El proyecto vecinal que desde el año 2019 acoge la Casa del Cura de Malasaña corre peligro de desaparición. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha estimado el recurso de apelación del Ayuntamiento de Madrid a las medidas cautelares que permitieron en octubre la continuidad de las asociaciones vecinales en su interior, lo que en la práctica significa que la cesión municipal puede extinguirse si no se recurre esta decisión.
El equipo de Almeida decidió hace meses poner fin a la cesión a la Asociación de Vecinos de Malasaña, obtenida por concurso público hace dos años, dentro de una política general de desmantelamiento de los espacios vecinales autogestionados iniciada con el EVA de Arganzuela y continuada recientemente con la Casa de Cultura de Chamberí. Sin embargo, los vecinos recurrieron a los tribunales y, en primera instancia, el juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 10 de Madrid frenó el desalojo reconociendo, además, que el proyecto que albergaba el centro era de “interés público y social”.
Los cesionarios acusan al Ayuntamiento actual de emprender una “estrategia de acoso y derribo” sobre este edificio situado en la Plaza del Dos de Mayo 1. “La sentencia establece que la representación del interés general la tiene el Ayuntamiento y no la ciudadanía, dejando al arbitrio de las administraciones decidir cuándo existe o no ese interés. También señala que no se producen daños irreparables si no se adopta la medida de suspensión del desalojo solicitada y que en cualquier caso podrán ser indemnizables”, explica la asociación sobre el fallo judicial, que lamenta que el TSJM no valore las iniciativas vecinales participativas, “que han demostrado su gran capacidad de respuesta a los problemas a los que las vecinas y vecinos se están viendo obligados a enfrentar”, explican en nota de prensa.
La asociación manifiesta su desacuerdo con el citado fallo, “que deja en manos de la administración decidir cuándo existe o no interés general, haciendo el Tribunal dejación de sus funciones, que es la de velar que no sea arbitraria la decisión, obviando que la Casa del Cura fue cedida a la Asociación justamente por el interés público y social del proyecto”. El TSJM asegura que no hay daño irreparable “pero no valora toda la función social que en estos momentos de pandemia se realiza en la Casa, la ayuda que presta Malasaña Acompaña a más de 90 familias en situación de exclusión social, así como las actividades de atención psicológica gratuita, clases de artes escénicas, talleres, coro, teatro, reuniones, todo ello abierto a las vecinas y vecinos del Barrio que se quedarán sin el único espacio que existe en el barrio”.
El fallo del TSJM no es firme ni significa que los cesionarios tengan que entregar las llaves de forma inmediata. Todavía tienen 30 días para presentar un recurso de casación en los tribunales que, de admitirse, alargaría su estancia en este edificio cedido en 2019 por concurso. Los vecinos de Malasaña confían en seguir gestionando un centro imprescindible para el desarrollo de actividades sociales y culturales, que en estas circunstancias de pandemia consideran “aún más necesario.
El Ayuntamiento de Madrid quiere utilizar el edificio de la plaza del Dos de Mayo para instalar allí un centro de servicios sociales con 18 trabajadores, gastando antes 50.000 euros en su reforma, pese a que a 500 metros ya existe un edificio municipal dedicado a la misma función que ha estado infrautilizado durante los últimos meses. Los vecinos denuncian además que durante el verano el concejal de Centro, José Fernández (PP), ordenó cambiar la cerradura del edificio cedido, lo que originó una intervención de la Policía Nacional que impidió esta usurpación del inmueble.
La Casa del Cura es una de las pocas infraestructuras culturales y vecinales existentes en Malasaña, después de que el equipo de Gobierno actual anulara el proyecto para construir un centro cultural en el edificio de San Bernardo 68 y lo sustituyera por oficinas del área de Deportes.