El azul tiñó hace unos días parte de la calzada de la calle Tenerife, el lugar escogido por el Ayuntamiento de Almeida para su primer experimento de urbanismo táctico de la legislatura en Tetuán. El tramo en el que se ha prohibido a los coches pasar y aparcar va desde el cruce con Carolinas hasta el de Carnicer. Se ha recortado el que iba hasta San Raimundo, donde hay un parque infantil y una escuela de Animación y Tiempo Libre. La peatonalización tampoco incluye el primer tramo de la calle, entre las calles de Almansa y Carnicer, donde además de solares para pisos de nueva construcción está planeado que haya un jardín y huerto comunitario.
El transitar de la calle es muy similar al que siempre fue. No es la de Tenerife la vía más populosa del barrio –como lo son Almansa o Topete– porque se trata de una calle muy residencial. No hay en ella demasiados comercios ni más instituciones que la parroquia del bar Los Aros y los centros sociales informales que son las peluquerías.
Concretemos: en el tramo entre las calles Carnicer y Juan Pantoja solo hay una tienda de ropa; en el siguiente segmento (hasta la calle de Alvarado) contamos un negocio de paquetería, un bar y un par de peluquerías; en el último tramo (hasta la calle de las Carolinas) no hay ningún negocio. Tampoco hay locales comerciales sin ocupar. No parece, pues, que la premisa de “favorecer al pequeño comercio”, esgrimida por el consistorio para la peatonalización, tenga en la realidad del tramo elegido un buen aliado. El bar, eso sí, ya ha sacado una tímida mesa al espacio donde antes aparcaban coches.
De momento, los coches están respetando bastante bien la nueva restricción de aparcamiento en la calle pese a que no se han movido los bolardos y los huecos siguen donde estaban. Salvo algún conductor despistado –o quizá insumiso– los vecinos han dejado de aparcar en las 19 plazas de estacionamiento suprimidas. Algunos vecinos expresaban estos días la duda sobre si los coches pueden seguir atravesando el tramo peatonalizado en los cruces de Alvarado a Avelino Montero Ríos, y de Juan Pantoja a Carlos Rubio. Sí, pueden. Las señales de tráfico no lo impiden.
La cotidianidad de la calle no ha cambiado radicalmente porque las aceras ya estaban rebajadas y la velocidad máxima de circulación es de 20 kilómetros por hora, por ser plataforma única. La práctica habitual del viandante ya incluía caminar por la calzada. Pese a todo, distintos vecinos del barrio de Bellas Vistas con los que hemos hablado a pie de calle dan la medida por buena. “Solo se habla del barrio para cosas malas, por lo menos que se acuerden de nosotros para algo más”, dice Rosa, que atraviesa la calle con unas bolsas de la compra.
¿Hacia la supermanzana de Bellas Vistas?
Hablamos también con José Vicente de Lucio, es ecólogo y participa en un grupo de vecinos y vecinas del barrio que están elaborando una propuesta para llevar el concepto de supermanzana al entorno de Bellas Vistas. “En los anteriores PIBA (Planes Integrales de Barrio) se aprobó un pequeño presupuesto para hacer un estudio, pero previamente un grupo de vecinos, la mayoría arquitectos, estamos elaborando una propuesta inicial de forma voluntaria”.
Otro ecólogo, Salvador Rueda, fue el adalid del concepto, muy de moda en los últimos años. La idea va más allá de la mera pacificación del tráfico en las calles interiores de las manzanas y piensa la distribución de la ciudad como una malla de células –la supermanzana– en cuyo interior se gana espacio para actividades a la movilidad motorizada. Se reúnen en el Espacio Bellas Vistas y este mismo fin de semana han quedado para terminar de darle forma a su propuesta. De momento, cuentan con el Trabajo Fin de Máster de una de las participantes en el grupo que ya abordaba esta perspectiva urbana.
Según lo ve José Vicente, el trazado de Bellas Vistas, con calles estrechas y los bordillos ya rebajados, es ideal para acoger un proyecto de supermanzana. Además, el jardín y huerto comunitario que debería ir en una de las parcelas de la calle de Tenerife, ahora libre, podría ser un punto clave para el entorno. De hecho, el concepto de supermanzana no es el único horizonte del grupo, que trabaja en una propuesta para hacer de Bellas Vistas un barrio más verde.
Sobre la peatonalización parcial de la calle Tenerife, como sucede con otros vecinos con quienes hemos preguntado, expresa un optimismo moderado. “Algo es algo, está mejor que antes, aunque es una calle estrecha y será difícil que se llene de vida por sí sola”.
Cámaras, promoción inmobiliaria y peatonalización para un barrio en cambio
La peatonalización no es el único asunto por el que la calle de Tenerife ha salido últimamente en los papeles. Tras años de polémicas y dilaciones, se han instalado en el barrio de Bellas Vistas 18 cámaras de vigilancia en una decena de manzanas alrededor de las calles Topete, Tenerife y Goiri. A Tenerife le tocan cuatro y, como en el resto del barrio, los últimos meses los vecinos han asistido a una situación como mínimo peculiar: la policía pasa gran parte del día vigilando la instalación de las cámaras para evitar que sean vandalizadas, como ya ocurriera el pasado mes de diciembre. El conocido lema ¿Quién vigilará a los vigilantes? ha obtenido respuesta en el barrio de Bellas Vistas.
Por otro lado, este medio dio a conocer el pasado 27 de enero que el Ayuntamiento sacaba a la venta 17 parcelas municipales para vivienda libre en Madrid, dos de las cuales están en la calle de Tenerife a las puertas del tramo peatonal. Junto a estas parcelas, existe el proyecto (en marcha) de crear un jardín y huerto comunitario..
Según datos de enero del portal inmobiliario Idealista, el precio del metro cuadrado de Bellas Vistas es el más alto de los barrios de la orilla oeste de Bravo Murillo dentro de Tetuán (14,7 €/m2 en alquiler, algo por encima de la media de todo el distrito). Después de la urbanización y construcción de pisos en las antiguas cocheras de la EMT, el fenómeno urbanizador se aceleró en Bellas Vistas y, actualmente, hay en el barrio numerosas promociones inmobiliarias en construcción, que se levantan sobre solares que llevaban tiempo desocupados o resultantes de derribos.
El barrio de Bellas Vistas vive, pues, un proceso de cambio al que muchos vecinos asisten sin saber bien en qué situación quedarán ellos con respecto a la línea de llegada. En el proceso confluyen, con desigual capacidad de influencia, el mercado, las administraciones públicas y el propio vecindario, que cuenta con un tejido asociativo potente en los últimos años.
Nadie, entre los vecinos consultados, parece tener claras las causas concretas que han llevado a la elección del tramo de Tenerife para llevar a cabo la peatonalización que correspondía al distrito. Las respuestas que ha obtenido este medio, todas hipótesis, van desde la de ser una elección poco meditada a la intención de no generar más actividad en calles donde hay hostelería para no generar problemas de convivencia. En el área de Movilidad municipal tampoco han contestado a las preguntas de Somos Tetuán pidiendo más detalles. En todo caso, a casi todo el mundo le parece bien la posibilidad de caminar con más amplitud por la calle, aunque hay quien expresa la sensación de estar recogiendo migajas y, en general, se repite el lamento de que “solo son 180 metros”.