Una placa para un quiosquero que es mucho más. Es el reconocimiento a toda una profesión hoy en retroceso –el quiosco está cerrado, de hecho– y al lugar central que los puestos de prensa han tenido en la sociabilidad y desarrollo de los barrios. Esto es lo que significa la placa colocada el pasado día 30 de septiembre en la esquina de la calle Balandro 36 (Alameda de Osuna, Barajas), donde durante 45 años funcionó el quiosco de José Guijosa Echevarría, conocido en la barriada como Pepe Kiosko.
A la ceremonia acudieron el propio Guijosa, su familia y decenas de vecinos que no quisieron perderse el homenaje a su quiosquero de referencia durante años. La placa dice: “Aquí regentó un puesto de prensa durante 45 años José Guijosa Echevarría Pepe Kiosko. Esta placa rinde homenaje a él y a todas las personas que han dedicados sus vidas a llevar la información a los barrios de Madrid”.
La colocación de la placa se aprobó en octubre de 2022 en la Junta de Barajas a propuesta del Grupo Municipal Más Madrid con el voto afirmativo de todos los partidos. José Guijosa Echevarría regentó el quiosco de prensa de la Alameda de Osuna junto con su mujer Ángela entre los años 1970 y 2015, lo que implica que su puesto de prensa, prácticamente, vio crecer la barriada y, desde luego, la acompañó durante su consolidación. Su pareja, Ángela Sánchez Zalve, también fue homenajeada junto con otras vecinas populares del distrito en 2013 por el Día Internacional de la Mujer.
En la proposición aprobada en su día, se hablaba de aquellos años iniciales de construcción de la Alameda de Osuna: “Pepe cada mañana con su furgoneta repartía entre los obreros, ingenieros y arquitectos periódicos como el deportivo y el diario Pueblo”. Pepe Kiosko repartía caramelos a los niños que acudían al centro de salud cada día y, según cuentan los vecinos, amabilidad y poemas improvisados desde su puesto de prensa.
Era un vecino muy conocido, además de por la centralidad social de su trabajo, por sus ocurrencias. Leemos en una vieja nota de la revista Alameda de Osuna:
“Es un tipo original, raro diría yo. Algunos vecinos creen que está como una cabra (él lo sabe y me ha autorizado a decirlo). Y todo porque toma unas iniciativas que nadie las entiende. Ahí va una de ellas: Ha montado, junto a su kiosco, una especie de mini mercadillo para que los niños puedan intercambiarse cromos ”repes“, ahorrando a sus papás y abuelos la compra de los sobres ¿en detrimento de sus propios intereses?. ¡Vaya uno a saber!. ¿O acaso logra así la felicidad de los más pequeños, a la vez que consigue que sea a él a quien le compremos la prensa? De cabra, nada”.
Es posible encontrar en distintas plataformas de internet su libro Resurrección de un iluminado, donde se recogen sus poemas, reflexiones y experiencias.