La Policía registra en conciertos del Santiago Bernabéu niveles de ruido que superan el límite legal

Guillermo Hormigo

Madrid —

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“Goles sí, decibelios no”. Con esa consigna denuncia una cuenta en redes sociales el “calvario” que cientos de vecinos están viviendo ante la nueva etapa del estadio del Real Madrid, desde hace unas semanas transformado en recinto habitual de macroconciertos. En varios de ellos se están superando ampliamente las emisiones sonoras permitidas por el Ayuntamiento de la capital, según las mediciones efectuadas por la Policía Municipal de Madrid desde domicilios cercanos.

Lo cuenta en conversación con Somos Madrid Nicolás, residente de Chamartín que administra el perfil en X de @RuidoBernabeu, en el que documenta las molestias acústicas causadas por unos acontecimientos cada vez más presentes. Con una hija de apenas año y medio que lleva días enferma y con problemas para conciliar el sueño, la gota que ha colmado su paciencia fue el concierto Telefónica 100 Live. Taburete, Hombres G, Alejandro Sanz o Ana Mena se dieron cita este sábado 18 de mayo en la instalación del club presidido por Florentino Pérez para celebrar el centenario de la compañía de telecomunicaciones.

“Ayer en pleno concierto, 84,9 decibelios midió la policía. Hoy, para hacer la comparación, 48. Recordamos que la escala de decibelios no es lineal, sino logarítmica, por lo que la diferencia entre ambas medidas es mucho mayor de lo que aparenta”, denuncia Nicolás en redes. Y asegura que este caso, registrado junto al fondo norte del Estadio, no es el único: “Hemos desbordado de expedientes al Ayuntamiento porque aquí no se puede vivir”.

Los afectados se amparan en la Ordenanza de Protección Contra la Contaminación Acústica y Térmica. La norma parcela el horario vespertino entre las 7.00 y las 19.00, el periodo tarde de 19.00 a 23.00 y el nocturno desde las 23.00 hasta las 7.00. Por la noche, las emisiones al exterior en locales recreativos (tipo de área acústica IV) no pueden ir más allá de los 53 decibelios, aunque la cifra se considera legal si no se superan en más de 5 decibelios. Así, el máximo legal es realmente de 58. En horario de mañana o tarde la marca límite se mueve hasta los 63 decibelios, con esa misma prórroga autorizada de otros 5 más sin que se produzcan infracciones.

Los 84,9 decibelios superan con creces cualquier pico permitido, aunque la diferencia fue especialmente acusada (26,9 decibelios) en la última hora de un evento que se alargó hasta la medianoche, a lo que hubo que añadir más de una hora de movimiento de maquinaria para ultimar el desmontaje de las estructuras.

Para más inri, el nivel de ruido que difunde Nicolás fue registrado desde una oficina (área acústica III), donde los límites legales bajan hasta los 60 decibelios por la mañana o la tarde y los 50 en la noche, de nuevo con 5 decibelios de margen antes de la consideración de infracción. Por tanto, la cifra recogida supera en casi 30 puntos la marca máxima autorizada. En el tipo de área acústica II, que incluye las viviendas, el tope permitido desciende aún más hasta los 55 y 45 decibelios respectivamente.

A la espera de una evaluación definitiva del ruido

El área de Medio Ambiente, Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento matiza en declaraciones a este medio que los datos recogidos por las fuerzas de seguridad no son definitivos: “Las mediciones que efectúa la Policía Municipal en relación con el ruido y que recoge en las correspondientes actas han de ser posteriormente valoradas por los servicios técnicos municipales. Por tanto, no se puede saber a priori si se superan y mucho menos si se superan ampliamente los niveles de ruido”. Y añaden: “Las actas que se están valorando acústicamente y, en función del resultado, se procederá como en cualquier otra actividad que pueda producir ruido en la ciudad”.

También se ha pronunciado ya el alcalde, José Luis Martínez-Almeida: “Vamos a acreditar si se han producido vulneraciones. Los conciertos en el Bernabéu están amparados por la licencia, pero tiene que cumplir una serie de requisitos. La principal premisa de la que tiene que partir la utilización del Estadio es minimizar las molestias que se generan en toda esa zona”. El regidor afirma que el Consistorio “ha llevado a cabo las correspondientes mediciones”, pero habla todavía de “unos resultados que hay que esperar”. En función de ellos, dice, “se adoptarán todas las medidas conjuntamente con el Real Madrid para minimizar el ruido que se pueda producir”.

Se adoptarán todas las medidas conjuntamente con el Real Madrid para minimizar el ruido que se pueda producir

“Se trata de un recinto deportivo y ese es el tipo de licencia con el que cuenta”, recalca Nicolás. Apunta como “coladero” al artículo 19d. de la Ley 17/1997 de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas (LEPAR), en el que la Comunidad de Madrid aborda “los espectáculos y actividades recreativas de carácter extraordinario”, que según la norma precisan de una autorización expresa.

