El incendio en un solar en Ciudad de los Poetas pone sobre la mesa un proyecto vecinal de oasis urbano para el espacio

Quien pase por el parquecito que hay en la calle de San Gerardo, en el barrio de la Ciudad de los Poetas (popularmente conocido como Saconia por el nombre de la promotora), encontrará una buena colección de carteles que claman en contra de la construcción del vial de acceso a una residencia privada aun sin construir (Los Nogales), que pasaría por encima del parque infantil y otras zonas comunes. Aunque las pancartas ya se encuentran algo desvaídas porque el conflicto se encuentra, como contaremos, en un punto muerto, los vecinos de la zona mantienen ojo avizor sobre el tema.

Hace años, en el solar donde se proyectó construir la residencia albergaba el colegio Puerta de Hierro, que estaba en un chalé grande al que se accedía a través de la calle Federico Sainz de Robles, que estaba entonces poco urbanizada. Posteriormente, se construyeron dos edificios que cerraron los pasos a la parcela, dejándola aislada. La finca creció de resultas de una Junta de Compensación en la que fueron añadiéndosele terrenos, algunos de ellos viales peatonales…y la mayor parte de la plaza y el parque infantil de la discordia.

Los vecinos se dieron cuenta de la situación cuando en 2004 llegaron por primera vez las máquinas para abrir el paso a la parcela privada a través de su zona común. José Luis, vecino involucrado en la lucha nos cuenta que “las imágenes de los folletos de Saconia de los años 70 ya sacaban esa zona como infantil, siempre lo fue”. En aquella ocasión, los vecinos consiguieron paralizar las obras.

El conflicto ha asomado la cabeza en distintas ocasiones desde entonces y en 2017 volvió a rebrotar. Durante meses, los vecinos se concentraron en la plaza cada día entre las 8 y las 10 de la mañana para evitar el comienzo de las obras. Finalmente, y a la vista de los informes, la concejala de Moncloa-Aravaca les dio la razón en un pleno municipal: no es viable urbanísticamente hacer la entrada a la parcela a través del terreno que ocupa el parque...lo que deja el proyecto de residencia en un punto complicado, pues no tendría acceso.

Los vecinos de Ciudad de los Poetas, que se negaron a la pérdida de un espacio público imbuidos del pecado original del barrio (conocido por haber sido proyectado bajo el paradigma del espacio común), decidieron tomar las riendas de la situación y crear un proyecto alternativo para la parcela donde iría la residencia.

La semana pasada (la madrugada del miércoles al jueves) se produjo un incendio que no tuvo consecuencias por la intervención rápida de los bomberos. El incidente, de causa aun desconocida, da la razón a los vecinos, que llevan años denunciando ante la Junta de Distrito el estado de abandono de la parcela. Una vez más, desde la Asociación de vecinos Ciudad de los Poetas han enviado una carta a la Concejala Presidenta de Moncloa-Aravaca solicitando el desbroce urgente del solar. “Si el incendio se hubiera propagado por toda la parcela podría haber afectado a los edificios de viviendas que la rodean”, advierte José Luis.

El incendio trae a la actualidad la necesidad de dar uso a la parcela, algo que está en la mente de los vecinos hasta el punto de haber articulado una propuesta detallada. Junto con Luis Perea, profesor de Arquitectura Paisajística de la Universidad CEU San Pablo, y sus alumnos, han diseñado un auténtico oasis en la ciudad, que se plantea como la solución perfecta para un lugar que no puede contener otras actividades privadas por la falta de acceso y estar situado entre pisos: un espacio social que pivota alrededor de un completo huerto urbano y jardín comunitario.

El ya mentado estado de abandono de la parcela durante años ha hecho que en ella aparezca la característica flora de descampado madrileño: madreselva, dáctilo, escarola, freno de flor, diente de león, hiedra común, plátano de sombra…Especies vegetales que conviven con la basura acumulada por la falta de cuidado del solar y que se trataría de integrar en el nuevo huerto en la medida de lo posible.

¿Qué haría falta para poder poner en marcha el proyecto? En primer lugar, claro, disponer del uso del suelo. Para ello, los vecinos proponen que el Ayuntamiento de Madrid ofrezca una permuta por otro terreno a la empresa propietaria de la parcela, que, de esta manera, vería como se desatasca la situación en la que encuentra su proyecto de residencia. Una vez el terreno fuera de propiedad municipal, el Ayuntamiento le daría la calificación adecuada y lo acondicionaría para poder albergar un huerto urbano. Luego, se abriría un proceso de libre concurrencia para su cesión gratuita, previsiblemente con una asociación vecinal como titular y una comunidad de vecinos formada para la ocasión encargada de su gestión diaria.

Según el proyecto, el huerto contaría con un local comunitario (domo) que podrían utilizar colectivos e instituciones del barrio (colegios, guarderías, asociaciones, centros de personas con habilidades especiales…) y que también serviría como centro de aprendizaje sobre las propias labores del huerto, como el uso de la compostera y el semillero-invernadero previstos.

“Habría también un espacio para mayores, uno para jugar a la petanca, bancales, mesas de cultivo, viales…son 2600 metros cuadrados”, nos cuenta José Luis, que añade que están pendientes de una reunión con Mariano Fuentes, Delegado del Área de Gobierno de Desarrollo Urbano, a quien se la pidieron por registro ya antes del inicio de la pandemia.

Las pancartas que adornan las zonas comunes de San Gerardo avisan de que los vecinos de este barrio no están dispuestos a poner en peligro su más preciado tesoro –las zonas comunes que articulan el barrio– y creen que solo hace falta voluntad política para llevar a cabo un proyecto en el que pueden salir ganando todas las partes.