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La aprobación de la protección del neomudéjar popular es vista por sus promotores como un éxito y un punto y seguido en su lucha

Un ejemplo de neomudejar popular en Tetuán

Luis de la Cruz

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Este martes se aprobó en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid, y con el voto favorable de todos los grupos, la Modificación del Plan General de Ordenación Urbana con el fin de incluir en Catálogo de Edificios Protegidos la arquitectura popular neomudéjar.

Supone la incorporación de 253 inmuebles pertenecientes a este estilo en la ciudad de Madrid y la subida de la protección de otros 66 que ya estaban incluidos. Ahora solo falta la sanción de la Comunidad de Madrid, pero en este paso solo se revisará el proceso legal y, en principio, debería ser un trámite.

La mayor parte de inmuebles están situados en el distrito de Tetuán (122 del total) y ya estaban en el listado que proporcionó en su día el Grupo por la protección del Patrimonio de Tetuán, un grupo informal de profesionales y vecinos que un buen día de 2021 se cansaron de ver cómo caían las casas típicas de sus barrios y se juntaron para elaborar una propuesta de protección.

A la reunión siguió un mapeo vecinal en el que participaron decenas de personas, numerosos actos de sensibilización sobre el patrimonio histórico emanado de la historia de las clases populares y reuniones con grupos políticos.

Poco a poco, llegaron las buenas noticias, salpicadas en el día a día con el mal trago de los derribos. Primero, se supo que los técnicos municipales estaban haciendo un estudio del estilo en Madrid, luego llegó la aprobación de una moratoria que impedía el derribo de los 439 edificios en estudio y, ahora, la inclusión de muchos de los edificios en el catálogo.

Desde el grupo lo celebran como un triunfo que solo los más optimistas entre ellos vislumbraban en el horizonte hace tres años, pero también lo ven como un punto y seguido en su trabajo. Últimamente, dan vueltas a cómo extender la protección a las casas bajas de su distrito –neomudéjares o no– que son las que han recibido calabazas por parte de los técnicos municipales. Por otro lado, saben que la protección es importante pero no garantía total de conservación, y quedan otros edificios sin proteger.

En todo caso, se muestran felices y advierten que uno de los mayores éxitos alcanzados durante estos años está en haber conseguido hacer visibles las casas, tanto para la administración como para los propios vecinos.

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