Anoche empezaron a saltar las alarmas en Madrid. Por primera vez desde el invierno pasado, dos estaciones de medición de la capital superaron los 180 microgramos de dióxido de nitrógeno (NO2), uno de los niveles a partir de los cuales el protocolo medioambiental del Ayuntamiento contempla la toma de medidas para reducir la polución en determinadas circunstancias. Fueron las situadas en Ensanche de Vallecas y Plaza Elíptica, ambas en el sur de la ciudad.
La cifra de mayor concentración se produjo en Plaza Elíptica a las 20.00 horas, con 194 µg/m³ de NO2, aunque en Ensanche de Vallecas los niveles de polución permanecieron durante más tiempo, a las 21.00 y a las 22.00 horas con 185 y 183, respectivamente. No solo hubo contaminación por este gas en el sur: la estación situada en la avenida Ramón y Cajal, en el norte, llegó a los 178 µg/m³ de NO2 a las 21.00 horas.
Los malos datos de calidad del aire llegan un día después de que el Ayuntamiento anunciara que ha cubierto con pintura fotocatalítica parte del asfalto en la Plaza Elíptica, uno de los lugares con mayor polución en Madrid. Allí se ha creado también una nueva zona de bajas emisiones para intentar que los vehículos más contaminantes eviten pasar cerca de la estación de medición. La pintura, según el consistorio, eliminará la polución que provoca el paso de 950 coches al año, en un lugar por donde cruzan más de 40 millones.
Los datos registrados en las últimas 24 horas no obligan todavía al Ayuntamiento de Madrid a tomar ninguna medida para restringir los niveles de contaminación, ya que el protocolo municipal exige que las superaciones de los niveles de 180 se produzcan durante dos horas consecutivas en dos estaciones de la misma zona. Pero podrían anticipar, como ha sucedido otros años por estas fechas, que la polución se vaya acumulando cada jornada y las cifras sigan escalando durante el fin de semana.
Las previsiones meteorológicas no son favorables para los próximos días y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé una pobre ventilación de la atmósfera para este viernes, lo que unido a los intensos niveles de tráfico que registra la ciudad en las próximas semanas podría aumentar los niveles de NO2 en el aire que respiran los madrileños. Solo la aparición inesperada del viento podría ayudar a dispersar los gases nocivos que se acumulan sobre la capital.