de comunicaciones y revestir paredes y techos. Habrá además cuatro rampas mecánicas para salvar el desnivel existente de 12 metros.
Adif calcula que la nueva conexión con Gran Vía beneficiará a unos 22.000 viajeros cada día, que podrán acceder o salir por un nuevo vestíbulo instalado bajo la Red de San Luis.