El pasado lunes, cuando la capital se desperezaba de una resaca electoral que dejaba dos mayorías absolutas del PP en Comunidad y Ayuntamiento de Madrid, miles de familias recibieron la noticia de que no podrían matricular a sus hijos en las escuelas infantiles municipales el curso que viene.
El anuncio tendría que haber llegado el lunes 22 de mayo, pero el equipo de Almeida retrasó la comunicación una semana alegando “problemas técnicos”. Cuando por fin lo hizo, un día después de los comicios, las listas reflejaban que solo un 5% de los solicitantes habían sido admitidos y que 10.006 niños se habían quedado sin plaza en las guarderías del Ayuntamiento de Madrid.
El martes, dos días después de que los ciudadanos pasarán por las urnas, la motosierra municipal se encendía para talar varias acacias de gran tamaño en Carabanchel Alto. Los vecinos denunciaban que nadie les había avisado de la deforestación en la plaza de la Emperatriz y añadían a este periódico que las obras llevaban meses en marcha, pero que en las últimas semanas se habían ralentizado mucho. La acusación de “arboricida” es una de las imágenes negativas contra la que ha tenido que luchar el alcalde durante su campaña por la reelección.
¿Hubiera cambiado algo el 28M de haber mantenido los plazos iniciales para la publicación? José Luis Martínez-Almeida consiguió la mayoría absoluta en la capital gracias a que a Podemos le faltaron 2.100 votos para obtener representación municipal, un margen muy pequeño (se contabilizaron 1.651.025 votos en la capital) dentro del que cualquier circunstancia podría haber decantado la balanza para otro lado.
La lista de sorpresas postelectorales no se paró ahí. El martes la Comunidad de Madrid comunicó que el precio de los comedores escolares subiría un 12,7% el curso que viene. El Gobierno de Ayuso ha fijado en 5,50 euros el coste de cada menú, que ahora vale 4,88, lo que supondrá unos 110 euros de gasto adicional por hijo para cada familia.
La Consejería de Educación justifica la subida de precios por el encarecimiento de los costes y de las materias primas a causa de la inflación. Según los sindicatos, la subida se había pactado con las empresas concesionarias en noviembre, pero el departamento que dirige Enrique Ossorio les había pedido mantenerlo oculto hasta que pasaran las elecciones.
Educación también ha emitido esta semana una circular a todos los centros educativos de Infantil y Primaria que ponía en cuestión la bajada de ratios anunciada hace unos meses por la presidenta regional. En el texto, adelantado por El País, se indica a los colegios que podrían subir de 20 a 22 el número de alumnos por aula durante el curso que viene en el caso de centros con mucha demanda. Este curso las ratios en Infantil de 4 años ha sido de 20 alumnos como máximo, medida que se ha de extender a partir de septiembre a los estudiantes de 5 años.
El número máximo de alumnos por aula también se ha de bajar en 1º de la ESO, pero los mensajes en este caso también son contradictorios. Por un lado, la orden publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid sigue fijándolo en 30 personas por clase, pero una resolución de la Consejería lo reduce a 25. El proceso de admisión se resuelve el próximo 7 de junio, fecha en la que quedarán aclaradas las dudas.
Otro anuncio polémico del Gobierno regional que se ha conocido esta semana es que concederá subvenciones directas para contratar a empleadas del hogar que se dediquen al cuidado de hijos menores, según adelantó también El País. El equipo de Ayuso podrá entregar con esta partida ayudas de 4.000 euros al menos a 500 familias.
Un polideportivo que no llegará y un bus polémico
Esta semana los vecinos de Barajas han conocido que, de momento, no se construirá el polideportivo prometido por Almeida para su distrito en la calle Mistral. Ninguna empresa quiere levantarlo, algo que constató el pasado lunes la mesa de contratación del área de Obras y Equipamientos, al reunirse para comprobar las ofertas que habían llegado para gestionar esta instalación durante los próximos 25 años. El Ayuntamiento permitió recibir propuestas hasta el viernes 26 de mayo.
Tampoco llegará en los próximos días la revolución de la carga y descarga en Madrid. Un sistema de reservas a través de una aplicación que el consistorio ha ideado para ordenar mejor las plazas disponibles en la ciudad, que debería comenzar el próximo 5 de junio pero que ahora se aplaza hasta el 23 de septiembre a petición de las asociaciones de transportistas. Es el segundo retraso que sufre este sistema.
Lo que sí que arrancó el pasado miércoles fue una de las promesas electorales estrella de Almeida, que se ha acabado convirtiendo en otro motivo de preocupación para el área de Movilidad. La primera línea de Bus Rapid ya funciona en los distritos del norte de Madrid, uniendo Sanchinarro con el hospital Ramón y Cajal. Su trazado ha sido objeto de protestas vecinales y hace unos días se supo que el Ayuntamiento ha tenido que ejecutar nuevas obras una vez acabado el proyecto por problemas en el trazado, que impedían el normal acceso de los nuevos buses a las rotondas.
Y queda una última sorpresa en Madrid, esta vez para los vecinos y negocios de Plaza de España, que se habían quejado en repetidas ocasiones por el feriódromo que montó el Ayuntamiento en su zona central desde hace aproximadamente un año y que ocupan . El consistorio anuló las dos ferias previstas para esta primavera (por el mes del libro y por San Isidro), poco antes de las elecciones. Pero una vez que han pasado los comicios, los escenarios y la música van a volver para quedarse durante los próximos meses. El primer concierto se celebrará el próximo fin de semana, con Juan Magán, 2manydjs y acceso gratuito en este céntrico lugar de la capital.