Un grupo relativamente pequeño de empresas gestionan casi un tercio de la oferta de vivienda turística en Madrid. Representan poco más del 3% de los anunciantes pero generan el 30% de los anuncios publicados en la plataforma y, según algunas estimaciones, acaparan un porcentaje aún mayor del mercado si se contara con datos reales del número reservas y de lo que se cobra por ellas.
Claudia es una de estas empresas. También Alberto. O Leticia y Fernando. Parecen personas pero detrás de sus amables nombres se encuentran compañías especializadas que gestionan cientos de VUT (Viviendas de Uso Turístico) en Madrid con miles de camas. Todas ejemplifican que, a día de hoy, el mercado del Airbnb tiene poco de economía colaborativa y sí mucho de un negocio que, como ya hemos contado en Somos Malasaña, tiene efectos devastadores sobre el mercado del alquiler a largo plazo.
En la capital hay 54 empresas que publican hasta 1.300 anuncios en estas plataformas (el 10,5% del total). Cada una de ellas gestiona como mínimo veinte propiedades y algunas llegan a acumular casi 200 y un millar de camas. Los números proceden de Datahippo, una potente base de datos colaborativa hecha pública en abril y que recopila los anuncios de Airbnb y de otras páginas como HomeAway para identificar la oferta real de viviendas turísticas que se ofrecen al margen del circuito hotelero.
Según las cifras recopiladas por Datahippo, esta es la fotografía actual del mercado de vivienda turística en Madrid y la relación entre los tipos de anunciantes (izquierda) y el número de anuncios que controlan (derecha). Su color azul o rojo indica un menor o mayor grado de profesionalización:
Para captar a sus clientes en las webs de alojamientos turísticos, estas empresas siguen diferentes estrategias. La más habitual es la antes señalada de esconderse detrás de un nombre de pila. La jugada funciona tan bien que muchos clientes, en sus reseñas, se refieren a la empresa alquiladora con este apelativo, convencidos de que realmente un particular les ha prestado su vivienda.
La compañía que más habitaciones gestiona en Madrid (y también en muchas ciudades españolas) es Friendly Rentals. Actualmente se hace pasar por Claudia, aparentemente una de sus trabajadoras, para gestionar hasta 196 anuncios en toda la ciudad. Lo de actualmente es porque hasta hace unos meses se llamaba Raquel. Pero cambió su nombre de pila después de una intensa campaña de varios colectivos vecinales -entre ellos el de Lavapiés, ¿dónde vas?- que acabó quemando su reputación.
En el segundo y tercer puesto del ránking se encuentran Home Club -centrada en los alquileres de lujo- y Be Mate, el departamento de viviendas turísticas de la cadena hotelera Room Mate, propiedad del empresario Kike Sarasola. Cada una gestiona más de un centenar de viviendas (122 la primera empresa, 119 la segunda) en las plataformas turísticas online.
Una anfitriona para 100 habitaciones
Una anfitriona para 100 habitaciones
“Soy Mara, una chica de 30 años. Soy divertida y me encantaría ayudarte en todo lo que necesites durante tu estancia en la bella ciudad de Madrid”. Así se presenta a sus clientes Mara, otra de las caras detrás de la que se oculta un negocio que gestiona un centenar de anuncios (la gran mayoría de habitaciones) en la zona de Callao. Alberto, que le precede en la lista, sigue una estrategia similar en cuanto a la gestión de propiedades, pero no aporta descripción alguna más allá de su nombre. Aunque algunos de sus clientes no dudan en describirle. Usuarias como Irene, que dejó esta evaluación de Alberto en Airbnb: “No es un particular. Es una agencia de alquiler de habitaciones a Erasmus. Compartirás piso con 5 individuos extremadamente sucios y ruidosos, que acumulan basura por toda la casa y tienen el baño maloliente, sucio a más no poder, encharcado y lleno de insectos”.
En cuanto a Leticia & Fer, los sextos de la lista sacada de Dattahippo, aseguran que tienen “varios pisos en Madrid en los que hospedamos a familia y amigos de todo el mundo...” sin detallar que cuando hablan de varios inmuebles se refieren en realidad a 76 pisos turísticos con 361 camas.
Este es el cuadro de los seis primeros propietarios de la lista, con el texto de su presentación en Airbnb, la distribución de sus viviendas gestionadas en Madrid (cuadro de puntos rojos) y el análisis cuantitativo de lo que ofrecen (clic para ampliar):
Cuando Claudia se llamaba Raquel los colectivos sociales de Lavapiés le dedicaron estas palabras: “Raquel NO es la vecina que alquila su habitación para llegar a fin de mes, Raquel tiene 150 pisitos en Airbnb. Es una de las figuras de la especulación y el encarecimiento del barrio” denunciaban hace justo un año. Hoy, su empresa gestiona casi 50 anuncios más.
La predominancia de las empresas en el mercado de viviendas turísticas en Madrid provoca casos ya explicados en esta página como el de la depredación de alquileres, que eleva automáticamente los precios para los residentes de larga estancia. Los investigadores del fenómeno también han detectado un intento de las plataformas turísticas por camuflar su presencia, como denunció el sociólogo Javier Gil recientemente, muy crítico con el informe de Airbnb con el que intentaba convencer de la presencia minoritaria de profesionales en su plataforma. Gil tachó el estudio de “fake news” y lo argumentó en este artículo.
Los nombres, datos y número total de pisos turísticos gestionados por estas empresas están en constante cambio y probablemente lo estarán aún más cuando se apruebe la normativa del Ayuntamiento de Madrid que pretende vetar la actividad de todas estas empresas o, en palabras del propio delegado de Urbanismo, llevar a cabo una “ilegalización masiva” del alquiler turístico en viviendas. Su plan es el de acabar con la explotación empresarial de las VUT y limitarlas a la economía colaborativa de particulares aunque, a la vista de las cifras de negocio que mueven, no es probable que abandonen su actividad fácilmente.