Dicho apartado especifica como “extraordinarios” aquellos eventos que “sean distintos de los que se realizan habitualmente en los locales o establecimientos y que no figuren expresamente autorizados en la correspondiente licencia”. Fuentes municipales confirman a este medio que la Dirección General de Seguridad de la Comunidad de Madrid emite una autorización para estos estos conciertos como Espectáculo Público Extraordinario. Nicolás arremete contra la laxitud de los Gobiernos de Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, pero tampoco olvida que la remodelación del Estadio “la acuerda Florentino Pérez con la exalcaldesa Manuela Carmena”.

Sin insonorización junto a colegios y residencias

“Se estrenaron con un concierto de más de siete horas el 26 de abril”, recuerda Nicolás. El festival Locos por la música reunió artistas como Juan Magán, Camela, Soraya, Coti o Los Rebeldes. Se celebró un viernes, pero ya el jueves “estuvieron con pruebas de sonido a un nivel espectacular y después pasan otras muchas horas recogiendo”. Dos semanas después, el Nuevo Santiago Bernabéu acogió tres certámenes musicales consecutivos del 10 al 12 de mayo. El viernes se celebró la presentación del Reggaeton Beach Festival, seguido por Premier Remember el sábado y Domingueros el último día de la semana, estos dos últimos dedicados a la música electrónica.

Mientras los eventos se multiplican, Nicolás muestra su indignación por la “falta de insonorización en el Bernabéu”, un problema intensificado por el anillo panorámico abierto que recorre la instalación en la parte superior de la fachada: “El sonido sale por ahí y nos pega en especial a los pisos altos”. Dicha abertura puede apreciarse en el siguiente vídeo.

Nicolás recalca que “a 200 metros del Estadio hay una residencia de mayores donde deben estar pasándolo muy mal”, así como “varios colegios muy cerca en los que sufren pruebas de sonido a un volumen espectacular y en pleno horario lectivo”. Teme que la situación se recrudezca con los conciertos de Taylor Swift los próximos miércoles 29 y jueves 30 de mayo.

Además de las propias actuaciones, a las que se espera una asistencia masiva, habrá que sumar los preparativos en mitad de una semana en la que las clases tratarán de desarrollarse pese a la contaminación acústica. Y la actividad no parará: a partir de junio llegan Duki, Manuel Carrasco, Luis Miguel, Karol G, Aventura o Aitana. Pero no solo se celebrarán conciertos, y el Bernabéu acogerá el 13 de julio La Velada del Año IV, auspiciada de nuevo por Ibai Llanos.

Hartazgo en un feudo del PP

La dinámica ha derivado en un incipiente malestar en la zona, donde el Partido Popular arrasó en las elecciones autonómicas y municipales de 2023, pero con una creciente movilización ya contra las obras en el parking del Bernabéu. “Hemos montado un chat con más de 700 vecinos a los que todo esto nos parece demencial. La gente está muy encendida y muy cabreada”, avisa Nicolás.

Hemos montado un chat con más de 700 vecinos a los que todo esto nos parece demencial. La gente está muy encendida y muy cabreada

Exigen que el Ayuntamiento sancione y actúe contra las actividades que superen los límites autorizados. Para ello reclaman además un refuerzo en detección y actuación contra este tipo de situaciones: “La Policía cuenta con muy pocos sonómetros que utilizan en horarios restringidos. En algunos casos un único aparato lo comparten varios distritos”, trasladan.

Nicolás muestra además su descontento personal con la actitud de la concejala presidenta de Chamartín, Yolanda Estrada: “En la primera reunión, después de sufrir ya el problema, ella misma parecía desconocer que el estadio no está insonorizado. Días después, se presentó de improvisto en una asamblea vecinal y no dio un solo argumento que justifique lo que está pasando”. Opina, eso sí, que en ese encuentro la edil “comprobó el tamaño del problema”.

Subraya que la significación política de las personas implicadas es “muy transversal”, aunque “es cierto que con los datos en la mano usted puede comprobar como aquí hay más votantes del PP y de Vox”. Respecto a los posicionamientos futbolísticos, critica a “los fanáticos del Barça a los que les parece divertido porque fastidia al Madrid” y “a esos del Madrid que dicen que nos quejamos de vicio”. Seguidores del reciente campeón de Liga han llegado a ridiculizar a los vecinos animándoles a vender sus casas.

“El barrio convive con el Estadio desde hace décadas. Los vecinos asumimos que en una temporada buena del Real Madrid puede haber unos 30 partidos. Y si resulta que ese año vienen a tocar los Rolling Stones y U2, o el Papa a hacer una misa, habrá tres o cuatro megaeventos añadidos. Todo esto atrae sus problemas, pero lo aceptamos, aunque a quienes lo sufren directamente en la calle Marceliano Santa María o la plaza de los Sagrados Corazones lo mismo les gusta menos que se acumule la gente y la suciedad”, expone Nicolás.

“También tragamos con los más de cuatro años de obras que hemos soportado. Pero esto excede muchísimo y constantemente la naturaleza del Estadio, que son las competiciones deportivas. Pedimos que atajar este problema sea un paso para luego solucionar el resto de cosas”, concluye ante de seguir “retransmitiendo esto a través de Twitter”, una labor que le resulta inesperada pero que acepta con resignación.