Es difícil encontrar estos días a alguien a quien la oleada de ómicron no le haya pasado rozando en Madrid. Mucha gente se ha contagiado, es contacto de positivo o tiene amigos que han tenido que pasar la Nochebuena confinados. O incluso todas las anteriores juntas. No es solo una sensación: la sexta ola está resultando la que más casos está arrojando de toda la pandemia. Dos de cada cien madrileños se han infectado de coronavirus en los últimos catorce días, según datos del último informe de la Consejería de Sanidad.
Si explosivo es el adjetivo que más está acompañando a este nuevo ciclo de positivos es porque los contagios se han disparado como nunca antes en los últimos días. La incidencia acumulada (nuevos casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días) ha pasado de 237 a 1840 en Madrid ciudad en un periodo de tiempo muy corto, un ritmo muy superior a lo que sucedió en las oleadas anteriores, en las que los casos crecían a un ritmo mucho menor.
El siguiente gráfico permite ver la diferencia entre todas las olas de contagios salvo durante la primera, cuando no había suficiente capacidad de detección y no se diagnosticaron la mayoría de casos. Finaliza en el pico máximo de cada una, que en ningún caso llegó a superar el millar de incidencia hasta la sexta:
La actual ola de contagios está causada por la variante ómicron de la COVID-19, que representa actualmente el 79,4% de los positivos totales, según las muestras que ha tomado la Comunidad de Madrid esta semana. El virus ha mutado de forma que cada contagiado puede transmitir la enfermedad a entre seis y diez personas, explicó este martes en rueda de prensa el viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero.
La siguiente ola más virulenta fue la tercera, después de la Navidad del año pasado, y estuvo también motivada por una variante que se contagiaba con más facilidad, la delta, unida al invierno, época en la que por el frío suele haber más vida en interiores –los espacios donde mejor se transmite el coronavirus– y una mayor movilidad ligada al periodo vacacional. Entonces hicieron falta cinco semanas para triplicar la incidencia, en un contexto de mayores restricciones en hostelería y un cierre parcial de fronteras entre comunidades autónomas. Ahora, en solo dos semanas la incidencia se ha multiplicado por nueve.
Llevamos casi dos años de pandemia, el siguiente gráfico permite apreciar dónde estamos en cuanto al número de positivos de COVID-19 detectados en Madrid ciudad:
Los datos muestran las diferentes incidencias acumuladas por distritos. Y se vuelve a dar un patrón que se ha ido repitiendo a medida que ha ido avanzando la pandemia: el mayor volumen de casos tiene lugar en los distritos de renta más alta (Chamberí, Salamanca o Chamartín), situados al norte, aunque también en el distrito Centro, donde la población vive en zonas más colmatadas, y en Moncloa-Aravaca, lugar de residencia de mucha población joven y universitaria. La zona de salud con más positivos es Cea Bermúdez, donde el 3% de su población se ha contagiado de coronavirus en las últimas dos semanas.
Por el contrario, los distritos del sur son los que menor incidencia presentan, dentro de que es muy elevada y también están marcando récords. La Comunidad de Madrid no ofrece datos de vacunación por distritos –ni siquiera por poblaciones–, por lo que no es posible saber si puede ser achacable a que lugares como Villaverde, Usera o Carabanchel cuentan con mayor porcentaje de vacunados o, simplemente, a que sus habitantes están guardando más precauciones que sus vecinos del norte.
En este listado por distritos y su incidencia durante la sexta ola esta semana se ven algo mejor las diferencias:
La explosión de casos de COVID en las últimas dos semanas ha provocado un colapso en la atención primaria de Madrid. A un sistema ya muy ajustado se le ha unido una cantidad de casos sospechosos, positivos y contagios enorme (300.000 consultas diarias, afirma Sanidad), que ha originado entre otras cosas las imágenes de enormes colas frente a los centros de salud a la espera de una PCR. Las bajas laborales también se multiplican, a la espera de una decisión sobre el acortar o no las cuarentenas.
Para simplificar la recogida de datos y ante la evidente saturación del sistema, la Comunidad de Madrid ha pasado a considerar como oficiales los positivos obtenidos por los pacientes infectados que se han hecho un test de antígenos en casa. Si su caso no reviste gravedad, la Consejería de Sanidad le recomienda el aislamiento y evita practicarle una PCR.
Menos casos graves
No todo son malas noticias. Con ómicron ha llegado una variante que causa menos ingresos hospitalarios, según muestran los primeros estudios publicados y destaca la Comunidad de Madrid en un primer informe presentado este martes con los datos que está recopilando en los últimos días.
Hoy se encuentran ingresadas 1.336 personas en los hospitales de la región, 201 en las Unidades de Cuidados Intensivos. Ahora ingresan el 2% del total de casos detectados, cuando durante el pico de la tercera ola, la más mortal hasta ahora, lo hacían el 20% de los positivos. El 2,8% acababan en la UCI y ahora el porcentaje se reduce, de momento, al 0,2%.
La mortalidad, en consecuencia, también es mucho menor. Pese a la explosión de contagios, esta sexta ola está registrando el menor número de fallecimientos hasta la fecha, como muestra el gráfico disponible sobre estas líneas, elaborado por la Consejería de Sanidad.
Antonio Zapatero achaca esta menor gravedad de los casos a dos factores: que la variante provoca por sí misma menos ingresos y que la gran mayoría de los madrileños están vacunados: el 91,2% de los mayores de 12 años tienen la pauta completa y eso se está notando. Según sus datos, las inyecciones reducen en un 73,5% el riesgo de ingreso hospitalario y en un 82,1% el de acabar en la UCI.