Arte

Una comitiva de ladrones portando 'El Jardín de las delicias' por Tetuán

Luis de la Cruz

4 de julio de 2023 14:00 h

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Este lunes, a eso de las diez de la mañana, numerosos individuos –hombres, mujeres, de distintas edades– fueron vistos en las entrañas del barrio de Berruguete (Tetuán) ataviados con el uniforme con el que uno imaginaría a un ladrón de cómic o a la manera de Musidora, la icónica musa ladrona de los surrealistas franceses. Vestidos de negro, con antifaz y guantes blancos, agarraron de repente lo que parecía el famoso tríptico de Jheronimus Bosch (El Bosco) conocido como El jardín de las delicias.

La comitiva de ladrones paseó en procesión las tres partes de la detallista obra de arte por todo Bravo Murillo para sorpresa de los viandantes de la segunda calle más transitada de España, sufriendo en sus carnes ladronas la estrechez de las aceras de la gran vía a su paso por el barrio de Tetuán y la prolijidad de elementos colgantes de las fachadas, que hicieron peligrar la integridad de los valiosos lienzos. La gente tiraba fotos y preguntaba, “¿Quiénes son estos ladrones que a nadie asustan?”.

El grupo, sin miedo a la autoridad, rodeó la Plaza de Castilla. Como buenos ladrones, se fotografiaron con el oleo a las puertas del juzgado, en el centro de la plaza y frente a la Fundación Canal que, por una vez, tuvo el arte a sus puertas en vez de en el interior de las salas. Hubo quien comentó que se veía a los amigos de lo ajeno como pez en el agua entre los juzgados y las sedes financieras.

La cofradía del arte cargó su colorida enseña bajo un sol de justicia por la Avenida de Asturias y se los vio por última vez en las inmediaciones del Centro Cultural Eduardo Úrculo, en el corazón del barrio de La Ventilla.

Los ladrones eran artistas del barrio

La explicación a tan simpática y llamativa intervención callejera hay que buscarla en La Artigua, academia de arte de Tetuán que será protagonista de una exposición en el Úrculo –el mayor contenedor cultural del distrito– desde el día 4 de junio hasta final de mes.

Hablamos junto a los cuadros, apoyados en la pared aun para el montaje de la muestra, con Beatriz Cano y Cayetana González, artistas detrás de una academia que siempre se ha caracterizado por el compromiso con su entorno, en el que han llevado a cabo antes otras llamativas acciones. Al poco de abrir sus puertas ya estaban prestando los caballetes para que los niños pintaran en la calle la plaza que imaginaban en un descampado de la calle Hierbabuena –la misma que tiempo después llenaron de gallinas pintadas por sus alumnos para reclamar su mantenimiento público–. Igual llenan de familias de enanos de jardín la Dehesa de la Villa, que de gatos el Paseo del Prado o hacen murales junto con los vecinos.

“Nosotras somos así, nos gusta implicar al barrio y los vecinos se dejan liar; podemos salir a pintar a la calle o hacer lo del cuadro robado”, explica Beatriz. “Esto nació de una amistad que se hizo fuerte, montamos la academia hace ya siete años. Una de las razones para implicar al barrio es la idea de llevar a un barrio obrero el arte. En esta acción se ve bien: nos apropiamos de una obra que es alta cultura, El Bosco, que normalmente está en el barrio de Los Jerónimos, y hacemos un robo simbólico para exponerlo aquí, pintado por nosotros, con nuestro propio lenguaje”, añade Cayetana.

El sociólogo Eric Klinenberg llama palacios del pueblo a espacios compartidos como bibliotecas, parques, centros culturales…sitios donde se conforman relaciones cruciales para construir sociedades más democráticas. Lo que suponen las exposiciones de arte a pie de barrio y propone ahora la comunidad de La Artigua en el Úrculo se antoja una materialización perfecta de la idea. La puesta en valor de gente enredada en el barrio alrededor del arte. Y como buena cultura popular, lo hacen con gracia, como pudieron observar los vecinos de Tetuán el lunes por la mañana. “El arte no tiene por qué ser algo serio, se puede hacer con sentido del humor”, explica Beatriz.

La exposición se titula Algunos años pintando en Tetuán y se compone de 112 cuadros salidos de las manos de los alumnos y alumnas de La Artigua, además de El Jardín de las delicias, en el que han participado muchas personas durante el último año y medio. Como en la comitiva de ladrones, hay pinturas de niños, jubilados y artistas de todas las edades. En algunas se ve aún la mano ilusionada de quien está empezando y, en muchas, una maestría asombrosa, abordando todo tipo de técnicas y motivos. Genuino arte popular y con mayúsculas de Tetuán.

INFORMACIÓN PRÁCTICA

Dónde: Sala de exposiciones del Centro Cultural Eduardo Úrculo. Calle Donoso, 5

Cuándo: del 4 al 30 de julio

Cuánto: entrada libre