“Queremos desatascar esta situación”, cuentan los vecinos a la salida de la primera reunión de la legislatura entre la Comunidad de Madrid y el movimiento vecinal contrario a las talas previstas por la ampliación de la línea 11 de Metro. El encuentro, muy esperado por ellos, tenía lugar este martes por la mañana, en el momento en el que se está decidiendo el futuro de las obras y de los 676 árboles que desaparecerán con los trabajos.
La reunión era con la Dirección General de Infraestructuras de la Consejería de Transportes, ante la que los representantes de la plataforma han mostrado varias opciones que consideran viables técnicamente para minimizar el impacto de las obras en el patrimonio verde de Madrid. Todas están respaldadas por ingenieros y la principal es el traslado de la estación de Madrid Río bajo la calzada del paseo de Yeserías en lugar de en medio de la arboleda histórica del Parque de Arganzuela.
Este cambio sería el tercero en un proyecto que se dibujó en 2019 con un trazado más alejado de Madrid Río (la primera ubicación, que fue la del estudio de impacto ambiental que acompañó el primer proyecto) y luego con la entrada a esta parada en medio del parque, lo que aumentaba significativamente el número de árboles talados. La tercera vía abierta hoy por los vecinos la definen como una “solución intermedia” y estaría ubicada en el tramo que va del 33 al 41 del Paseo de Yeserías.
La estación propuesta sería algo más pequeña de lo que son habituales en Metro pero resulta “viable técnicamente”, aseguran los proponentes. Tendría forma rectangular y unas dimensiones aproximadas de 140 metros de largo y 21 metros de ancho, con una disposición similar a la nueva estación de la línea 11 de Palos de la Frontera. El casetón de salida contaría con escaleras mecánicas y el ascensor ocuparía parte de la acera. Con esta alternativa los árboles talados estarían entre 30 y 40 y no serían de tanto porte como los planes contemplados por Metro en la actualidad.
La plataforma del No a la tala ha dejado la propuesta a los técnicos de la Consejería de Transportes para que la estudien, con la premisa de que “es mejor hacerlo bien que hacerlo rápido”, explican fuentes vecinales a Somos Madrid. También han ofrecido alternativas a las talas previstas en los Jardines de Palestina y los Jardines de Jimena Quirós, estos últimos en espacio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Durante la reunión, que califican de “intensa”, también han recalcado que consideran una “salvajada” meter la tuneladora por el parque de Comillas. “Es como soltar una bomba atómica allí”, aseguran.
Por su parte, los representantes de la Comunidad de Madrid han escuchado sus demandas y explicado que en este momento se encuentran estudiando las alegaciones al estudio de impacto ambiental, el último tramo que queda para poder arrancar el grueso de las obras. Los vecinos explican que lo tendrán listo previsiblemente en noviembre. Desde la Consejería de Transportes, de momento, guardan silencio sobre la reunión y no han emitido una valoración del encuentro.
Las obras para ampliar la línea 11 de Metro permanecen detenidas desde que la Comunidad de Madrid decidió detenerlas en febrero para estudiar una posible rebaja del impacto ambiental de los trabajos después de las protestas vecinales. Pero la solución propuesta de 676 talas no convence a los vecinos de los distritos de Madrid afectados por los trabajos, por lo que acudieron al Parlamento Europeo para reclamar una investigación sobre este trazado. Su Comisión de Peticiones enviarán sendas cartas a Comunidad de Madrid y Ayuntamiento en los próximos días para avanzar en las pesquisas.