El que fue uno de los puntos de venta y consumo de droga más icónicos de la capital, el Cerro de la Mica, se ha convertido en un lugar para recordar a las personas que fallecieron víctimas de esta adicción. En su punto más elevado se inauguró este lunes una gran ventana hacia la ciudad, con una placa que resume la intención del monumento: “Donde se perdieron muchas vidas, hoy abrimos una ventana a la esperanza”.
A la meseta elevada se llega a través de una serie de rampas y escaleras que forman la figura del corazón. Arriba, el marco rectangular se ha convertido probablemente en el monumento más etéreo de Madrid, un lugar donde este lunes han estado algunas de las madres y familias que lucharon contra esta lacra, convirtiendo su sufrimiento en fortaleza.
El exboxeador Jero García ha sido el encargado de conducir el acto, al que también han asistido representantes de la Plataforma Madrileña de Entidades para la Asistencia a la Persona Adicta y su Familia (FERMAD). El acto es la segunda visita (con foto) de la vicealcaldesa Begoña Villacís al cerro de la Mica. La primera vez se produjo el pasado mes de septiembre, con un paseo por las obras junto a su compañero de partido y concejal de Latina, Alberto Serrano. Este lunes estaban ambos en la inauguración y también el delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte.
Para la vicealcaldesa de Madrid, “esta es la manera de brindarles un sitio hermoso donde puedan ser recordadas” y donde “se les dignifique después de tantos años de estigmatización”. Con esta “ventana al cielo azul de Madrid”, como la ha calificado Alberto Serrano, “hoy por fin saldamos una deuda y damos una despedida con honores a quienes fueron víctimas en su momento”, ha dicho Villacís.
Ubicado en el barrio de los Cármenes, este mirador está integrado en un circuito cardiosaludable dentro del Polideportivo Gallur, en la zona del parque de la Cuña Verde. Según el propio Ayuntamiento de Madrid, el presupuesto de las obras del conjunto del circuito asciende a 900.000€
También se ha llevado a cabo la pavimentación de los caminos, el ajardinamiento y la instalación de red de riego en las zonas próximas al recorrido y al monumento mediante arbolado y arbustos de bajo consumo de agua tanto aromáticos como de color, especialmente en el entorno de la meseta, donde se ha elegido el color rojo para hacer referencia a la figura del corazón. Y se ha instalado alumbrado ornamental a lo largo de los caminos.