Hasta el próximo 31 de agosto el tráfico rodado en las inmediaciones del inicio del tramo peatonal de la calle Fuencarral se complica más de lo habitual. Las obras de canalización de unas tuberías de agua en la intersección de la calle San Mateo con Fuencarral tienen la culpa. Los trabajos que lleva a cabo el Canal de Isabel II son necesarios para garantizar el suministro de agua potable a residentes y comercios en caso de avería y consisten en unir dos líneas de tuberías.
Debido a esta intervención, los vehículos que llegan por Fuencarral en dirección a Hernán Cortés, donde el giro es obligado, están siendo desviados por la calle de San Joaquín y devueltos a Fuencarral por Santa Bárbara, que cambia de sentido durante el tiempo que duren las obras.
Por otra parte, los coches que tratan de acceder también a Fuencarral por San Mateo, son desviados por Santa Águeda, pudiendo llegar a Fuencarral por un tramo de la calle Santa Brígida, que también modifica provisionalmente su sentido.
Por imposibilidad física de utilizar los desvíos alternativos, los camiones y vehículos de más de cinco metros de longitud que deseen acceder hacia la zona peatonal de Fuencarral deberán hacerlo por la calle Barceló.