La peatonalización del barrio más rico de Madrid centro desaparece bajo el asfalto

Diego Casado

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Poco ha durado en el asfalto la peatonalización del distrito de Salamanca. El Ayuntamiento de Madrid la ejecutó sobre un tramo de la calle Recoletos en febrero de este año, después de más de un año de retraso desde que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, la anunciara como parte de los 21 cortes al tráfico previstos en los distritos de Madrid. Unos días después de la actuación, adelantada por Somos Madrid, el consistorio dibujaba dos pictogramas para avisar a los conductores del acceso restringido.

Solo cinco meses después, en julio, el asfaltado de la calle sepultó los pictogramas, como se puede comprobar en la imagen que ilustra esta información. Una pintura que anunciaba la “zona peatonal” con el logo de Madrid 360 y que, varios meses después, cuando la ciudad celebra la Semana de la Movilidad, aún no ha sido repuesta.

Pese a que sí que se mantienen las señales verticales que marcan la prohibición de acceso a la vía para no residentes o carga y descarga más allá de las 11.00 de la mañana, los conductores se saltan continuamente la peatonalización, como pudo comprobar in situ este periódico. Ningún agente ni cámara regula el acceso de vehículos a esta calle, lo que en la práctica se traduce en que ningún viandante en su sano juicio camina por la carretera convertida legalmente en acera, por miedo de ser atropellado.

Vecinos del barrio de Recoletos, el más rico de la zona Centro de Madrid en renta per cápita, critican esta actuación, que solo les ha traído disgustos por la falta de vigilancia del Ayuntamiento. “No tenemos ninguna de las ventajas de una calle peatonal, y todos los inconvenientes”, explica una de las residentes en la zona. “Se ha convertido en zona franca para el reparto de hostelería, mientras que algunos supermercados no entregan a domicilio aquí porque aparece como zona peatonal”, lamentan los que necesitan este tipo de servicios.

La peatonalización de Recoletos suprimió también una banda de aparcamiento en uno de los lados de la calle, donde anteriormente podían estacionar vecinos y la carga y descarga durante todo el día. Ahora, con la restricción al tráfico, los repartos a domicilios de algunas grandes superficies han desaparecido.

Vecinos de la calle también lamentan que hayan perdido la posibilidad de aparcar, mientras nadie esté multando a los infractores que acuden de visita y estacionan sus vehículos en la banda de estacionamiento, ya sin pintura verde o azul: “Los residentes hemos movido nuestros vehículos, pero hay coches y motos aparcados a todas horas, sobre todo en fin de semana”, se quejan antes de añadir que existen terrazas sin permiso ocupando parte de la escasa acera por la que caminan. Fuentes de Más Madrid consultadas por este medio también se han quejado de lo que consideran una “falsa peatonalización”, con un impacto medioambiental “nulo”.

El Ayuntamiento de Madrid ha tardado en ejecutar una buena parte de las peatonalizaciones anunciadas por el alcalde en diciembre de 2020. Varias has llegado en los últimos meses, con más de un año de retraso, y otras, como la de la calle Fuencarral, aún no cuentan con fecha de ejecución. La actuación municipal de implantar estos cortes al tráfico formaba parte de los Acuerdos de la Villa firmados por todos los partidos políticos durante la pandemia.