El edificio con el que comienza la calle Pez y que hasta hace seis años era una residencia de ancianos se convertirá en un hotel, después de que el Ayuntamiento de Madrid haya aprobado hoy de forma definitiva el plan especial que permite hacerlo. La votación salió adelante con los apoyos de PP, Ciudadanos, Vox y la abstención del Grupo Mixto. PSOE y Más Madrid votaron en contra entre quejas por “la terciarización y la turistificación del centro de Madrid”, lamentó el edil José Luis Nieto Bueno (MM).
El plan especial permite que el edificio, que seguirá siendo propiedad de la Hermandad del Refugio, se alquile a una promotora que acometa la reforma. El negocio turístico será de tipo 'hostel', dedicado principalmente a jóvenes. Se tratará de uno de los más grandes que se levanten en este céntrico barrio de Madrid, con 3.523 metros cuadrados de superficie útil y cinco plantas más sótano, según consta en el expediente de su plan especial, al que tuvo acceso en su momento el periódico Somos Malasaña.
La Hermandad del Refugio vació en 2016 el lugar de ancianos para poder alquilarlo y obtener más ingresos. Está presidida actualmente Fernando Ramírez de Haro (ostenta el cargo de hermano mayor), conde de Bornos y marido de Esperanza Aguirre. Él fue quien recibió al alcalde Almeida en la visita que este efectuó a su organización el pasado mes de marzo para interesarse por su labor, cuando el proceso de recalificación estaba en su fase final.
Para conseguir abrir el hotel, la hermandad había solicitado al consistorio que cambie la calificación del tipo de uso del edificio, actualmente dotacional de bienestar social privado, para poder implantar el uso terciario de hospedaje a través del citado plan. En él se destaca que, como el edificio era de carácter terciario, su proyecto “no supone la desaparición del uso residencial en la zona”, pese a que en él se alojaban 41 personas, que fueron invitadas a marcharse hace seis años y acabaron recolocándose en otros centros asistenciales.
En aquel entonces, la Hermandad del Refugio justificó el vaciado de la residencia alegando que necesitaba alquilar el edificio a un tercero para contrarrestar las pérdidas de sus cuentas, que acumulaban casi un millón y medio de saldo negativo. En una carta enviada a las familias de los residentes, explicaba que lo hacía para “mantener su viabilidad, los precios que estamos pidiendo a los residentes (1.600 euros al mes) son precios de mercado, muy alejados de nuestro objetivo inicial, y hemos tenido que dejar de mantener la acogida a los humildes”. Entonces se cerraron 45 camas y se prescindió de las 26 nóminas dedicadas al trabajo en esta residencia.
La Hermandad del Refugio puso el edificio en el mercado inmobiliario y hubo varios pretendientes de compra, que fueron rechazados. Solo llegó una oferta para alquiler, la de la empresa Asistencia y Ayuda Yadisema SL, a quien se le ha arrendado el inmueble para los próximos 20 años dentro de un contrato con posibilidad de prórroga. La inversión estimada de esta empresa asciende a 4,5 millones de euros, según consta en la documentación del plan especial consultada por este periódico. Se desconoce el importe del contrato de alquiler y la hermandad prefiere no hacerlo público, aunque explican que será suficiente para asegurar el futuro de su proyecto caritativo.