Nueve meses esperando que Almeida peatonalice la calle Fuencarral hasta Tribunal

Diego Casado

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El 21 de diciembre de 2020 el Ayuntamiento de Madrid anunciaba que alargaría el tramo peatonal de la calle Fuencarral hasta su cruce con la calle Barceló. Lo iba a hacer dentro de las 48 calles que pensaba cortar al tráfico en los 21 distritos de la capital, como parte de los compromisos firmados por el equipo de gobierno con el resto de partidos políticos en los llamados Acuerdos de la Villa y de la estrategia de movilidad Madrid 360.

Entonces, el área de Movilidad y Medio Ambiente anunció que los cortes permanentes al tráfico comenzarían en el mes de enero, aunque la llegada de Filomena trastocó los planes municipales, que tuvo que retrasar a febrero el inicio de sus peatonalizaciones. Las primeras de las anunciadas llegaron en los distritos de Arganzuela y Latina, donde se comprobó cuál era el modelo a seguir: urbanismo táctico con pintura azul y carteles anunciando la prioridad peatonal, aunque manteniendo las calzadas en uso y habilitando el paso de coches de residentes y para carga y descarga durante varias horas al día.

Los cortes al tráfico fueron ampliándose en el resto de distritos durante el final del invierno y la primavera: llegaron los de Tetuán (180 metros de una calle con escasa circulación) o Chamberí (el entorno que quedaba sin peatonalizar en Olavide) pero la más importante de todas, por su carácter central y por el volumen de peatones que juntaría, la de la calle Fuencarral, se iba retrasando sin conocerse los motivos.

A día de hoy el equipo de Almeida aún no sabe cuándo va a ser posible esta peatonalización. Fuentes del área de Movilidad preguntadas por Somos Malasaña desconocen la fecha de su puesta en marcha, nueve meses después de haber sido anunciada. Tampoco está claro si finalmente se mantendrá el corte de calles al tráfico anunciado o se reducirá, como ha ocurrido en otros distritos: la intervención en Fuencarral iba a estar acompañada de otras peatonalizaciones secundarias como varios tramos de las calles Palma, San Vicente Ferrer, Santa Brígida o Santa Bárbara.

Los comerciantes de este tramo también están expectantes al futuro en la movilidad de su calle, puesto que desde el Ayuntamiento no se les informó de la actuación en su momento. Cuando se anunció la peatonalización, los que llevaban allí más años (una tienda de colchones, otra de pinturas) se mostraban preocupados sobre cómo les afectaría para la carga y descarga de sus clientes habituales.

Una peatonalización muchas veces prometida

Las promesas para peatonalizar el tramo de tráfico de Fuencarral en el distrito Centro (hasta la glorieta de Bilbao) data de la época de Gallardón como alcalde de Madrid, que acometió la retirada de los coches en el tramo inicial de la calle pero que se quedó en Hernán Cortés. El proyecto para continuarla permaneció guardado en un cajón por la crisis económica, pero el equipo de Carmena lo retomó y lo convirtió en una promesa electoral. El anterior delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, dejó el proyecto muy avanzado y desde su entorno se explicó que su licitación debería haber sido la primera intervención de calado del nuevo gobierno en materia de movilidad.

Por aquel entonces, la actuación urbanística tuvo complicaciones por el entorno patrimonial al que afectaba el proyecto de sacar los coches de esta zona de Madrid, debido a que afecta al entorno protegido del Museo de Historia de Madrid y del Tribunal de Cuentas. Pero nada de ello se apuntó cuando hace dos años el equipo de Almeida retomó la idea: el delegado de Desarrollo Urbano afirmaba que la estaban estudiando. Pero no se terminó de concretar hasta un año después, con el anuncio de las peatonalizaciones en los 21 distritos que se van completando sin que llegue la de la calle de mayor calado.