El último tramo de Madrid Río que queda por cerrar en Arganzuela, el situado sobre los terrenos del antiguo Vicente Calderón, lleva coleccionando diseños y acabados desde hace más de dos décadas. En concreto desde el año 2005, cuando el Ayuntamiento de Madrid se planteó retirar el estadio del Atlético al elegir un proyecto para transformar esta parte del río y albergar ahí un lago. Desde entonces los planos y las recreaciones han ido cambiando hasta que este lunes el actual alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha desvelado cuál será su aspecto definitivo.
El proyecto ha ido pasando por varias fases más o menos ambiciosas. En 2005 el equipo de Alberto Ruiz-Gallardón montó un concurso de ideas para todo Madrid Río que concluyó con la elección de la solución del arquitecto Ginés Garrido, quien planteaba cubrir ese tramo de M-30, tirar el estadio y construir allí un pequeño lago que sirviera para regar algunos jardines cercanos.
Pero el proyecto pronto quedó en el olvido después de que todo el planeamiento previsto se fuera a pique al tumbar los tribunales los proyectos inmobiliarios de Ayuntamiento, Atlético de Madrid y Mahou, que pasaban por construir dos enormes torres con un pequeño lago y una gran pradera delante. La solución fue denunciada por asociaciones ecologistas y acabó en vía muerta. Había que rehacer el proyecto.
Una vez rebajadas las dimensiones de los pisos que allí se iban a construir, se volvieron a dibujar las zonas verdes del entorno. En la publicada en el año 2020 por el Ayuntamiento de Madrid, ya con Almeida en la alcaldía, se proyectaban varios jardines y láminas de agua en la parte más alta de la cubrición de la M-30.
Junto a estas zonas verdes se situaba una dotación deportiva municipal -su diseño final no se conoce a día de hoy- y las dos promociones inmobiliarias que la rodean. Junto al río se dibujaba un sinuoso camino y varias islas de árboles, aunque lo que predominaba era el césped. No había aún miradores.
Con esta base, algunas de las inmobiliarias de la zona vendían sus promociones recreando los futuros jardines, presididos por una gran pradera verde y una hilera de árboles atravesando el entorno. Las formas ovaladas presidían todo este diseño.
Solo un año después, coincidiendo con el inicio de las obras para cubrir la M-30, el Ayuntamiento de Madrid presentaba alguna variación sobre esta idea, con varios miradores sobre el Manzanares y mayor presencia arbolada. Se mantenía la gran pradera en la parte alta, junto a la dotación deportiva, y los óvalos.
La sorpresa llevaba este miércoles, cuando el alcalde presentaba el diseño final de los jardines, que serán construidos por la Junta de Compensación del desarrollo Mahou-Vicente Calderón. Según el consistorio se han seguido “los mismos criterios paisajísticos y de diseño de Madrid Río” pero comparando las recreaciones anteriores hay bastantes cambios.
El proyecto definitivo que se acabará este 2023
En el nuevo diseño las formas ovaladas desaparecen y también las líneas sinuosas para ser sustituidas por un camino recto en paralelo al río Manzanares. Los miradores pierden protagonismo (su número se reduce) y aparece otra pradera más pequeña con forma de circo romano, rodeada de árboles, para evocar “el carácter lúdico y de espectáculo del antiguo campo de fútbol”, asegura el Ayuntamiento.
Los render publicados por el consistorio plantean un ajardinamiento con abundancia forestal (se planea plantar 1.200 árboles) sobre parterres y también encima de la losa de cubrición de la M-30. Sobre esta plataforma se proyecta un camino ciclable sinuoso que unirá los dos tramos de Madrid Río al sur y al norte a través de pinos con claros desde donde podrá asomarse hacia el río. El aspecto es muy similar al de la otra orilla.
El pavimento tendrá también fina y adoquín de granito en algunas zonas. En cuanto a los itinerarios caminables, se completará la peatonalización del último tramo del paseo de la Virgen del Puerto para permitir la eliminación del fondo de saco próximo a la rotonda de la calle del Duque de Tovar. Junto a esta calle, se instalarán una escalera y una rampa accesible que conectarán el desnivel generado entre esta zona y la plataforma superior que cubre la M-30. Asimismo, en los taludes, se añadirá vegetación trepadora que reducirá el impacto de los muros del túnel, explica el área de Obras en nota de prensa.