Privatizar el distrito financiero de Madrid saldrá a pagar: la concesionaria cobrará al Ayuntamiento por el cuidado de las calles
El consistorio defiende la operación asegurando “que los madrileños pueden ver mejorados espacios de su ciudad sin que el coste de esas obras tenga que salir de sus bolsillos”, aunque el estudio publicado plantea atribuir al Ayuntamiento casi dos millones de euros anuales por mantenimiento
La cesión del distrito financiero de Madrid durante 40 años para que lo gestione la iniciativa privada no saldrá gratis. El Ayuntamiento de Almeida tendrá que pagar a la empresa concesionaria el mantenimiento y cuidado de las calles privatizadas hasta el año 2063, según recoge el estudio informativo al que ha tenido acceso este periódico y que detalla los costes operativos del proyecto, algunos de los cuales recaerán en el consistorio.
La cifra del pago anual no es definitiva pero se calcula en casi dos millones de euros anuales (1.944.488 euros, según el estudio) si se tienen en cuenta los apartados que el estudio informativo atribuye al Ayuntamiento en concepto de Pago por Disponibilidad. Una contraprestación en la que se incluyen “tareas de conservación, mantenimiento, reposición”, además de limpieza y jardinería, detalla el documento.
Los cálculos han sido elaborados por Renazca, el consorcio inversor que ha propuesto el proyecto al Ayuntamiento y que admite que podría haber deducciones sobre esta cifra para rebajar el importe de la factura que pasará cada año al Ayuntamiento. Sus impulsores calculan unos costes totales de mantenimiento, luz, agua, seguridad y otras partidas que ascenderán en total a 2,7 millones de euros cada año, una vez completadas las obras de reforma.
Los costes finales para la administración pública pueden variar, ya que estarán sujetos “a deducciones en base a la disponibilidad de zonas y calidad del nivel de servicio prestado”. Para ello se tendrán en cuenta los indicadores definidos en los pliegos de la licitación, el paso final antes de la concesión municipal. El consistorio se encuentra ahora calculando cuánto tendrá que pagar a la concesionaria, según fuentes de Renazca consultados por este periódico. También confirman que no está previsto el pago de ningún canon al consistorio por la explotación del espacio público, como adelantaba la primera información.
A preguntas de Somos Madrid, fuentes del área de Obras -la concejalía que tramita la operación- defienden esta “colaboración público-privada” que “permite que los madrileños puedan ver mejorados espacios de su ciudad sin que el coste de esas obras tenga que salir de sus bolsillos”. Efectivamente, lo que cueste la reforma, unos 44 millones de euros, serán asumidos por la concesionaria. Pero el consistorio tendrá que abonar el pago por los servicios prestados durante décadas.
Las mismas fuentes no entran a valorar el contenido del estudio de viabilidad adelantado, “cuyo contenido no es definitivo”, ya que se encuentra “en una fase preparatoria y previa a la decisión de licitar un contrato de concesión de obra” legalmente admitido, añaden, además de recalcar que el proyecto no tiene sus “datos cerrados”. También indican que el estudio “se encuentra en periodo de información pública para que cualquier ciudadano pueda hacer alegaciones”, aunque desde el Ayuntamiento no se ha hecho mención al proyecto hasta que no ha aparecido publicado en este periódico y su accesibilidad, en un rincón del Portal de Contratación, es muy difícil para cualquier ciudadano sin experiencia en la búsqueda de estos documentos. Los ciudadanos y asociaciones pueden hacer sus comentarios hasta el próximo 30 de septiembre.
Renazca: “Es una zona completamente degradada”
En el Ayuntamiento explican que AZCA “es un espacio degradado desde hace años”. Lo mismo piensan desde Renazca, el grupo inversor que ha puesto en marcha el proyecto y ha pedido la cesión al Ayuntamiento durante los próximos 40 años para acometer las obras que creen que necesita el centro financiero de Madrid. Renazca es una unión de empresas con intereses inmobiliarios en la zona como GMP, Montisa, la Corporación Alba y Merlin Properties, esta última como impulsora principal del proyecto.
