Conseguir montar una terraza en Malasaña no es fácil. Legalmente, queremos decir. Los trámites para lograr el permiso municipal para colocarla pueden extenderse largamente en el tiempo y, en la espera, provocar la pérdida de la paciencia del hostelero, que en ocasiones acaba sacando sus mesas y sillas de forma irregular. Hemos contado en numerosas ocasiones la parte del que incumple, pero hoy analizamos con dos negocios de hostelería los que llevan aguardando la respuesta del Ayuntamiento durante muchos meses.
“No se puede tardar un año en concederte una terraza desde que presentas los papeles”, se lamenta Alejandro Pérez, impulsor de La Doña, una cafetería de la calle San Bernardo. Su caso sirve como ejemplo del negocio recién abierto que en marzo de 2016 decide solicitar espacio para una terraza, similar a la que tienen otros locales de su vía. Pero los trámites se alargaban y se alargaban: “Me costó seis meses llegar hasta los técnicos del Ayuntamiento, después de presentar la documentación”, se queja. Luego llegó la reclamación de más documentos “que tiene el propio Ayuntamiento” y después, la confirmación de que tendría espacio para poner una terraza con cinco mesas y varias sillas en línea, pero que todavía no se la podían conceder: “En la Agencia de Gestión de Licencias y Actividades (AGLA) me aseguraron que las concesiones estaban paradas, a la espera de una nueva ordenanza de terrazas”, detalla con cierta indignación.
Alejandro, de 34 años, ha decidido ser paciente y no saltarse la legalidad en ningún momento. Su caso es un buen ejemplo sobre cómo gestionar un negocio en Malasaña: hace dos años dejó una carrera profesional que poco tenía que ver con la hostelería, buscó un espacio para su idea empresarial y empezó a servir cafés y batidos a cualquier hora del día y de la noche. Actualmente solo cierra la noche de los lunes y da empleo a otras 10 personas, todos con contratos indefinidos.
“Creo que para que un negocio funcione bien el empleo ha de ser estable”, explica sin darle demasiada importancia. E indica que, para un hostelero de Malasaña, el contar o no con terraza ayuda en este sentido. “Nosotros tenemos pérdidas en agosto manteniendo a todos los indefinidos, pero nos compensa para contar con mejor ambiente”, dice. Tener una terraza le ayudaría a equilibrar el balance en los meses más intensos de verano, además de sumar “uno o dos empleos más” a su plantilla.
¿Una 'declaración responsable' de terrazas?
¿Una 'declaración responsable' de terrazas?
Pero Alejandro no se queda en los lamentos, sino que propone cosas que cambiar en el sistema que regula las terrazas. Cree el permiso se debería poder solicitar al mismo tiempo que se abre un negocio (actualmente solo se pueden iniciar los trámites una vez concedida la licencia definitiva) y que los papeleos deberían ser menores, aunque fuera a costa de que el hostelero asumiera una tasa especial para sufragar la dedicación de más personal.
El responsable de La Doña cree que incluso se podría llegar a plantear una especie de 'declaración responsable' de que la terraza cumple con todos los requisitos para poder instalarla. Aunque también es muy claro con el apartado de sanciones: “Esto debería ir acompañado de fuertes multas para el que incumpla”, advierte. Entre sus ideas, que tiene pensado trasladar a los responsables municipales que acudan al Foro Somos Malasaña sobre terrazas de este jueves, también está la de adelantar todos los horarios, tanto el de instalación de la terraza por la mañana (actualmente situado en las 10.00) como el de cierre por la noche. “Las terrazas que abren hasta tarde son más propicias a sufrir conflictos”, cree. Y considera que se debería distinguir entre las terrazas de bares-restaurantes y las de cafeterías, en las que no se puede servir alcohol de alta gradación.
Razones que llevan a una terraza irregular
Razones que llevan a una terraza irregular
El caso de Alejandro y La Doña es bastante distinto al de Óscar Villaplana y El lugar de Martina, ubicado en la plaza de Soledad Torres Acosta (Luna). El 22 de marzo de 2014, hace ahora tres años, abrió con una simple declaración responsable, al tiempo que inició los trámites para la obtener la licencia definitiva que iba junto a la petición de terraza... para la que, en principio, cumple los requisitos. Lo que no se podía esperar es que tardara tanto en obtener la licencia definitiva sin motivo alguno.
Mientras le llegaba la licencia definitiva, decidió montar la terraza: en su caso, comprobó que su negocio se vaciaba de clientes con el calor: “Cuando hace sol, si no tengo la terraza puesta aquí no entra nadie. La gente busca terraza y más en una plaza como ésta”, explica a Somos Malasaña. Era el cierre o eso y, entre la espada y la pared, optó por lo segundo, pese a estar junto a una comisaría de Policía Local.
Montar una terraza irregular tiene sus riesgos y, en su caso, le ha costado tres retiradas de terraza (una por temporada, con un camión llevándose las sillas y las mesas) y varias multas de hasta 3.000 euros cada una, indica a este periódico. Multas que dice estar aún pagando y que fácilmente podían ser 2 o 3 cada año. Óscar lo asume y entiende que si pone una terraza sin licencia “me pueden multar”. No tiene nada que objetar a estas sanciones y desde hace meses ya no saca mesas ni sillas a la calle.
Donde sí que tiene quejas es en la gestión de la AGLA, que ha tardado tres años en darle la licencia definitiva, que le permitirá colocar terraza. Lo consiguió a fuerza de insistir en diversas áreas del Ayuntamiento y de acudir hasta al concejal de Centro para explicarle su problema. Óscar Villaplana cree que estas demoras no se pueden consentir: “Un empresario invierte en montar un local, contrata una plantilla y no puede esperar a que la administración responda cuando le venga en gana. Los plazos para obtener una licencia deben agilizarse”, reclama.
Un foro para debatir la nueva ordenanza
Un foro para debatir la nueva ordenanza
Cuando se acaba de iniciar la temporada de terrazas en bares y restaurantes, el Foro Somos Malasaña abordará este jueves los problemas y posibles soluciones del uso del espacio público que generan estos elementos, en una jornada que se celebrará el 30 de marzo y en la que participarán destacados actores del sector, en busca de los elementos que deberían definir la nueva ordenanza que prepara Madrid.
El encuentro (lee aquí todos los detalles) contará con la asistencia del Ayuntamiento de Madrid, de la asociación de vecinos Acibu, de la oficina de innovación urbana Paisaje Transversal,
y del presidente de la asociación de hostelería La Viña. La charla, de acceso libre y gratuito hasta completar aforo, comenzará a las 20.15 y estará moderada por Somos Malasaña.