Es uno de los grandes pulmones de Madrid, guarda numerosos vestigios patrimoniales de su historia y hasta ha inspirado una canción del grupo Carolina Durante. Que la Dehesa de la Villa es un lugar icónico e imprescindible de la capital no es ninguna novedad, pero ahora posee un reconocimiento a su altura con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de la Comunidad de Madrid.
El Consejo de Gobierno del Ejecutivo regional aprobaba el miércoles la protección del parque en la categoría de Paisaje Cultural. Lo argumentaba por tratarse de “un espacio forestal único dentro de la almendra central de la capital que ofrece un relato del nacimiento y evolución de la ciudad a lo largo de casi nueve siglos de historia”.
La Dehesa de la Villa fue fundada cuando en 1152 el rey Alfonso VI de León donó los terrenos a la villa de Madrid en recompensa por la ayuda prestada durante la Reconquista. Se extiende por nada menos que 64 hectáreas en el distrito de Moncloa-Aravaca, colindando en parte de su área con Tetuán. Aunque nació como un bosque de encinas, actualmente la mayoría de sus más de 8.500 árboles son pinos.
Posee importantes vestigios patrimoniales como los restos del Paleolítico Inferior del yacimiento Achelense, el Viaje de Agua de Amaniel (que suministraba agua al Real Alcázar), un fragmento de la antigua Tapia del Pardo, el trazado de la Acequia del Norte o restos de construcciones de la Guerra Civil.
Al valor medioambiental y patrimonial se une su papel como lugar de reunión, de encuentro vecinal y social. La banda Carolina Durante reflejó este componente en su canción El parque de las balas (en referencia al Cerro de los Locos o de las Balas, uno de los lugares más característicos del entorno).
La letra del tema resume desde la sencillez el espíritu colectivo de la Dehesa de la Villa: En el Parque de las Balas / Tardes y noches, fines de semana / Con los chavales y con las chavalas / En el Parque de las Balas.