Semanas atrás conocimos –todos sabíamos que llegaría la noticia en algún momento– que los antiguos cines Lido se convertirán pronto en un supermercado Aldi. En eso están, pueden comprobarlo pasando por el número 200 de la calle de Bravo Murillo. Se esfuman así los deseos expresados en no pocas ocasiones por los vecinos de que el viejo cine, que abrió en 1955 y cerró sus puertas, como moderno cine con equipamiento 3D, en 20012, volviera a proyectar películas o, al menos, se convirtiera en equipamiento cultural para el barrio. No sabemos aún si quedarán señales para que los arqueólogos urbanos del futuro sepan identificar la función que el inmueble tuvo durante tantos años. Porque eso vamos a hacer hoy: buscar qué queda de los antiguos cines de Tetuán.
Como de una campaña arqueológica luce, efectivamente, el antiguo local de los cines Renoir Cuatro Caminos, con material de obra detrás del andamiaje de la fachada. Estos cines, que cerraron en 2013, están siendo convertidos también en espacio comercial, sin que aparentemente nada vaya a recordar aquellas películas que veíamos allí en versión original.
Otro edificio que se transformó antes de cine a supermercado, y en este caso es rastreable su origen en las formas y en la amplitud de la entrada, es el viejo cine Condado (Bravo Murillo 101), hoy ocupado un super de la cadena Lidl. El Condado llevaba ahí desde los años de la posguerra (con el nombre Montija) y en 1976 se convirtió en el Condado. Estuvo abierto hasta 1991, habiendo sido en sus últimas etapas cine x.
Seguramente, el rey de los cines transformados en Tetuán es el Europa. Por la categoría de su edificio racionalista (del arquitecto Luis Gutiérrez Soto), por historia y porque su actual vida, convertido en la mega tienda de sanitarios Saneamientos Pereda, permite aún contemplar dónde estaban los anfiteatros, las entradas y, en definitiva, se reformó de manera que uno percibe perfectamente que se está en un antiguo cine despojado de oropeles y butacas. Son una pena, sin embargo, sus molduras doradas de aluminio y otras decisiones de la reforma que han afeado mucho el edificio.
Inaugurado en octubre de 1929, además de cine a la última para una barriada que había adquirido ya grandes dimensiones, será pronto escenario importante de acontecimientos políticos. En mayo de 1930 se produjo allí un sonado mitin de Miguel de Unamuno y el mismo año un mitin pro-amnistía en el que participaron radicales, federales, radical-socialistas y anarquistas. A partir de ese momento, fueron frecuentes los mítines socialistas, con la presencia asidua de Largo Caballero, y también anarquistas. Se celebraron asambleas de huelgas importantes como la de la construcción durante la República. El 2 de febrero de 1936 se celebró también un mitin de propaganda electoral por parte de FE donde sonó por primera vez públicamente el Cara al sol. Unos días después, el 9 de febrero, el Frente Popular celebró siete mítines simultáneos en teatros como cierre de campaña electoral, principalmente del extrarradio, que se retransmitirían en directo al resto de recintos. En Cuatro Caminos, habló Francisco Largo Caballero en el Europa.
Durante la guerra, el cine fue cuartel de Milicias Confederales y su memoria carga con el fantasma del chequismo a cuestas. Muchos vecinos lo recuerdan aún como cine y espacio donde se celebraron veladas de boxeo.
En 2007 el cine se convirtió en uno de los escenarios de El honor de las Injurias, documental sobre la vida de Felipe Sandoval; en 2018 el historiador Alejandro Pérez-Olivares escribió Victoria y control en el Madrid ocupado: los del Europa (1936-1946) (Traficantes de Sueños), y en 2019 el periodista y escritor Javier Valenzuela, Pólvora, tabaco y cuero (Huso), ejercicio noir que transcurre en el mundo libertario de la barriada durante la guerra.
Otro caso claro de cine que ya no lo es, cuyos fantasmas están muy presentes, es el del cine Cristal (Bravo Murillo 160), que cerró en 2006 y es hoy un gimnasio de precios asequibles. Conserva el gran letrero azul de los cines y también la taquilla, a pie de calle, donde hoy se pueden adquirir otro tipo de localidades que nada tienen que ver con permanecer sentados y contemplando una película.
El que fuera el Savoy (Marqués de Viana 15), gran cine inaugurado en 1950 con aforo para un millar de personas, es hoy un prostíbulo. El Vive Madrid es asiduo de la prensa: por funcionar con licencia de gimnasio, por ser el mayor próstibulo de la capital, por escándalos de blanqueo de dinero con futbolistas o toreros salpicados, por evasión de impuestos... También son constantes los dimes y diretes del vecindario sobre tal o cuál famoso visto entrar en el inmueble.
Y, por no dejar el terreno de los vicios, mencionaremos el recuerdo del Versalles (Bravo Murillo 309), cuyo edificio alberga hoy un bingo con el mismo nombre. Es una lástima que se perdiera el precioso rótulo luminoso que se ve en sus fotos antiguas. Funcionó como cine entre los años 1965 y 1989.
Somos conscientes de que nos dejamos muchos cines, solo hemos querido dejar constancia de los principales lugares que algún día albergaron salas y hoy son rastreables en la geografía urbana de Tetuán. ¿Nos ayudas a completar la lista (Contacto)?