Cansados de esperar a que el consistorio arreglara sus problemas, el grupo inversor ha propuesto resolverlo con un cambio urbanístico profundo mientras hace hincapié en la falta de seguridad para sus clientes en las oficinas: “Es una zona completamente degradada, hay delincuencia, gente sin hogar”, y el lugar se ha convertido “en un hervidero de bandas latinas”. Lo asegura en conversación con Somos Madrid el consejero delegado de la socimi Merlin Properties, Ismael Clemente: “Tenemos que estar con turnos triples y cuádruples de seguridad, para que una chica vaya a coger un taxi le tiene que acompañar nuestro personal”, indica.
Merlin puso en marcha el proyecto de Renazca hace años, primero convenciendo a la mayoría de empresas en AZCA, a las 14 comunidades de propietarios –Clemente asegura que no fue sencillo–, a las asociaciones de comerciantes y luego llevando la propuesta al Ayuntamiento de Madrid. El modelo en el que se inspira es el de los Business Improvement District (BID), zonas de la ciudad en las que se cede toda la gestión a una entidad privada a cambio de una inversión inicial que facilite su revitalización comercial. Hay BID en Candem (Londres) o en el Rockefeller Center (Nueva York), por ejemplo.
Que AZCA gane interés como centro de negocios les interesa: Merlin gestiona casi 60.000 m² de oficinas allí, repartidos en tres edificios (Castellana 85, Castellana 93 y Plaza Pablo Ruiz Picasso). Aunque es uno de los mayores propietarios en la zona, su porcentaje es relativamente pequeño con respecto a los 470.000 m² disponibles en este distrito financiero, donde también opera El Corte Inglés, aseguradoras, empresas hoteleras y otras compañías.
Desde Renazca inciden en que su forma jurídica será la de una organización sin ánimo de lucro, que puede ser deficitaria, “en cuyo caso la concesionaria tendrá que poner dinero”. Y que si consigue más ingresos que gastos, los beneficios quedarán a disposición de la propia entidad para reinvertir en el proyecto: “Nos podríamos traer a Rosalía a dar allí un concierto gratuito o a quien esté de moda en ese momento”, pone como ejemplo Ismael Clemente.
Para llegar hasta ese punto, en Renazca saben que todavía queda mucho camino por recorrer: “Intentar una iniciativa privada de carácter público como esta en España es una cosa rara”, admiten. Todavía queda otra fase de información pública con el anteproyecto, que incluirá respuesta a las alegaciones, la redacción de la licitación –de la que se encargará también la empresa privada, se supone que a dictado del Ayuntamiento– y el concurso público para la concesión definitiva de la obra con los 40 años citados de explotación. “Se trata de un procedimiento complejo que tendrá un segundo periodo de alegaciones”, añaden desde el Ayuntamiento. “No podemos hablar de fechas”.
Las cifras de Renazca
El análisis de rentabilidad del proyecto Renazca contempla un cuadro general de gastos e ingresos millonarios a lo largo de sus 40 años de concesión. El coste inical de la obra se calcula en 44.059.845 euros, entre los que se incluyen 5 millones para los diseñadores del proyecto. Toda la reforma, detallada en este artículo, se ejecutaría en dos años.
Los ingresos llegarían por dos vías: la principal sería la explotación del espacio público (ver plano de localización de ingresos por eventos y alquileres sobre estas líneas), que arrojaría 2.633.010 euros de ingresos anuales. La mitad de esta cifra llegaría de los alquileres (1,3 millones) de kioskos efímeros, de terrazas en cuatro zonas distintas, de las pistas de pádel y de la zona para mercadillos. Además, los eventos en la zona central rentarán 641.481 € al año, los soportes publicitarios otros 365.649 € y la venta de derechos de nombre en determinados espacios generarán unos 300.000 € anuales, según el estudio.
La otra vía de financiación será la del Pago por Disponibilidad, que se le cobrarará al Ayuntamiento de Madrid por la limpieza y el mantenimiento de las calles y que está calculada en 1.944.488 € anuales, menos los descuentos que se puedan aplicar. Todo ello para sumar 245.129.301 € de ingresos a lo largo de los 40 años de concesión, que servirán para compensar unos costes operativos de hasta 148.754.998 €, pagar la obra y ofrecer rentabilidad a los inversores.