Que en pleno siglo XXI la representación del amor que siga prevalenciendo sea la de la imagen de un hombre y una mujer en plan romántico es algo que sólo tiene sentido para los publicitarios que insisten en fechas como la de hoy -San Valentín- en empujarnos al consumismo con estereotipos. Porque si hoy tuviéramos algo que celebrar eso debería ser el amor en sí mismo, con mayúsculas y sin acotaciones: que cada quien ame a quien desee o a lo que desee.
En un reconocimiento a la diversidad amorosa y también al reverso de esa moneda (la diversidad del desamor), hoy queremos compartir con nuestros lectores la misiva que en forma de poema 'foto-ilustrado' nos ha hecho llegar una exvecina, que guarda duelo por la pérdida de su amor no humano, una ruptura provocada por la irrupción de un tercero en su relación de pareja:
Mi casa, mi territorioUn país sin fronterasNo necesitabas ningún mapaNi para encontrar el bañoNi para llegar a la nevera
Mi casa era mi amor
El más largo que tuve
Y la gente, la gente más querida
Todos los amores más grandes de mi vida
Todos sangrando por la misma herida
Calle Dos de Mayo
Ahora es una calle sin salida
Mi casa era mi todo
Mi hogar
Mi manicomio
Mi país
Mi prisión
Mi dilema
Mi escondite
Y todo lo que rima con balcón
Mi casa, resultado de mi libre elección
Rimaba con “balcón” y cuatro años y medio de mi vida
Pero en Madrid “gentrificación”
Solo rima con “eterna despedida”
Todo eso ya no existe
Retumba el eco en mi nuevo salón
Me tumbo a contemplar un ancho techo
Sin ganas, sin sentido, sin pasión
Y esa cosa que tenía en el pecho
Ya se ha hecho un bloque de concreto
Lo alquilaré por fines de semana
Como mi única forma de despecho
(Firma: Sybil Vane)Sybil Vane