La portada de mañana
Acceder
Aldama zarandea al PSOE a las puertas de su congreso más descafeinado
Corazonadas en la consulta: “Ves entrar a un paciente y sabes si está bien o mal”
OPINIÓN | Días de ruido y furia, por Enric González

En memoria de las cotorras tiroteadas en Fuente del Berro por la empresa que contrató el Ayuntamiento de Madrid

Unos disparos sobresaltaron a los vecinos de la Quinta de la Fuente del Berro durante la mañana del 25 de noviembre de 2021. Una empresa contratada por el Ayuntamiento de Madrid había cerrado esta zona verde municipal, dentro del programa para “efectuar trabajos de control de especies invasoras”. Este aséptico mensaje incluía tirotear a escopetazos a los grupos de cotorras que habitaban este lugar, como pudieron comprobar luego los vecinos y confirmó el consistorio.

El suceso impactó mucho a los vecinos de la zona y también a otros madrileños defensores de los animales. Tanto que, dos años después de aquellos incidentes, un grupo de madrileños montaba un pequeño homenaje este domingo en el mismo parque en recuerdo de los animales muertos por los tiros aquel día.

El acto estaba organizado por la Plataforma Protección Cotorras y consistía en ofrecer alimento destinado a estas aves a los paseantes para que lo distribuyeran por el parque (pipas y frutos, principalmente). También repartían pasquines con un manifiesto recordando los sucesos de 2021 y reivindicando el carácter “no invasor” -desde su punto de vista- de las cotorras, que “llevan en Madrid más de 40 años, conviven con el resto de la fauna urbana y tienen sus propios depredadores”.

En una nota de prensa enviada a los medios por la plataforma, sus impulsores recuerdan que “cuatro pistoleros, con el beneplácito del Ayuntamiento de Madrid, provistos de armas de fuego, emprendieron su propósito de asesinar el mayor número posible de unas aves que fueron extraídas de sus lugares de origen, y que son nuestras vecinas, ya están naturalizadas y son parte de nuestra biodiversidad urbana, proporcionando incluso cobijo a otras especies en sus nidos”.

También aseguran que “tras estos hechos tan graves y su difusión, el ayuntamiento de Madrid tomó medidas para ocultar a la ciudadanía el exterminio de las cotorras. Es por ello, que no debemos de olvidar que tanto en la ciudad de Madrid, como en diferentes provincias de España se continúa con el asesinato de estas y otras aves con métodos crueles, que les causa angustia, estrés y sufrimiento”.

El Ayuntamiento de Madrid gastó más de tres millones de euros en un contrato con el que tenía prevista la desaparición de 11.700 ejemplares de cotorras, que se adjudicó la empresa Matinsa y Dypsa. En el permiso del contrato se incluía la posibilidad de “el empleo de carabina de aire comprimido en circunstancias específicas y recintos acotados”, aseguró entonces el consistorio.

Desde la plataforma comentan que las aves que viven en la capital han aprendido a convivir con las cotorras “e incluso a compartir nido con otras aves, como gorriones, mirlos, palomas zuritas, grajillas, especies que sus poblaciones están en declive”. Además, se niegan a aceptar “el argumento que a sus momentos de comunicación, en horario diurno nunca nocturno, los denominen ruido. No en una ciudad donde los niveles de ruido están causados por otros factores. No hay ni argumentos válidos, ni ninguna justificación para perpetrar actos tan crueles”.