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La primera terraza de Malasaña sobre zona verde se coloca por las bravas en Travesía de las Beatas

La práctica totalidad de empresarios de hostelería del distrito, por agobiados que estén con la marcha de sus negocios en esta época de pandemia y por enfadados o decepcionados que se encuentren ante la burocracia que deben tratar de superar sus solicitudes de ampliación y nueva instalación de terrazas y las denegaciones que las mismas están recibiendo, aguardan a ver qué dice el Ayuntamiento y la Junta de Centro antes de mover ficha.

Sin embargo, el dueño del restaurante El Perol (Travesía de las Beatas 10) se ha lanzado de cabeza a la piscina con una declaración responsable y, habiendo presentado al órgano competente un proyecto de velador firmado por un arquitecto, ha ocupado sin más dos plazas de aparcamiento reservadas para vehículos de residentes y montado en ellas cuatro mesas con otras tantas sillas cada una. Y eso de momento, porque asegura que como en su solicitud son cuatro los sitios para coches que ha pedido en cuanto se muevan los que hay aparcados junto a su terraza la ampliará.

Es sábado y a la hora de comer en el interior del citado restaurante, abierto coincidiendo con la pandemia, sólo hay un par de clientes. “La gente es reacia a consumir en el interior del local”, cuenta este hostelero que pone ejemplos de conocidos que en otros distritos como Moncloa y Salamanca han hecho como él, instalar casi por las bravas sus terrazas en zonas de coches y esperar luego al Ayuntamiento, y que así llevan ya tiempo operando. Cuando le hacemos ver que en el barrio y, posiblemente, en todo el distrito es él el primero en actuar de esa forma se encoje levemente de hombros y asegura que espera que la resolución a su petición le llegue con la terraza aún en marcha.

“Agravio comparativo”

“Agravio comparativo”

Hasta ahora, Centro ha estado denegando todas las solicitudes de este tipo a las que ya ha dado respuesta y los dueños de las muchas que todavía faltan por contestar no son optimistas. La Junta argumenta que el criterio del área de Movilidad es el de no permitir que se ocupen con terrazas zonas verdes de aparcamiento si no es posible convertir en verdes otras de rotación en el mismo barrio. Como en Centro no hay ya zonas SER azules, los hosteleros del distrito no van a poder contar con esta ayuda excepcional y temporal que para superar la crisis de la Covid-19 el Ayuntamiento ha otorgado a los empresarios de restauración de Madrid.

Para Alberto, miembro de la junta ejecutiva de la asociación de comerciantes Vive Malasaña y dueño del Bar Amor (Manuela Malasaña 22), los hosteleros de Centro sufren un agravio comparativo que puede significar la puntilla para sus negocios: “Es una vergüenza que en otros distritos se permita ampliar y colocar nuevas terrazas y en Centro no. Al final los clientes no vienen al centro y lo peligroso es que se acostumbren a no venir en el futuro”.

La petición de Alberto de instalar una terraza sobre las plazas de aparcamiento que hay junto a su bar espera contestación desde que fue presentada en mayo. Sin ser de los se toman la justicia por su mano, ante la previsible denegación de la misma lo que este empresario pretende es movilizar a las distintas asociaciones de comerciantes y hosteleros de Centro para exigir al concejal del distrito ayudas equiparables a las que reciben negocios de otras áreas.

Vecino de Alberto, Jesús, del restaurante Dolores y Lola (Monteleón 17), es ya uno de los restauradores que han visto rechazado el proyecto para colocar la terraza de su local sobre dos plazas verdes de aparcamiento que hay delante del mismo. Igual suerte, y por idéntica razón, corrió el  presentado por David Noval, del restaurante Con Dos Fogones (San Bernardino 9).

Noval, además de veterano hostelero del barrio y miembro de Vive Malasaña es, a su vez, vocal de la directiva de la asociación Hostelería Madrid, que ha denunciado ya la “grave” situación por la que atraviesan los bares y restaurantes del distrito y las limitaciones a las ayudas para la hostelería que su ubicación les impone.

Desde la Junta de Centro las peticiones de Jesús y de David de colocar terraza se resolvieron de la siguiente manera: “En zonas de estacionamiento regulado donde exista un marcado déficit de estacionamiento, se priorizará que esta ocupación se realice sobre plazas de estacionamiento de rotación (azul). En caso de que esta opción no fuera posible se propondrá transformar, en el mismo barrio, tantas plazas de azul a verde como plazas verdes se vean afectadas por la ocupación de la terraza de veladores de la banda de estacionamiento. Como Centro ”tiene un marcado déficit de estacionamiento“ y ”no existen plazas de rotación (azul)“,  ”no es posible autorizar la ocupación de la banda de estacionamiento para la instalación de terrazas de hostelería y restauración, al no concurrir los requisitos necesarios para dicha ocupación, conforme a lo establecido en la resolución número 51 de la Comisión de Terrazas de Hostelería y Restauración, relativa a las Medidas de apoyo a las Terrazas a consecuencia del Estado de Alarma por la crisis Covid-19“.

En resumidas cuentas, tal y como está actualmente la situación, ningún hostelero de Centro va a poder beneficiarse de la resolución número 51 de la Comisión de Terrazas de Hostelería y Restauración, relativa a las “Medidas de apoyo a las Terrazas a consecuencia del Estado de Alarma por la crisis Covid-19”, por la que se adoptaron una serie de criterios interpretativos que permitían una aplicación flexible de los parámetros establecidos en la Ordenanza de Terrazas y Quioscos de Hostelería y Restauración, de 30 de julio de 2013.

En otros distritos hay negocios que llevan meses colocando sus terrazas sobre zonas de aparcamiento reservadas a residentes, como es el caso de Chamberí, donde los primeros veladores sobre franjas de aparcamientos se instalaron el pasado 25 de mayo y en calles como Ponzano funcionan sobre no menos de 20 plazas para residentes. En toda la ciudad se han habilitado 53 terrazas sobre aparcamientos y todavía quedan más de 400 pendientes de resolución, según explicó el pasado jueves la vicealcaldesa Begoña Villacís.

Los hosteleros de Centro miran al ayuntamiento en busca de ayudas que puedan aplicarse también a los negocios del distrito. En este sentido, el reciente visto bueno municipal a la colocación de “mesas altas de baja ocupación”, en aquellos lugares donde montar veladores convencionales no sea posible, es lo máximo a lo que en cuestión de terrazas algunos de ellos podrían optar.

La terraza que ha instalado el restaurante El Perol debe tener, en buena lógica, los días contados, si bien es un ejemplo de cómo andan los ánimos en el sector. Para más inri, distintos hosteleros de Malasaña consultados por este periódico dicen no entender cómo desde el ayuntamiento y desde la misma Junta de Centro se les ha estado animando a presentar sus proyectos individuales de terraza sobre zonas de aparcamientos de residentes si los están tumbando todos: “Es una pérdida de tiempo y de dinero”.