Hoy ha muerto a los 86 años Agustín García Calvo, traductor de clásicos y clásico en vida, filósofo ácrata, maestro del lenguaje, poeta, compositor del himno de la Comunidad de Madrid y figurón de referencia para varias generaciones de contestatarios.
En el año 65 protagonizó, junto con Tierno Galván, José Luis López-Aranguren y Santiago Montero Díaz, un conocido episodio de la lucha antifranquista. Los profesores fueron separados de la universidad por apoyar las protestas estudiantiles, lo que llevó a García Calvo a impartir su magisterio en Francia hasta que, ya muerto Franco, fue repuesto en su cátedra de la Universidad Complutense. Desde 1997 llevaba una tertulia en el Ateneo de Madrid y aparecía en las explosiones de política popular, como sucedió la semana del 15 de mayo de 2011.
Su relación con el barrio tiene que ver con el piso de la calle del Desengaño donde don Agustín fundó una escuela de estudio libre entre los años 1965 y 1969. Por allí pasó también Chicho Sánchez Ferlosio que contó que “en la calle Desengaño, allí con Agustín se gastaba mucho tiempo en…en beber alcohol, y en hacer letras, en hacer músicas a poesías que tenía Agustín y todas esas cosas…” Por allí se discutió también para elaborar el texto de la Comuna Antinacionalista Zamorana. En los setenta tuvo su tertulia en La Manuela, en San Vicente Ferrer, siempre con los presocráticos a cuestas y con un público ahora más “divino”: los Umbral, Carmen Martín Gaite, Rafael Sanchez Ferlosio... La cosa acababa normalmente cantando por las canciones de Chicho.
Ahora que se habla tanto de la Cultura de la Transición, llega su muerte para recordarnos esas otras culturas de la Transición que no se pusieron cómodas en las bodeguillas y tertulias de la España democrática. Hizo del decir no y del ir a la contra el leiv motiv de su vida y, sin embargo, ha muerto el día de todos los muertos.